El duque de Edimburgo fue un gran referente para su familia. Sobre todo para su nieta más especial, Louise Mountbatten (17 años). Aunque los príncipes Guillermo (39) y Harry (36) continuaron con su vocación militar, ninguno de sus descendientes compartió tantas aficiones con él como lo hizo la hija del príncipe Eduardo (57). De ahí que la joven haya heredado unos de sus bienes más preciados.  

Tras el fallecimiento del Príncipe el pasado 9 de abril, Lady Louise obtuvo dos ponis y el último carruaje de su abuelo, con el que fue vista este fin de semana en los terrenos del castillo de Windsor. Según desvelan las imágenes difundidas por la prensa local, la nieta de Isabel II (95) condujo este vehículo acompañada de su madre, Sophie de Wessex (56), y un asistente. En ese momento, llevaba un estilo deportivo, compuesto por unos pantalones beige, un polo azul marino, un casco protector y la melena recogida en una coleta. 

El carruaje en cuestión lo comenzó a usar el duque de Edimburgo a los 91 años, para pasear por Windsor y otras residencias de la Corona. Está hecho de aluminio y acero y fue construido bajo ciertas especificaciones impuestas por la Casa Real, basándose en el conocimiento de la Federación Ecuestre Internacional (FEI). 

En las próximas semanas, Louise volverá a mostrar su afición por esta práctica que llevó a cabo su abuelo desde que tenía 50 años, cuando asista al Royal Windsor Horse Show, el mismo espectáculo donde hace dos años llenó de orgullo al duque de Edimburgo, quien asistió como espectador. Se trataba de la primera aparición pública del consorte tras haber sido operado de la cadera.

Pero la conducción de carruajes es apenas una de las tantas aficiones que Lady Louise compartía con su abuelo. Siguiendo con el tema ecuestre, al igual que el duque de Edimburgo, la joven royal se ha mostrado como una apasionada por la hípica. Mientras que el fallecido Príncipe compitió en polo de forma profesional en la década de los 40, antes de casarse con Isabel II, la hija de los condes de Wessex se ha convertido en una consumada jinete.

Más allá de coincidir en sus aficiones deportivas, Louise también compartió con su abuelo el gusto por la moda. En los últimos años, ya convertida en una adolescente, la nieta de Isabel II ha ido forjando su estilo. Atrás quedaron aquellos vestidos con manga farol y falda de vuelo, para dar paso a apuestas más sofisticadas que cada vez tienen mayor parecido con las de su madre. Así lo demostró hace casi tres meses cuando asistió al servicio religioso en memoria del duque de Edimburgo. La nieta de la reina Isabel acudió de riguroso luto, con un vestido y chaqueta de Prada, que combinó con un minibolso de asa corta de Loewe.

Días después, en el funeral del duque de Edimburgo, Lady Louise volvió a llamar la atención por su look. Pero esta vez, por el broche que decoraba su abrigo y con el que rendía homenaje a su abuelo. El complemento era de estilo ecuestre y destacaba por tener la cabeza de un caballo, acompañada de un látigo. Era, sin duda, una señal clara con la que dejaba claro su cercanía con el consorte. 

Aunque los otros nietos del príncipe Felipe también han tenido algún gesto para honrar la memoria de su abuelo, los últimos movimientos de Lady Louise han demostrado que es ella quien continuará con el legado del Duque. Esto, a pesar de que tiene desventajas con respecto a sus primos más mediáticos: Guillermo y Harry o Eugenia (31) y Beatriz de York (32). 

Actualmente, Lady Louise ocupa el puesto 15 en la línea de sucesión al trono británico. Pero su estatus cambiará el próximo otoño cuando dará a luz su prima Beatriz, quien ostenta el décimo lugar. En ese momento, su bebé tendrá el onceavo sitio y todos los miembros de la realeza que estén por debajo de ella, incluida la hija de los condes de Wessex, descenderán un escaño. 

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