La reina Isabel II ha vuelto a demostrar que se encuentra en buena forma física y con sus capacidades intactas a sus 95 años. La monarca ha disfrutado de un fin de semana en Sandringham hasta donde ha viajado conduciendo ella misma su propio coche y silenciando así los rumores que apuntan a un estado de salud deteriorado, sobre todo después de la muerte de su esposo, el duque de Edimburgo.
Al volante de su Range Rover, la Reina de Inglaterra ha recorrido los aproximadamente 50 minutos que separan el Castillo de Windsor de su casa de veraneo. Con un look de lo más casual y cómodo para viajar y unas gafas de sol, Isabel II ha emprendido su viaje acompañada por dos personas del servicio de Casa Real, como muestran las imágenes a las que ha tenido acceso JALEOS.
Los caminos privados de sus haciendas en Windsor, Balmoral (Escocia) o Sandringham son los únicos por los que la monarca conduce, ya que a los 92 años decidió dejar el volante en la vía pública después de que su marido sufriera un accidente en el que resultó herida una persona. En las carreteras públicas lo hace con un chófer, como le aconsejó su equipo de seguridad.
Además, ella es la única persona en Reino Unido que maneja un vehículo sin permiso de conducir, un privilegio del que solo goza la persona que ostenta el título de soberano británico. Aprendió a conducir durante la Segunda Guerra Mundial y desde entonces es una gran apasionada de los coches. Su flota particular la forman Bentley, Jaguar, Land Rover y Range Rover, entre los que se calcula que suman más de 10 millones de euros.
Wood Farm, la casa preferida de Felipe
Isabel II ha decidido desconectar unos días de sus obligaciones y descansar en Wood Farm. En esta residencia de la Familia Real inglesa es donde más tiempo le gustaba pasar al fallecido Felipe de Edimburgo. El príncipe consorte vivió allí la mayor parte del tiempo desde su jubilación hasta su muerte el pasado 9 de abril de 2021. En esta modesta granja leía, pintaba y conducía su carruaje de caballos del que ahora disfruta en herencia su nieta Lady Louise, quien compartía afición por los caballos con su abuelo.
Es el lugar donde los Windsor se sienten en casa porque allí los sirvientes no visten los uniformes habituales y el día a día es más relajado. En Wood Warm encuentran la privacidad y tranquilidad de la que seguro ha gozado este fin de semana la Reina.
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