Adiós para siempre al príncipe Felipe. El esposo de la reina Isabel II de Inglaterra (94 años) ha fallecido este viernes día 9 de abril a los 99 años de edad en el Castillo de Windsor. Así lo ha informado el Palacio de Buckingham a través de un comunicado.
"Con profundo pesar, Su Majestad la Reina ha anunciado la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor", han confirmado desde la Casa Real británica.
El duque de Edimburgo, que habría cumplido 100 años el próximo mes de junio, fue hospitalizado el pasado 16 de febrero por consejo de su médico personal. En un comunicado, Palacio informaba de que se trataba simplemente de una "medida de precaución" que nada tenía que ver con el coronavirus. Incluso afirmaron que estaba "de muy buen humor". Sin embargo, estuvo bajo observación médica más tiempo de lo previsto. No fue hasta el 16 de marzo cuando abondó el King Edward VII.
El príncipe Felipe de Edimburgo -antes de su matrimonio príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca- era hijo del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y de la princesa Alicia de Battenberg. Nacido en Corfú, Grecia, Felipe abandonó el país heleno siendo apenas un bebé, por eso nunca llegó a hablar el idioma.
Cuando tenía siete años, sus padres se instalaron en Reino Unido y fue precisamente entre Inglaterra y Alemania donde forjó y desarrolló su educación. En el año en el que empezó la Segunda Guerra Mundial, Felipe se une a la Marina Real británica para graduarse al año siguiente del Brittania Royal Naval College (conocido popularmente como Dartmouth) como el mejor cadete de su promoción.
Siguiendo el consejo personal de uno de sus tíos, Lord Luis Mountbatten, Felipe solicitó la nacionalidad británica y adoptó el apellido de su madre: Battenberg, que traducido al inglés sería Mountbatten -"montaña (de) Batten"-. Aquello fue el punto de arranque, el inicio en la búsqueda de un matrimonio a la altura de un príncipe: un enlace noble.
El 20 de noviembre de 1947, Felipe Mountbatten contrajo matrimonio con la princesa Isabel, hija del rey Jorge VI y la reina Isabel Bowes-Lyon, heredera al trono británico. Para ello, aceptó despojarse de su pasado, de su origen, de sus raíces griegas, empezando la religión ortodoxa.
En cuanto pronunció las palabras "I do" ("Sí, quiero") en la imponente Abadía de Westminster en Londres, el príncipe perdería para siempre su título "de Grecia y Dinamarca". Para su tranquilidad, el soberano Jorge le concedió el tratamiento de Su Alteza Real y lo nombró desde entonces conde de Merioneth, barón de Greenwich y el título más importante y con el que pasará a la historia: duque de Edimburgo.
En 1952, cuando Isabel ya era madre de su primogénito, ascendió al trono tras la muerte del rey Jorge, siendo su esposo el consorte de la reina que lo revolucionó todo. Cinco años más tarde, Isabel II le concedió dos títulos muy significativos y relevantes para su historia institucional: príncipe del Reino Unido y primer caballero en la precedencia del Reino Unido. La imposición de la corona a Isabel II, que decidió mantener su nombre de pila como Reina -en inglés Elizabeth-, levantó cierta polvadera por la posibilidad de que la Casa Windsor pasase a llevar el apellido originario de Felipe: Mountbatten.
Por expreso deseo de la reina María en petición formal al primer ministro Winston Churchill, Isabel mantuvo el nombre de la Casa, pese a la indignación de su esposo que afirmaba con cierta ira ser "el único hombre del país al que no se le permite dar su apellido a sus hijos". En 1960, la Reina emitió una orden en la que declaraba que sus descendientes masculinos que no llevasen el tratamiento de Alteza Real o el título de príncipe llevarían el apellido Mountbatten-Windsor.
Fruto de su matrimonio con Isabel II, el duque de Edimburgo tuvo cuatro hijos: los príncipes Carlos (72), Ana (70), Andrés (60) y Eduardo (56). Además de cuatro vástagos, tenía ocho nietos y nueve bisnietos. Su primogénito, el príncipe de Gales, es padre de William (39) y Harry (36), quienes a su vez son padres de George (7), Charlotte (5) y Louis (2) y Archie Harrison Mountbatten-Windsor (1), respectivamente. La princesa Ana es madre de Peter (43) y Zara (39), quienes a su vez son padres de Savannah (10) e Isla Elizabeth (8) y Mia (7) y Lena (2), respectivamente.
El polémico Andrés de York es padre de dos hijas, nacidas de su matrimonio con Sarah Ferguson (60). Ellas son las princesas Beatriz (32) y Eugenia de York (30). Princess Eugenie acaba de ser madre de un niño al que ha llamado August. Para concluir, el conde de Wessex, Eduardo, tiene dos hijos: Lady Luisa (17) y Jacobo Mountbatten-Windsort (13).
La salud del duque
Felipe de Edimburgo ha requerido atención médica en numerosas ocasiones en los últimos años, incluida una operación coronaria de emergencia en 2011, tras sufrir fuertes dolores en el pecho, para desbloquear una de sus arterias. La intervención quirúrgica fue un éxito.
Una infección de vejiga en junio de 2012 le impidió participar en las celebraciones del jubileo de diamantes de Isabel II, el 60 aniversario de su ascensión al trono, y en junio de 2013 se sometió a una operación "exploratoria" en el abdomen. El 4 de mayo de 2017, con 95 años, anunció que a partir de entonces dejaría de acompañar a su esposa a actos oficiales y se retiró de la vida pública.
El 20 de junio de 2017 fue hospitalizado en el hospital privado King Edward VII como medida preventiva por sufrir una infección, por lo que no pudo asistir a la apertura del Parlamento británico y fue sustituido por su hijo, el príncipe Carlos.
En diciembre de 2019, el duque ya pasó cuatro noches ingresado en ese mismo hospital para recibir tratamiento por una dolencia cuya naturaleza no ha trascendido. En enero de ese mismo año, con la edad de 97 años, Felipe sufría un accidente de tráfico cuando conducía su propio vehículo. En concreto, se produjo un choque entre su coche y otro que se encontraba en ese mismo momento en la carretera: nadie salió herida, aunque el duque asumió su responsabilidad.
Envió, incluso, una carta de disculpas. "Profundamente arrepentido", admitía encontrarse, asegurando que lo sucedido le pasó factura a nivel emocional. Emma Fairweather, de 46 años, una de las pasajeras que iba en el otro coche, fue quien recibió esta carta en la que Felipe le explicó que "todo pasó porque el sol le había deslumbrado", mientras su vehículo se acercaba a un cruce. Después de aquello y tras ser cazado una vez más al volante, entregó su permiso de conducción.
El pasado 16 de febrero de 2021 el duque de Edimburgo fue hospitalizado una vez más tras asegurar que se sentía mal. Una semana después de su ingreso, cuando el príncipe Eduardo confirmó que su padre había recibido tratamiento por una "infección". Sus palabras coincidieron con la noticia emitida el mismo día por un portavoz de la casa real británica, que hasta entonces se había limitado a informar que el padre del príncipe Carlos se había sentido indispuesto durante un breve periodo.
El 1 de marzo, los médicos decidieron trasladar de hospital al duque de Edimburgo para hacerle otras pruebas y detectar una afección cardíaca preexistente que le hizo someterse a una intervención dos días después. El procedimiento se llevó a cabo con éxito en el Hospital St Bartholomew, donde permaneció hasta el 5 de marzo cuando regresó al King Edward VII para continuar con su tratamiento "durante varios días". Finalmente, recibió el alta médica el 16 de marzo, casi un mes antes de que falleciera en el Castillo de Windsor.
[Más información: Los 99 del duque de Edimburgo, el consorte más longevo de la historia de la monarquía británica]