Viernes 23 de abril, Día Internacional del Libro. Localidad madrileña de Alcalá de Henares. Los reyes de España, Felipe VI (53 años) y Letizia (48), acuden a un acto en el Instituto Cervantes. Lo hacen acompañados por las autoridades competentes. Entre ellas, el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes (52), y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (42). Hasta ahí, todo normal. Puro protocolo. Entre vivas y aplausos de los ciudadanos, todos posan a las puertas de la institución como marcan los cánones. Tras este momento, y antes de encaminarse hacia el interior del centro, se produce el momento del que muchos hablan en las últimas horas.
El rey Felipe se detiene a saludar al público. Detrás de él, Díaz Ayuso, que también atiende, desde la lejanía, a los habitantes de Alcalá de Henares. Para sorpresa de muchos, la presidenta de la Comunidad posa su mano en la cintura del marido de Letizia durante unos segundos. El Rey, al notar el gesto, se vuelve sorprendido por el contacto físico, y mira la mano de Isabel Díaz Ayuso sin saber qué ha ocurrido. Hasta ahí, la lectura objetiva de la imagen, que fue recogida al minuto, tanto por las redes sociales como por los medios de comunicación. ¿A qué se debía ese gesto? ¿Se trata de un exceso de confianza?
¿Es ese tocamiento una manera de indicarle algo al monarca? ¿Es algo espontáneo? Muchos no dudaron en definir el gesto como "excesivo" o "fuera de lugar". Más allá del motivo o la intencionalidad, lo que es un hecho es que Díaz Ayuso se saltó el protocolo por unos segundos, además de no respetar la distancia social por la pandemia. Pese a todo lo que se ha especulado a raíz de este gesto, todo tiene una explicación.
Así lo informa Vanitatis, medio que ha podido hablar con el entorno de la presidenta. Ayuso le agarra por la cintura cuando se percata de que el Rey estaba dando unos pasos hacia atrás y podría tropezarse con ella y trastabillar. Para evitar ese momento, la política le advierte posando la mano en su cintura, según la versión que se ha deslizado desde su entorno. Se trata, pues, de un mero aviso ante una situación imprevista. Una escena, entre incómoda y un tanto cómica, que tuvo lugar este pasado viernes durante el acto por el Día Internacional del Libro. Todo se recondujo a tiempo y la jornada continuó según lo previsto.
Primer acto de la Familia Real al completo
Este pasado jueves, un día antes del gesto de marras, tuvo lugar el primer acto institucional de este año 2021 para la Familia Real al completo. Los reyes de España se trasladaron, acompañados de sus dos hijas, la princesa de Asturias, Leonor de Borbón (15), y la infanta Sofía (13), a la puesta a flote del nuevo submarino de la Armada, el S-81 Isaac Peral, en Cartagena. Si bien en un principio estaba previsto que este evento fuese presidido únicamente por el rey Felipe, se confirmaba en la agenda oficial de actos de la Familia Real que a la visita se sumarían la Reina y las infantas, a quienes, además, acompañaría la ministra de Defensa, Margarita Robles (64).
La expectación para este acontecimiento era máxima, pues se trataba del primer acto conjunto del año para los cuatro miembros principales de la Familia Real. La última vez que se pudo ver a los soberanos y las infantas juntos fue el pasado 11 de diciembre, cuando presidieron en el palacio de El Pardo una reunión del Patronato de la Fundación Princesa de Girona. En esta ocasión, y como no podía ser de otra manera, todas las miradas estaban posadas sobre las hijas de los Reyes. La princesa Leonor sorprendía luciendo nuevo corte de pelo, original, fresco y perfecto para abrazar el inminente verano. El pasado 24 de abril, la heredera al trono de España acudía al Instituto Cervantes de Madrid para presidir su primer compromiso institucional en solitario y presumía de impresionante melena de ondulaciones rubias.
Una cabellera que llamaba la atención porque incluso gozaba de distintas tonalidades de dorado, que incluso llegaron a provocar el comentario sobre unos posibles reflejos o mechas. La princesa lucía en este acto un vestido corto en algodón y tweed de varios colores y mangas puffy de Zara (29,95 euros) y un abrigo blanco de manga francesa de Adolfo Domínguez. Como curiosidad, esta última se trata de una prenda que ha robado -se entiende que ha tomado prestada- de su madre, la Reina. Letizia lo estrenó en mayo de 2018, para una reunión de trabajo sobre las misiones y medios de la UME -Unidad Militar de Emergencia- Su precio era entonces de 198 euros. Exactamente lo mismo sucedía con los pendientes de oro amarillo con forma de aro que imitan la forma del bambú -y que no es la primera vez que se los pone ni la primera vez que madre e hijas se intercambian prendas-. En sus pies, Leonor estrenaba calzado, de la firma Mathildas Bailarinas.
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