El 17 de junio del año 2019 fue un día más que especial en la vida institucional y también personal de los reyes Felipe VI (52 años) y Letizia (48). El jefe del Estado y su esposa volaron desde Madrid hasta Londres para protagonizar un momento histórico. La reina Isabel II de Inglaterra (94) invistió a su sobrino -Felipe VI la llama tía Lilibeth- como Caballero de la Muy Noble Orden de la Jarretera, la máxima distinción que la Casa Real británica puede conceder a alguien.
Para ese momento único, junto a Isabell II y en el imponente Castillo de Windsor, Letizia debía seleccionar un vestido acorde a las circunstancias. Una vez más, su elección bailó entre lo elegante, lo correcto y lo austero. Por supuesto, con sello español. Siguiendo el protocolo indicado, la reina de España optó por un vestido corto y tocado en el pelo.
Para ello estrenó un diseño de la firma sevillana Cherubina, la marca que pocas semanas antes debutaba en su vestidor por todo lo alto con un traje rojo que lució en el Día de las Fuerzas Armadas celebrado precisamente en la capital hispalense.
Un año y medio después, el 25 de noviembre de este año, para presidir en solitario la inauguración de la Tourism Innovation Summit en la capital andaluza, Letizia hacía un nuevo guiño a la ciudad luciendo el mismo diseño con el que deslumbró en Windsor. La pieza en sí es un vestido confeccionado en tejido de twill con una excelente caída y extrema suavidad. El estampado es exclusivo diseñado por Ana García, directora creativa de Cherubina, y tiene mangas abullonadas con copa farol y puños abotonados. La originalidad del vestido reside en el cuello perkins con detalle de botones, su falda recta y el corte midi. Un traje íntegramente diseñado y confeccionado en España.
Hasta días antes de que la Reina volviera a recuperar esta prenda de su armario, el vestido de Cherubina estaba descatalogado y eliminado de su página web, pero el poder y la influencia de Letizia, una ayuda para las pequeñas marcas como lo es esta firma artesanal andaluza, ha provocado que tengan que ponerlo de nuevo.
Si bien en un principio el vestido estaba rebajado a 225 euros, el reciente tirón de la soberana ha provocado que el modelo Didi de Cherubina -quizá el nombre elegido sea un homenaje a otra gran royal, la princesa de Gales Lady Di-, suba hasta su precio original: 280 euros. Un valor asequible en cualquier caso teniendo en cuenta el magno evento para el que se diseñó.
En estos momentos el vestido se encuentra en pre-order, es decir, que si alguien quiere hacerse con esa pieza deberá pedirla personalmente a los responsables de la marca y tendrá que esperar hasta el día 15 de diciembre para que se le haga entrega del mismo. Se entiende que se tarda algo más de diez días en confeccionar el ya clásico legendario modelo Didi de Cherubina.
Una inteligente estrategia por parte de la firma que, para ahorrar ciertos costes en estos duros momentos por los que atraviesa el sector retail a causa de la pandemia de coronavirus, ha optado por no producir de forma industrial, sino de una manera mucho más personalizada. Es lo que algunos empresarios de moda y también diseñadores empiezan a llamar alta costura low cost.
La primera vez que Letizia lució este diseño lo combinó con una diadema de color negro de buntal, el tejido natural que se suele utilizar para este tipo de tocados. El complemento estaba adornado con una peonía de plumas y otras de oca en el lateral, consiguiendo así un efecto visual de profundidad. Letizia llevaba parte del rostro cubierto por una rejilla, un gesto también muy español. El modelo concreto de esta diadema, también de Cherubina, es el Black peony y su precio entonces era de 240 euros.
En el segundo evento donde lo exhibió, un acto institucional de agenda oficial con menos rango que el primero, lo combinó con sus pumps de piel negra de Manolo Blahnik, un abrigo negro de Carolina Herrera que llevó sobre los hombros y un bolso blanco de la firma española Furla, el modelo Metropolis, cuyo precio es de 150 euros.
En los últimos meses, muchas voces han puesto el foco en Letizia acusándola, de alguna manera, de no estrenar prendas de ropa, un gesto con el que la Reina daría visibilidad a las nuevas colecciones de firmas españolas azotadas hoy por la pandemia. Sin embargo, también se dan circunstancias como estas, pues hay otro tipo de empresas que, por el impacto de Letizia, tienen que ponerse de nuevo a producir vestidos que ya habían eliminado de su stock y del que ahora vuelven a tener una demanda masiva.
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