Hace muchos años, la fecha del 24 de junio era fiesta grande en Zarzuela. Reinaba por aquel entonces Juan Carlos I (83 años) y se celebraba el Santo del Jefe por todo lo alto. En los ochenta se hacía la fiesta del verano en los jardines del Palacio Real, luego se decidió algo más discreto y se celebraba con una pequeña recepción en El Pardo. La cita era tan importante para la familia real, que en 2004, Felipe (53) y Letizia (48) adelantaron su vuelta de su viaje de novios para poder estar con el entonces Rey y su familia en la comida familiar por San Juan.
Pero todo eso forma ya parte del pasado y ahora este día es uno más en la agenda de los actuales Reyes. Y todo lo que se va a celebrar este jueves por San Juan es la festividad del patrón de la Policía Municipal de Madrid, que además, celebra el 50 aniversario de la incorporación de la mujer al cuerpo, acto que ha presidido Letizia.
La Reina ha amanecido pronto esta mañana de verano. Lo normal es que los actos de la agenda de la consorte empiecen a las 12 del mediodía, pero este jueves lo ha hecho a las diez de la mañana en el parque de El Retiro de Madrid. Para acudir a esta cita Letizia ha sacado del armario un vestido de una gran firma pero que sinceramente, no le favorece mucho.
Teníamos ganas de volver a verlo, eso sí. La vez que estrenó este diseño casi no pudimos apreciarlo. Fue en Mallorca en 2019, durante la clausura de la III Conferencia Internacional sobre Escuelas Seguras. Entonces tuvimos pocas fotos y nos quedamos con las ganas de verlo con más detalles. Este jueves, finalmente, ha sido el día, pero no nos ha convencido mucho.
Se trata de un vestido de la firma de lujo Salvatore Ferragamo. Tiene un estilo camisero en color teja, con las mangas fruncidas, la falda de corte midi es plisada y la cintura va supermarcada con un drapeado. Cuando llegó al armario de Zarzuela en el verano de 2019 tenía un precio de 1.600 euros. No tenemos muy claro qué es lo que no funciona en el diseño, pero no termina de encajar con el cuerpo de la Reina, igual es el color, que no le favorece mucho. Seguro que, en otro tono, era perfecto.
Letizia lo ha combinado con los salones destalonados de la línea CH de Carolina Herrera en la versión nude.
Como joyas también ha buscado en el fondo de su joyero, ya que ha lucido unos pendientes que tiene desde que llegó a Zarzuela, son unas lágrimas en oro blanco que terminan en dos pequeños zafiros rojos. Hacía mucho tiempo que no se los veíamos.
Mañana volveremos a ver a Letizia en solitario en Madrid. Será en la tradicional reunión de la Residencia de Estudiantes, un clásico en la agenda que si que perdura a pesar del cambio de Rey.
[Más información: Letizia rescata un vestido de Hugo Boss que tenía desterrado en su armario para su último acto]
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