En el apartamento A1 del palacio de Kensington, como en tantos otros hogares, a finales de agosto se comienza con los preparativos del nuevo curso. La vuelta al cole es inminente y Kate Middleton (38 años) quiere hacer sencilla la transición de las vacaciones a la rutina para sus hijos: George (8) y Charlotte (6) regresarán al colegio St. Thomas Battersea y Luis (3) retomará su rutina en la escuela infantil Willcocks.
La duquesa de Cambridge es una madre que se implica a todos los niveles en la educación de sus hijos y por eso durante estas semanas se está esforzando especialmente porque sus pequeños se sientan unos niños más que van a empezar el cole.
Según publica The Sun, esta es una pretensión que de la que los Duques están muy concienciados: "Siempre se esfuerzan mucho para asegurarse de que los tres tengan una infancia lo más normal posible. Puede que George sea un futuro Rey, pero por ahora es solo un niño más", explica una fuente citada por el medio.
Para conseguir este propósito de normalidad, tanto George como Charlotte se valen de una estrategia que consiste en evitar que se les trate por sus títulos reales, algo que dejan aparcado al acceder a las instalaciones del colegio. Cuando atraviesan ese umbral son conocidos por sus compañeros como George Cambridge y Charlotte Cambridge.
Sin embargo, esta apuesta por la normalidad, no quiere decir que los duques de Cambridge no se preocupen porque los pequeños adquieran las normas de cortesía necesarias para desenvolverse, ahora en la comunidad educativa y más adelante en todos los actos oficiales que tengan que presenciar. Especialmente Kate está muy involucrada en lo siguiente: "Modales en la mesa, cartas de agradecimiento, se están inculcando a los niños pequeñas cortesías para que se vuelvan automáticas", apunta la fuente del citado tabloide. A lo que añade: "Si George ha sido travieso, y lo ha sido en ocasiones, Kate y William son buenos para explicarle los aciertos y errores de lo que pasó".
Entre todas estas actividades hay una que destaca especialmente y es que, al parecer, a Kate y a sus hijos les encanta cocinar juntos, algo que convierten en un juego con el que adquieren nuevas habilidades: "He hecho masa de pizza con George y Charlotte. Les encanta porque pueden ensuciarse las manos", explicó la esposa de Guillermo de Inglaterra (38) durante un almuerzo en el centro comunitario de St Luke, en 2018.
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