No tenemos unos Reyes a los que les gusten las fiestas y las celebraciones a lo grande. Siempre han sido discretos y mucho más ahora por culpa de la pandemia. Por eso a nadie le extraña que Felipe VI (53 años) y Letizia (48) celebren su aniversario de proclamación, siete años ya, con un sencillo acto de entrega de las Medallas del Mérito Civil a personas anónimas que han hecho algo excepcional durante el último año.

Es una ceremonia preciosa que tiene lugar en uno de los salones más bonitos del Palacio Real, el de Columnas y al que desde hace unos años se han unido las dos hijas de los Reyes, la princesa de Asturias (15) y la infanta Sofía (14), para darle todavía más importancia y que tenga más repercusión. Y esa ha sido la idea también de Letizia cuando ha elegido esta mañana el look para lucir en esta entrega de medallas. La experiodista ha ido perfecta, ha estrenado vestido y en un color para que todo el mundo la vea. Se ha vestido de Reina.

Siempre nos gusta un estreno, pero cuando lo hace, además, acertando, pues nos gusta mucho más. Se trata de un vestido en color rosa fucsia, realizado en punto frío, con manga francesa y escote caja. Lo que más nos gusta es cómo cae la falda, de corte midi, y que le queda como un guante, sin ir tan ajustado a la cintura como a ella le suele gustar. El tono elegido hace que nadie dude, ni por un momento, quién es la Reina y dónde está.

Se trata de un diseño del modisto español Moisés Nieto, que tiene un precio de unos 400 euros, y que el creador español lo tiene también en color azulón, que es probable que se encuentre también en el armario de Zarzuela, ya que cuando a Letizia algo le gusta, suele hacer esto. Lo cierto es que últimamente le ha dado por este color a Letizia, y aunque nos gusta más como le sienta el rojo, nos está convenciendo con este tono tan llamativo.

La esposa de Felipe VI lo ha combinado con los salones en tono nude de Prada y como es lógico no ha llevado bolso. Otro de los símbolos que hace que se note la importancia que la Reina le da a este acto es que se ha recogido el cabello, cosa que para las citas de mañana no suele hacer. Sin embargo, el lugar y el acontecimiento merecían un moño de bailarina como el que ha lucido.

Las joyas vuelven a pasar a un segundo plano, pero bueno, algo es algo porque hemos dejado los aros de bambú en casa pero seguimos luciendo el anillo de Karen Hallam.

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