El rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz (84 años), se ha sometido este jueves de forma exitosa a una cirugía laparoscópica para extirparle la vesícula biliar, después de ser hospitalizado a principios de semana por una inflamación de este órgano, según informa la Corte Real.
"Se sometió a una exitosa operación por laparoscopia para extirpar la vesícula biliar en el Hospital Especializado Rey Faisal de Riad", reza el comunicado difundido por la agencia oficial de noticias SPA.
El monarca permanecerá ingresado en el centro "durante un tiempo", tal y como se estipula en el plan de tratamiento recomendado por el equipo médico a su cargo -ha detallado la Corte Real- sin ofrecer detalles sobre cuál será la extensión de este periodo.
El pasado lunes, la misma fuente anunció que el también custodio de las dos mezquitas sagradas del islam había sido internado en ese hospital capitalino para someterse a pruebas médicas a causa de una colecistitis o inflamación de la pared de la vesícula biliar.
El pasado mes de marzo hubo rumores sobre el empeoramiento del estado de salud de Salman y un inminente proceso de sucesión después de que medios estadounidenses informaran de las detenciones de dos príncipes saudíes, supuestamente por orden del príncipe heredero e hijo del monarca, Mohamed bin Salman, acusados de intento de golpe de estado.
Este hijo, quien ejerce como jefe del gobierno de facto del reino, ha promovido un cierto aperturismo con el impulso de reformas como otorgar a las mujeres el derecho a conducir, en el marco de la Visión 2030, que también pretende reducir la dependencia del petróleo en el país.
Salman bin Abdulaziz subió al trono saudí a principios de 2015 después de la muerte de su hermano Abdalá y apenas dos años después nombró a Mohamed bin Salman como príncipe heredero.
Problemas familiares
Además de los citados asuntos turbios en los que podría estar involucrado su hijo y príncipe heredero, el rey Salman también tuvo que preocuparse por los problemas de su otra hija.
Hassa bint Salmán (43 años), descendiente del Rey de Arabia Saudí, fue condenada en septiembre por un tribunal de París a diez meses de prisión exentos de cumplimiento y a pagar una multa de 10.000 euros por la agresión en 2016 a un trabajador, a quien acusó de haberla fotografiado.
Según apuntaba la prensa gala, la princesa fue condenada por robo, complicidad en violencia y secuestro, mientras que sobre su guardaespaldas, Rani Saïdi, recayó una multa de 5.000 euros y ocho meses de prisión exentos de cumplimiento por robo, violencia y secuestro.
Hassa bint Salmán no acudió a ninguna de las citas del proceso para mantener su imagen en el anonimato. Fue precisamente este recelo por lo que, en 2016, cuando se encontraba en una propiedad de la familia en París, acusó a un obrero de haber tratado de obtener imágenes de ella. Y es que a día de hoy no existe ninguna instantánea pública de la hija del rey Salman bin Abdluzaziz y esa obsesión la llevó a tomar malas decisiones que crearon una gran controversia en su entorno y en el reinado de su padre.
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