No es un secreto que la relación entre Guillermo (38) y Harry (36) de Inglaterra no está pasando por su momento más idílico. La personalidad de ambos hermanos siempre ha sido opuesta en cuanto a protocolo y presencia. Mientras que el actual duque de Cambridge era conocido por desempeñar sus funciones y estudios con ejemplaridad, el hijo pequeño de Diana de Gales era fotografiado de fiesta. Sin embargo, el lazo y la conexión, entre ambos hermanos, se mantenía fuerte y aparentemente inquebrantable.
Desde la marcha de los duques de Sussex al continente americano, abandonando todas sus funciones y responsabilidades como miembros de la realeza, la tirantez entre ambos hermanos ha ido creciendo. Una tensión que, con las diversas declaraciones de la pareja en su entrevista con Oprah Winfrey (67), ha ido en aumento. Desde acusaciones de racismo, hasta comentarios dirigidos específicamente a su hermano mayor, acusándolo de estar "atrapado dentro del sistema" y asegurando sentir lástima por él y por su padre, el príncipe Carlos (72). Unas declaraciones que no tardaron en ser contestadas y negadas por el propio duque de Cambridge.
La brecha entre ambos hermanos era palpable durante su último encuentro: el funeral de Felipe de Edimburgo, el pasado mes de abril. Una cita donde apenas intercambiaron miradas o palabras.
La última interacción pública entre ambos se produjo hace escasos días con el nacimiento de Lilibet Diana, la segunda hija del príncipe Harry y Meghan Markle (38), a través de la red social de los duques de Cambridge: "Estamos encantados con la feliz noticia de la llegada de la bebé Lili. Felicidades a Harry, Meghan y Archie", dictaba el mensaje acompañado de una fotografía, en blanco y negro, de la pareja junto a su hijo. No obstante, la rigidez entre ambos podría llegar a su fin el 1 de julio.
Su gran punto de unión
Si hay algo, que pese a las acusaciones y disputas entre ambos se mantiene es el amor que ambos profesan hacia su madre, lady Di, y hacia todas sus causas humanitarias.
Hace tres años, los hijos de la eterna princesa hacían público, a través de un comunicado, que querían homenajear a su madre y a su labor humanitaria, impulsándola, con una estatua de ella.
"Han pasado más de veinte años desde que nuestra madre falleció y, por tanto, es el momento para reconocer el impacto positivo que supuso su figura para el Reino Unido y para el resto del mundo con una estatua permanente", declararon en un comunicado conjunto los entonces príncipes.
Asimismo, se decidió, tras pensar posibles ubicaciones, situar la escultura en el jardín del Palacio de Kensington, residencia actual de los duques de Cambridge y sus hijos, y la última residencia oficial de la princesa. Allí, estaría accesible para el público para que todos los admiradores de la princesa pudieran visitarla.
La escultura se encargó, tras múltiples propuestas, a Ian Rank-Broadley (69). Un reconocido artista que ya ha realizado otros trabajos para la familia real británica como, por ejemplo, la representación de la reina Isabel II en las monedas para el Reino Unido y, también, fue el responsable de crear una moneda homenaje de oro, con motivo del jubileo de diamantes de la reina Isabel II en 2012. No obstante, en esta ocasión, el Rank-Broadley ha tenido que alterar su confección tras las desavenencias y el descontento de ambos hermanos ante el aspecto que lucía Diana. Esto ha provocado que la fecha del homenaje se vea alterada en varias ocasiones.
Con este acto público, se buscaba conmemorar los 20 años del fallecimiento de Diana en el trágico accidente. No obstante, las alteraciones en la obra del artista y la crisis sanitaria impuesta por la covid, ha promovido que dicha fecha se fije para el 1 de julio de este año, coincidiendo con el 60 cumpleaños de Diana Spencer.
De momento, se ha confirmado la presencia de ambos hermanos, responsables e impulsadores de este homenaje. Eso sí durante la ceremonia, que tiene previsto realizarse en los propios jardines, ambos hermanos pronunciaran un discurso que, pese a lo que se esperaba, será por separado. "Los hermanos estarán físicamente juntos para la ceremonia, pero quieren hacer sus propios discursos personales", declaraba una fuente cercana a ambos al medio The Sun.
Aunque la presencia de ambos parece estar confirmada, los últimos acontecimientos, es decir, el nacimiento de su hija, podrían alterar la estancia del duque de Sussex quién podría venir acompañado de su mujer, Meghan Markle y sus hijos, Archie (2) y Lilibet Diana, en el que sería el primer acto público donde se podría ver el rostro de la hija de los duques de Sussex, quién lleva el nombre de la homenajeada y, también, el primer viaje tras la marcha y las posteriores acusaciones de la antigua actriz.
[Más información: Mountbatten, el apellido 'repudiado' de Felipe de Edimburgo que ahora lleva la hija de Meghan y Harry]
Noticias relacionadas
- Así es Louis Spencer, sobrino de Lady Di y uno de los solteros más deseados de la aristocracia inglesa
- El príncipe Moulay Hassan de Marruecos cumple 18 años: así es el heredero que detesta que le besen la mano
- Meghan Markle reaparece tras su polémica entrevista con Oprah: su mensaje más personal y reivindicativo