Puede que estemos viviendo uno de los meses de junio más intensos desde que Felipe VI (53 años)y Letizia (48) llegaron al trono en 2014. La pandemia ha hecho que muchos actos se hayan tenido que retrasar y ahora hay que recuperarlos.
Eso es lo que ha pasado con la visita de estado del presidente coreano, Moon Jae-in (68) y su esposa a nuestro país que iba a producirse en 2020 y que ha tenido que hacerse con casi un año de retraso.
El primer acto ha sido la recepción en el patio de armas del Palacio Real de Madrid. La hora, las cinco de la tarde, no era la más apropiada teniendo en cuenta el calor que está haciendo en la capital española, pero debe ser que los Reyes ni sienten ni padecen, porque aunque la Reina iba sin mangas, Felipe VI con la chaqueta y la corbata ha tenido que pasar calorcito.
Letizia ha sacado de su armario (y creemos que hará lo mismo esta noche en la cena de gala) un Felipe Varela. Y esa es la noticia del día, que la Reina ha vuelto a lucir un vestido del que era su único diseñador.
Se trata de un modelo que estrenó para la Fiesta Nacional del 12 de octubre de 2018. Era un diseño estilo romántico muy del estilo del modisto madrileño y que a la Reina le gustaba tanto en aquella época, antes de que el modo germano, traído por Hugo Boss la conquistara.
Es un vestido de encaje de Chantilly con falda vaporosa plisada y unos delicados bordados florales. Te guste o no, nadie le puede negar a Varela el trabajo tan minucioso y delicado que hace en cada uno de sus diseños. Llevan horas y horas de costura. El diseño recuerda mucho al traje Bar que Christian Dior hizo tan famoso a finales de la década de los 40 del siglo pasado, que lucían las mujeres amantes de la estética New Look para olvidar el horror de la II Guerra Mundial.
Aunque no tanto como su marido, pero Letizia también ha tenido que sentir el calorcito, ya que el cuerpo del vestido está hecho en lana forrada por en encaje. Hay que tener en cuenta que este vestido fue creado para la Fiesta Nacional del 12 de octubre, con el otoño ya en Madrid.
Como calzado Letizia ha elegido unos salones de Steve Madden que combinan el ante rosa, a juego con el vestido y una graciosa tira de vinilo que los sujeta.
La Reina ha vuelto a lucir su larga melena suelta que no impedían ver los pendientes de margaritas esmaltadas firmadas por Yanes y del que tiene el anillo a juego, aunque esta tarde lo haya dejado en casa a favor, como no, del de Karen Hallam. La elección de esta pieza no es al azar, como casi todo lo que hace la esposa de Felipe VI tiene un significado. Porque estos pendientes tanto en forma como en color, se parecen mucho a la flor nacional de Corea, el hibiscus, así que lo podemos interpretar como un ligero gesto de cariño hacia sus invitados.
Este ha sido solo el aperitivo, el plato fuerte llegará esta noche del martes 15 de junio, con la cena de gala en el Palacio Real, veremos con qué nos sorprende la Reina.
[Más información: La historia de amor de Moon Jae-in y Kim Jung-sook, la excantante que 'hechizó' al presidente de Corea]
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