Esta vez todos hemos empezado trabajando en martes y, la verdad, vamos a tener que darle la razón a la reina Letizia (48 años) en su estrategia: la semana se lleva mucho mejor haciéndolo así. Pero calendarios laborales aparte, Letizia sigue con su otra estrategia, la de repetir prendas de su armario durante este otoño del maldito coronavirus.
Hoy hemos visto de nuevo una falda que el día que la estrenó, allá por el mes de marzo, pensamos que sería una suerte si la lanzaba al pozo del olvido, pero no, hoy ha decidido volver a sacarla. Vayamos por orden. La esposa de Felipe VI (52) ha presidido un nuevo evento en Madrid, el acto de clausura de la XII convocatoria de Euros de tu nómina, un proyecto impulsado por el Banco Santander para ayudar a los que más lo necesitan, gracias al cual se hará una donación de una suma bastante elevada a doce ONGs.
Letizia ha querido lucir ante los banqueros un look en clave working de esos que tanto le gustan y, acertado o no, la línea a seguir era la correcta. La Reina repite falda y de nuevo de tablas. Se trata de un diseño de la firma británica Reiss, que llevó por primera vez el Día Mundial de las Enfermedades Raras, unas pocas jornadas antes de que nos confinaran a todos en casa en el mes de marzo.
La prenda en sí tiene un efecto óptico que debe ser lo que más le atrae a Letizia del diseño. Se trata de una falda de tiro alto y bajo acampanado en un tejido plisado, que se supone que hace el efecto de darte volumen al cuerpo, pero, sin embargo, esta falda hace lo contrario gracias a su estratégico degradado, capaz de afinar, todavía más, la figura de la experiodista. Hace un potente efecto fit al dejar el tono más oscuro en la zona de las caderas e irse aclarando hasta que termina en rosa. Por si no se veía muy delgada, se ha puesto el cinturón de Burberry XXL marcando bien su mini cintura.
El día que estrenó la falda, Letizia la combinó con una blusa de seda de Adolfo Domínguez que se llevaba a matar con ella. Una guerra sin tregua fue lo que se veía entre las dos prendas. Hoy, la cosa ha estado más calmada gracias a un top rosa, súper entallado y de escote redondo que hacía mejor pareja con el diseño de Reiss.
Además, a su llegada y también en rosa, llevaba por encima un abrigo de Carolina Herrera estilo furry que tampoco era nuevo ni bonito. El caso es que lo mejor de hoy han sido los salones Prada en color negro y la cartera de Hugo Boss que hacía mucho que no veíamos. Se trata del modelo Colyne en nude y negro que tiene desde hace muchos años en su armario.
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