Ya lo habíamos advertido, la reina Letizia (48) iba a repetir, por primera vez desde que llegó a Zarzuela, su look en unos Premios Princesa de Asturias. Lo que no nos esperábamos es que el atuendo elegido no fuera, también por primera vez, firmado por Felipe Varela. Eso sí, Letizia ha apostado fuerte por la que puede ser su outfit más aplaudido y alabado de todas sus apariciones públicas, una maravilla en forma de vestido firmada por Josep Font para la firma DelPozo.
La elección puede sorprender a muchos por no ser un Varela, pero se trata de un diseño tan increíblemente elegante y bonito que se merecía un acto como el que se ha celebrado esta tarde en el Hotel Reconquista de Oviedo.
Porque los diseños de la aguja que nacen de Felipe Varela son más para una alfombra roja digna de Hollywood: lentejuelas, cristales de Swarovski... los brillos se han quedado en el armario de Zarzuela para dar paso a un vestido más respetuoso, sencillo y acorde a las circunstanciaos que estamos viviendo.
Se trata de un diseño del modisto catalán para la firma DelPozo, que ahora se encuentra en manos de una empresa americana. Está realizado en color azul tinta, con un escote en barco con una flor avillanada en el hombro derecho.
La primera vez que lo eligió fue para la gala conmemorativa del 50 aniversario del Diario As en diciembre de 2017. Han pasado casi tres años y sigue una verdadera maravilla. Los 2.565 euros que costaba fueron muy bien pagados. Porque cuando de verdad lució este vestido al nivel de una Reina fue cuando Letizia lo llevó en una visita a París, no olvidemos que es la ciudad de la moda, en octubre de 2018 con motivo de la visita de los Reyes a la capital francesa para inaugurar una exposición dedicada a Joan Miro. Entonces, pasando por las calles de uno de los lugares más bonitos del mundo, el vestido brillo en todo su esplendor.
Un diseño de Josep Font merece un recogido en el pelo digno del escote que lleva el vestido. Y ahí es donde Letizia no ha estado a la altura porque la coleta baja de esta tarde no era o que el traje merecía. Cuando la Reina se empeña en peinarse así además, se echa años encima.
Los complementos elegidos iban a juego con el vestido: unos salones de ante azul de Nina Ricci y una cartera de mano de Magrit. No ha habido sorpresas tampoco en lo que se refiere a joyas. Si el año pasado la veíamos paseando por la alfombra azul con unos impresionantes pendientes de rubíes y diamantes, en esta edición ha optado por los pendientes de Elena C. que forman una mariposa y que están realizados en oro blanco y diamantes. Una pena, porque ese vestido merece unos pendientes como los que llevó hace 365 días.
El repetir, aunque esta vez con acierto 100%, y las joyas aburridas van a ser el día a día de nuestra Reina mientras que tengamos la maldita pandemia encima. Ya vendrán tiempos mejores.
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