El rey Felipe VI (53 años) ha tenido varios compromisos estos días en Andalucía. El domingo 12 de junio recibía en Cádiz al buque escuela Juan Sebastian Elcano, vestido de uniforme. Y este lunes 14 de junio, ha recibido la Medalla de Andalucía en Sevilla acompañado de su esposa, la reina Letizia (48). Pero entre estos dos actos oficiales ha tenido lugar otro evento apartado de la rigidez del protocolo.
Antes de su llegada a la capital andaluza, el jefe de Estado hizo una parada a unos 46 kilómetros. Concretamente, Felipe VI detuvo su camino para cenar en la bodega La Mazaroca, en Arahal, un pequeño pueblo de menos de 20.000 habitantes donde una noticia de este calibre ha revuelto la paz que suele reinar en él.
"No sabíamos nada. Hasta una o dos horas antes no se supo la noticia", comenta Juan, dueño del bar Tres Gatos, a JALEOS. Este local es uno de los negocios sitos en la calle Óleo, a unos pocos metros de donde se encontraba de manera 'secreta' el monarca.
Se trata de una vía concurrida donde se congregan varios negocios de ocio y la noche de este domingo "había faena" tal y como remarca Manuel, de otro de los emplazamientos cercanos a La Mazaroca, el Bar Stop. Precisamente por eso, él comenta que no se enteró de mucho: "Yo escuché a gente tocando las palmas, pero no sabía por qué", explica el tabernero que estuvo trabajando junto a su mujer durante la ajetreada noche.
De algo más se percató el dueño de Tres Gatos que pudo apreciar cómo el Rey saludaba al personal dentro del local: "Fue con cuatro o cinco escoltas". Y es que uno de estos miembros del equipo de seguridad de Felipe VI es natural de la localidad sevillana: "Se le conoce como Flores, pero no suele venir mucho por el pueblo", explica este vecino.
Quienes sí supieron de tan solemne visita algo antes, lógicamente, fueron los dueños de la bodega, según comenta Juan, pero lo supieron llevar con la discreción que corresponde. El dueño del bar Tres Gatos revela que el gerente de La Mazaroca le encargó al proveedor de vinos que comparten un caldo "muy especial", pero no le especificó el motivo de la petición y ni por supuesto quién sería el catador del mismo.
La Mazaroca es un local con solera que abrió sus puertas en 1973 a los mandos de Manuel Blanca y que actualmente está regentado por sus tres hijos Jorge, Demetrio y Silverio. Suele ser un sitio de referencia para el personal de la base de Morón de la Frontera, sobre todo son los altos cargos de la base militar quienes acuden a degustar la carta del local.
Según explica Juan Manuel Rodríguez, un arquitecto que tuvo el placer de compartir local con el Rey, la cena estuvo organizada al milímetro por los dueños del bar. La visita del soberano les sorprendió, ya que sabían que iba a acudir una personalidad importante, pero no sabían hasta qué punto: "Fue un dia histórico para nosotros, y lo recordaremos toda la vida".
El arquitecto, conocido de los dueños de la bodega, explica que el Rey quiso que se le sirviera con el mismo menaje que al resto de comensales porque quería disfrutar del ambiente tal y como era. También revela que los invitados dejaron que el Rey degustara su menú con tranquilidad, y una vez terminada la cena fue el padre de la princesa de Asturias (15) quien se comportó de una manera natural y cercana: "Se empezó a hacer fotos con todo el mundo, no le negó una foto a nadie", detalla Juan Manuel, que junto a su hermano, tuvo el privilegio de inmortalizarse con el jefe de Estado.
En lo que todos los testigos coinciden, tanto los viandantes que se encontraban en aquellos momentos por la zona, como los privilegiados que tuvieron el honor de cenar junto al monarca, es en que el pueblo recibió la real visita con los brazos abiertos. "Todo el mundo estaba aplaudiendo", comentan desde el cercano bar Pizzpollo, local desde el que además fueron testigos auditivos de la sonora forma en que se celebró la llegada del jefe del Estado: "Tiraron fuegos artificiales desde el bar. Está muy bien esto para el pueblo".
Felipe VI ha recibido este lunes en Sevilla la Medalla de Honor de Andalucía, en la primera ocasión en que se otorga esta distinción por parte del Gobierno regional. A su llegada la acto, Felipe y Letizia han sido recibidos con gritos de 'viva el rey' y 'viva España' por algo más de trescientas personas que los esperaban en la puerta principal del Palacio de San Telmo, decorada para la ocasión con un guion y varios reposteros y con la verja cubierta con guirnaldas y banderas de España y Andalucía.
[Más información: La cena secreta del Felipe VI en una bodega de Arahal, Sevilla]