Felipe de Edimburgo murió debido a su avanzada edad. Su fallecimiento fue por causas naturales. Nada tuvo que ver ni la enfermedad cardiaca ni la infección, sus principales dolencias en los últimos años. El marido de la reina Isabel II de Inglaterra (95 años) perdía la vida de viejo. Así las cosas, tal y como reza el certificado médico que ha facilitado la Casa Real británica, Felipe murió el pasado 9 de abril únicamente por "vejez".
En esa línea, el documento, que ha visto la luz a punto de cumplirse un mes de su muerte, añade que el duque se fue "pacíficamente" a los 99 años en el castillo de Windsor. Este certificado lo rubrica sir Huw Thomas, jefe de la casa médica real. Se apunta, a modo explicativo, que el término "vejez" es aceptado, como en el caso de Edimburgo, si el paciente supera los 80 años, y siempre y cuando el médico que lo supervisa y analiza durante un tiempo ve un claro deterioro, natural y paulatino.
De este modo, queda patente que nada adicional afectó a su deceso, ni siquiera la dolencia cardiaca que lo obligó a ser intervenido quirúrgicamente semanas antes de su triste pérdida. Se informa, además, que la muerte del duque fue registrada en el distrito real de Windsor y Maidenhead. Quien hizo la operación fue su secretario privado, el brigadier Archie Miller-Bakewell, cuatro días después de su fallecimiento.
Por último, en el certificado se hace un importante hincapié a la herencia griega del marido de Isabel II, así como a su apellido Mountbatten, ese por el que tanto batalló para no perder. Así pues, se puede leer claramente su nombre al completo: "Su Alteza Real el Príncipe Felipe, duque de Edimburgo antes conocido como Príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca antes conocido como Philip Mountbatten". También se recuerda su labor como oficial naval y su ocupación de príncipe del Reino Unido.
Aún están muy presentes las palabras que la Reina dedicó a su marido en su 95 cumpleaños. Emocionada, sostenía: "Con motivo de mi 95 cumpleaños he recibido muchos mensajes con buenos deseos, que aprecio mucho. Si bien como familia estamos atravesando un periodo de gran tristeza, ha sido un consuelo para todos nosotros ver y escuchar los homenajes que se le han rendido a mi esposo, dentro del Reino Unido, de la Commonwealth y de todo el mundo. Mi familia y yo queremos agradecer todo el apoyo y las muestras de bondad recibidas en los últimos días. Nos hemos sentido profundamente conmovidos y seguimos recordando que Phillip tuvo un impacto tan extraordinario en numerosas personas a lo largo de su vida".
Preocupación en Windsor
Tal y como se publicó, la monarca, que cumplía años por primera vez en 70 años sin tener a su lado al duque de Edimburgo, lo pasó sola en el Castillo de Windsor, donde se instaló con su marido poco después de que comenzara la pandemia. Tan solo un reducido grupo de personal que trabaja para ella estuvo a su lado en un aniversario marcado por el luto, que finalmente abanonó para cumplir con sus obligaciones. Este proceso de duelo de Isabel II no ha estado exento de polémica y disgustos.
El pasado 25 de abril, dos personas ajenas a la Corona fueron detenidas tras haber trepado los muros del castillo donde ha permanecido la monarca británica en los últimos meses. Según informaba el periódico The Sun, un hombre de 31 años y su pareja, de 29, escalaron las paredes del Royal Lodge de Windsor, un lugar cercano al área en la que la Reina suele pasear a sus perros o montar a caballo. La prensa local apuntaba que la policía encontró a estos intrusos en los terrenos donde está la Capilla de Todos los Santos, que también frecuenta Su Majestad.
Tras el hecho, la pareja fue arrestada y llevada a la comisaría de la policía de Maidenhead. Sin embargo, fueron puestos en libertad bajo fianza mientras continúan las investigaciones del caso. Aunque la Familia Real no se ha pronunciado públicamente al respecto, personas cercanas a la Corona sí han advertido sobre el peligro que corre Isabel II ante la ineficacia de su seguridad. "Es totalmente inaceptable y vuelve vulnerable a la Reina. Esto es muy preocupante y las cosas realmente deben cambiar", comentó Ken Wharfe, oficial de protección personal de Lady Di durante siete años.
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