Nadie dijo que fuera fácil, Letizia (48 años). Las funciones institucionales de la esposa del jefe del Estado, a efectos prácticos, el trabajo de la reina de España, no es algo que se estudie en las universidades. Si al complicado hecho de "aterrizar en esta situación vital diferente a la que tenía" -como lo definió ella misma en un acto de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción en 2015- se le añade una pandemia histórica, el asunto se torna aún más difícil.
Si junto a las noticias relacionadas con la crisis sanitaria, económica y social que azota gravemente a España por la Covid-19 se suman informaciones que hacen tambalear los cimientos de la institución monárquica por los turbios asuntos fiscales de su suegro, el rey emérito Juan Carlos (82), y otros miembros directos de la familia de su marido, el rey Felipe VI (52), el escenario se convierte en un caballo desbocado imposible de domar.
Pero Letizia lo ha hecho bien. La imagen de la Reina se ha mantenido inmaculada este 2020 y no es esto fruto de una casualidad. Se trata del resultado de un minucioso trabajo diario de austeridad, transparencia y meritocracia: algunas de las líneas de actuación fijadas por Felipe VI y Letizia desde el comienzo de su reinado. Ahora JALEOS de EL ESPAÑOL analiza los motivos por los que este año la reina Letizia ha conquistado a todos.
1. Reina del reciclaje
Después del confinamiento, la gira por las comunidades autónomas y las vacaciones privadas disfrutadas -este año en Madrid-, Letizia volvía al trabajo y en su hoja de ruta estaba claro que no iba a estrenar ninguna prenda de ropa. Desde que volvió a sus actos de agenda institucional a principios de septiembre, la Reina decidió que no era adecuado estrenar vestidos, zapatos o complementos. En 2019, Letizia se coronó como una de las royals europeas más austeras, con un gasto de 42.000 euros en nuevas prendas. Un ranking que lideró Meghan Markle (39), quien solo en aquel año desembolsó más de 450.000 euros en outfits de firmas internacionales como Valentino o Dior.
La insistencia de Letizia por no lucir ninguna prenda nueva, susceptible de análisis o de crítica, ha sido tal que incluso para un día histórico y tradicionalmente de estreno como los Premios Princesa de Asturias, optó por repetir vestido. Para la ocasión, lució un diseño de seda azul marino firmado por Delpozo con escote barco decorado con una flor arquitectónica, mangas francesas y silueta relativamente ceñida. Lo estrenó en diciembre de 2017.
2. Naturalidad capilar y facial
El 26 de marzo, la reina Letizia reaparecía en uno de los despachos de reuniones del Palacio de la Zarzuela tras 15 días de aislamiento y cuarentena por haber mantenido contacto directo con la ministra de Igualdad, Irene Montero (32), positiva entonces en Covid-19. Por primera vez en semanas, Letizia decidía lucir una melena suelta que llamaba la atención y destacaba por dos detalles: el largo y la defensa a ultranza de sus canas. Lejos de optar por darse cierta forma o cortar puntas o capas, la soberana continúa aún hoy llevando el que parece el cabello más largo y natural de todo su reinado.
Por otra parte, la Reina ha tomado la determinación de exhibir orgullosa sus primeras canas. Se acabaron los tintes, los reflejos y las mechas. Su pelo, por fin, tiene un tono homogéneo: avellana oscura. Y lo único que rompe esa armonía cromática son sus canas, hoy ya un símbolo de identidad para ella. En lo relativo a su rostro, no es ningún secreto que Letizia solía recurrir a menudo a ciertos tratamientos estéticos. Unos retoques que este año parece haber dejado de lado, pues también se aprecia naturalidad en su rostro, mucho más relajado, aunque igualmente perfecto -fruto de su excelente alimentación, el deporte y exclusivos cosméticos-.
3. Letizia se baja de los tacones
La moda es una forma de comunicación y con las prendas, históricamente, Letizia ha enviado cientos de miles de mensajes al mundo. Un ejemplo: días después del rifirrafe con la reina Sofía en Palma, en aquel polémico acting a las puertas del hospital donde el rey Juan Carlos acababa de ser operado, Letizia abrió la puerta trasera del coche a su suegra llevando un zapato completamente plano. Sofía, en cambio, llevaba tacón. El calzado con altura implica status y en estos momentos convulsos, en muchas ocasiones, Letizia ha recurrido al slow fashion luciendo mules, sandalias y mocasines para sus actos del día a día.
4. La perfecta sustituta del rey Felipe
Letizia es tenaz, constante y perfeccionista hasta la obsesión. Esas aptitudes aducen que la Reina se toma muy en serio su trabajo, hasta el punto de poder sustituir a su esposo, preparado para ser Rey desde el día que nació, sin que nadie note su ausencia. A finales de noviembre, Felipe VI se vio obligado a guardar cuarentena tras haber tenido contacto estrecho con un positivo en coronavirus. Letizia tomó el cetro y las riendas de la institución y suplió a su esposo en dos actos oficiales.
El primero en Sevilla, donde presidió la inauguración de la primera edición del congreso Tourism Innovation Summit (TIS 2020). "Le he dado mucha envidia -al Rey- cuando me he despedido esta mañana", revelaba Letizia, como anécdota, en su discurso ante los asistentes. El segundo de los actos tuvo lugar en Valencia. Allí presidió la entrega de los Premios Rey Jaume I 2020 y pronunció un discurso en castellano y en un perfecto valencià. El fragmento en dialecto de Levante fue "perfecto. Se nota el esfuerzo y el cuidado del discurso por parte de quien la asesora", detalló un experto consultado por este periódico. En el nuevo discurso, según su análisis, había dos palabras clave que denotaron que la Reina implicó mucho en la perfecta dicción: "ajuda", que ella lo pronunció con ce y hache, y "tindre".
5. El viaje de cooperación
Para poner la guinda al año más duro que se recuerde, un tiempo en el que millones de familias en el mundo han sido diezmadas por la pandemia de coronavirus, Letizia no ha querido perder la oportunidad de llevar a cabo una de sus actividades más especiales. Se trata de su viaje anual de cooperación, función que heredó de la reina Sofía tras convertirse en la consorte de Felipe VI, y que la lleva a recorrer las zonas más desfavorecidas del planeta.
Este periplo, bajo la tutela de la Agencia Española de Cooperación Internacional, tendrá una duración de dos días -14 y 15 de diciembre- y tiene como objetivo que la reina Letizia conozca "de primera mano" la situación de Honduras y "trasladar la solidaridad del pueblo español en estos momentos difíciles" agravados por la pandemia, según informa el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado. Fue precisamente a Honduras, uno de los países más pobres de América, el país donde Letizia hizo su primer viaje de cooperación como reina en 2015, que se completó en El Salvador.
Con este viaje en el que la Reina repartirá ayuda humanitaria demostrará que la pandemia de coronavirus no ha acabado con el esplendor de la realeza, sino que por motivos como los citados, Letizia la ha sabido restaurar y adaptar con maestría a estos difíciles tiempos.
[Más información: El poder de Letizia: por qué ha convertido en alta costura su asequible vestido hecho en Sevilla]