Pocas personas habían oído hablar de él en España hasta que Corinna zu Sayn-Wittgenstein, metida en todo el enredo de las comisiones, lo señaló como el "hombre de paja" del rey Juan Carlos en las conversaciones que mantuvo con el comisario Villarejo y que éste grabó. Aquellas grabaciones le pusieron en el punto de mira hace un año, cuando EL ESPAÑOL publicó esas cintas en las que la amiga entrañable del ex monarca le nombraba en repetidas ocasiones como el hombre de confianza en los negocios del padre de Felipe VI.
En las confesiones de la ex princesa alemana grabadas por Villarejo en la residencia londinense de ella, ésta ya reconocía el papel protagonista de Álvaro de Orleans en los negocios de su primo el Rey Emérito. Corinna llegó a afirmar: “Han puesto algunas cosas a nombre de su primo, que es Álvaro Orléans Borbón….. Las cuentas de bancos en Suiza se han puesto a su nombre… Ahora están tratando de que yo pase esas cosas a Álvaro a través de Dante (Canonica). Me están haciendo la guerra porque yo no quiero cometer un delito”. Y concluía: “Es él (Álvaro de Orléans Borbón) quien paga hasta los vuelos (del Rey Juan Carlos) a Los Ángeles. Esos vuelos privados salen de Torrejón, de la zona militar, para no estar controlados…. Es él, Álvaro (De Orléans Borbón), quien los está pagando”.
Ahora Álvaro de Orleans vuelve a estar en el punto de mira porque hace unos días se ha sabido que el primo de Juan Carlos fue llamado a declarar ante la Fiscalía de Ginebra (Suiza) para hablar sobre el ya llamado ‘caso testaferros’, tras aparecer su nombre en los papeles de los abogados Fasana y Canonica, cuyo despacho fue registrado por la policía suiza en agosto de 2018. En su comparecencia, el amigo del emérito repitió una y mil veces que todo el patrimonio, fundaciones, sociedades o cuentas bancarias que figuraban en dichos papeles eran exclusivamente de su propiedad.
Este miércoles, además, saltó la noticia de que la Fiscalía Anticorrupción de España iba a solicitar a la justicia inglesa una videoconferencia con Corinna para interrogarla sobre sus declaraciones a Villarejo en las que aseguró que Juan Carlos, usando a su primo como testaferro, había cobrado más de 80 millones de euros como comisión por las obras del AVE a La Meca (Arabia Saudí).
Todos los caminos, pues, conducen al mismo sitio: un lujoso apartamento en Montecarlo (Mónaco), donde reside Álvaro de Orleans y su actual esposa, Antonella Rendina.
Álvaro y Juan Carlos, primos lejanos
Álvaro es primo lejano del rey Juan Carlos, una consanguinidad remota que no ha evitado, sin embargo, que ambos mantengan una relación personal íntima. Para encontrar el nexo de unión familiar entre el emérito y Álvaro hay que remontarse a Isabel II, ya que ambos son sus tataranietos. El italiano es bisnieto de la infanta Eulalia, una de las hijas de Isabel II, que tiene la curiosidad de haber sido la primera persona de la familia real española en separarse.
La infanta contrajo matrimonio con su primo Antonio de Orleans y Borbón, duque de Galliana, quien a su vez era hijo de la infanta María Luisa Fernanda, hija de Fernando VII y María Cristina, y Antonio de Orleans, duque de Montpensier. De la unión de Eulalia y Antonio nació, entre otros, Alfonso María, que se casó con la princesa Beatriz de Sajonia-Coburgo Gotha. Estos tuvieron a Álvaro, padre del que supuestamente es el testaferro de don Juan Carlos.
Álvaro de Orleans Borbón se ha casado dos veces. La primera, con la aristócrata italiana Giovanna Saint-Martine de Saint-Germain, quien es sobrina de la reina Paola de Bélgica. De esa unión nacieron tres hijos: Pilar, Andrea y Louis. Con ella asistió a la boda de los entonces Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia en 2004. Tras su divorcio aparentemente amistoso, el primo del rey volvió a casarse en 2007 con otra italiana, Antonella Rendina, procedente de una familia de mucho dinero del ámbito de la construcción.
La ahora princesa de Orleans habla cuatro idiomas y es escritora. Su enlace fue de lo más discreto y tan solo acudieron cinco personas, entre las que no se encontraban los hijos del novio. Tampoco ellos estuvieron en el bautizo de Eulalia, la hija que tienen en común. La ceremonia se celebró en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y Juan Carlos I tuvo la gran deferencia de ejercer como orgulloso padrino, demostrando así el estrecho vínculo que existe entre los dos.
¿Por qué la ceremonia se celebró en la localidad gaditana? El primo del emérito tiene una estrecha relación con Sanlúcar de Barrameda. En esta ciudad y en el siglo XIX, su tatarabuela Luisa Fernanda de Borbón, casada con Antonio de Orleans, duque de Montpensier, tenía su casa de veraneo, que acabó siendo la sede del ayuntamiento del pueblo. Hace unos meses, la casa consistorial pasó a ocupar un edificio nuevo lejos del centro de la localidad.
En esta ciudad tiene su domicilio fiscal su empresa Bodegas Infantes de Orleans y Borbón, que radica en el fabuloso palacio de Montpensier, de la calle Baños, en pleno corazón de Sanlúcar. En 1943, el infante D. Alfonso de Orleans Borbón, su padre, fundó dichas bodegas, que ahora lleva su hijo. El espacio se alquila para bodas vip de la alta sociedad.
Pero no fue por esta pequeña bodega por la que Álvaro de Orleans, el supuesto testaferro de Juan Carlos, fue investigado. En 2015 sus negocios offshore aparecían en los llamados ‘Papeles de Panamá’. En aquellos papeles se hablada de otro de los negocios de Álvaro: la compañía agrícola Torrebrava. Costa Ballena Resort y Costa Ballena Golf, las otras dos sociedades del primo discreto del rey emérito, promotoras de construcciones situadas entre Rota y Chipiona, estaban ligadas a la anterior y aparecían también en los mencionados papeles.
Álvaro, que es un experto piloto de vuelo sin motor, tiene una importante vida social en Mónaco. De hecho, fue vecino de Corinna hasta que ésta se mudó a Londres hace unos meses. En Montecarlo comparten mesa y mantel con el Príncipe Alberto y sus hermanas, Carolina y Estefanía. En 2016, Álvaro organizó en Mónaco, en el hotel París, una fiesta en honor a Juan Carlos. A la cita acudieron más de 160 invitados, entre los que se encontraban los Grimaldi, los reyes Simeón y Margarita de Bulgaria, acompañados por su hija Kalina y su nieto Simeón Hassan; el príncipe Jean de Francia acompañado por su esposa, Philomena; los duques de Braganza; el príncipe Hans Adams de Lietchenstein; los príncipes Guillermo y Sybilla de Luxemburgo, el príncipe Jean de Luxemburgo y su esposa, Diana; los duques de Castro; la princesa Ira de Fürstenberg, el príncipe Miguel de Grecia y su mujer, Leka, y Elia de Albania o Pilar Medina Sidononia.
El noble italiano es una persona muy discreta a la que no le gusta mucho aparecer en los medios de comunicación, todo lo contrario que a su mujer, Antonella, a la que le encanta salir en las revistas del corazón como el ¡Hola! o el Point de Vue. Fue en esta publicación francesa donde la rica italiana comentó, así de pasada, que la mansión en la que aparecían ella y su marido, Álvaro, era un lugar donde recibían a muchos de sus amigos. Situada a pocos kilómetros de Roma, la casa era un refugio perfecto para el verano para, por ejemplo, "los reyes de España, que han acudido en varias ocasiones con sus hijas", declaraba Antonella.
Felipe y Letizia, empeñados en distanciarse de todo lo que recuerde a los supuestos testaferros de Juan Carlos, es difícil que vuelvan a pisar la mansión romana del "testaferro" Álvaro de Orleans, cuyas hijas tienen edades parecidas a Leonor y Sofía.
Si el escándalo por las supuestas comisiones cobradas por la construcción del Ave a la Meca sigue creciendo y se judicializa definitivamente, Álvaro de Orleans saldrá de su refugio de Mónaco y Roma. Hasta ahora sólo ha hablado para negar que él tenga nada que ver con el cobro de comisiones en nombre de Juan Carlos.
También se ha dado por cierto que la herencia de Juan de Borbón que le correspondía al anterior Jefe de Estado acabó en una cuenta en Ginebra a nombre de Álvaro de Orleans. Precisamente, la Justicia británica investiga dos despachos de abogados en Gibraltar donde también podría encontrarse nombres conocidos de Juan Carlos.