Paola de Bélgica (84 años), la madre del rey Felipe (60) y mujer de Alberto II de Bélgica (86), ha sido vacunada contra la Covid-19 este jueves, siguiendo todos los protocolos sanitarios de su país. La reina emérita ha recibido la dosis en su centro correspondiente de Bruselas.
Lo cierto es que la mujer de Alberto II no ha gozado en los últimos años de una buena salud. Sin ir más lejos, en 2018 sufrió un derrame cerebral. Entonces, fue repatriada tras sufrir "un problema de salud" durante una estancia en Italia, si bien su vida no corrió peligro, como indicaron fuentes de la Casa Real.
La consorte de Alberto II fue sometida a exámenes médicos en Bélgica. "Debido a un problema de salud, Su Majestad la Reina Paola será repatriada a Bélgica durante el día para seguir exámenes médicos", indicó la Casa Real en un comunicado, sin mencionar el derrame. Si bien la radiotelevisión francófona belga RTBF aseguró que Paola había sufrido un derrame cerebral durante una estancia en Venecia, pero desde el Palacio Real no confirmaron el diagnóstico. En estos últimos años, la reina Paola ya tuvo que superar varios problemas de salud.
En septiembre de 2015 la consorte de Alberto II, quien abdicó en 2013, ya tuvo que mantener un periodo de reposo y la Casa Real anunció más adelante que sufría una arritmia cardíaca. También padece osteoporosis y ha sufrido fracturas de una vértebra en 2016 y de la cadera en 2017.
El último escándalo familiar
En octubre de 2020, Alberto II de Bélgica sufrió un duro revés personal: se confirmaba que los resultados del test de ADN al que se sometió por orden de la justicia mostraban y confirmaban que es el padre biológico de la artista belga Delphine Boël (52), nacida de una relación extramarital mientras estuvo casado con la reina Paola.
La Corte de Apelación de Bruselas había ordenado en mayo de 2019 al antiguo monarca que se practicase una prueba de ADN para cotejar la información genética con la de su presunta hija y la madre de esta, la baronesa Sybille de Selys Longchamps. Ahora, Delphine Boël ha sido designada como princesa de Bélgica tras una decisión de la corte de Bruselas que examinaba la petición de reconocimiento de la paternidad del monarca.
Siete años después de que Boël presentara en 2013 su primera demanda de paternidad a Alberto II, la artista cambiará ahora su apellido y tomará el de su padre, de Sajonia-Coburgo-Gotha. Sus hijos, Josephine y Oscar, también se convierten por extensión en princesa y príncipe de Bélgica y se les nombrará con la fórmula "su alteza real". El abogado de la artista, Marc Uyttendaele, aseguró que la sentencia da a su cliente "plena satisfacción", y aplaudió que se hayan satisfecho sus demandas de ser tratada "en pie de igualdad con sus hermanos y su hermana". "Está encantada con esta decisión que pone fin a un largo y doloroso procedimiento para ella y su familia. Una victoria legal nunca reemplazará el amor de un padre, pero ofrece un sentimiento de justicia", recalcó el letrado.
La existencia de Boël salió a la luz en 1999 como consecuencia de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola. La Corte de Apelación de Bruselas ordenó en mayo de 2019 al antiguo monarca, de 86 años, que se realizase una prueba de ADN para comparar la información genética con la de su presunta hija. Finalmente, Alberto II confirmó el pasado 27 de enero que los resultados del test de ADN al que se sometió por orden de la justicia mostraban que es el padre biológico de la artista. La corte de Apelación de Bruselas había celebrado la última vista sobre este proceso el pasado 10 de septiembre y preveía dictar sentencia el 29 de octubre.
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