Los impresionantes mosaicos de oro de la Catedral de Monreale, en la provincia de Palermo, en Sicilia, han sido testigos de excepción de la gran boda del príncipe Jaime de Borbón-Dos Sicilias (28 años) y Lady Charlotte Lindesay-Bethune (28). Este sábado 25 de septiembre, la pareja se ha dado el 'sí, quiero' ante centenares de ilustres invitados pertenecientes a las sagas de la realeza, la aristocracia y la burguesía más importantes de Europa.
El hijo mayor de los duques de Calabria, Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Sofía Landaluce, y la aristócrata escocesa se han casado en un templo alternativo al que tenían previsto en un principio, la Catedral de Palermo. Sin embargo, apenas 8 kilómetros separan un Duomo de otro, y el motivo del cambio se debe a las restricciones sanitarias aún vigentes por la pandemia. Pero este altercado no ha empañado el enlace.
Tras meses de preparativos, ha llegado el gran día. La novia hacía su aparición estelar en la avenida principal que da a la entrada de la catedral subida en un carruaje de asientos de terciopelo beige y tirado por caballos blancos. En el momento en que Charlotte aguardaba en el vehículo junto a su padre, sonaban las gaitas, un instrumento ligado a los orígenes escoceses de ella.
Minutos más tarde, -curiosamente después de la novia-, aparecía un elegante coche negro. En su interior estaba Jaime de Borbón-Dos Silicias dispuesto a sellar su amor con su pareja. El príncipe llegaba del brazo de su madre, quien lucía un vestido largo en color rosa empolvado muy favorecedor y una tradicional mantilla negra.
Ante la llegada del novio, Lady Charlotte ya pudo salir del carruaje y desvelar su impresionante vestido de novia. La aristócrata escogió un diseño que se ceñía perfectamente a su figura. Destaca el cuerpo totalmente de encaje, con manga larga y cerrado al cuello; un estilo muy de reina hollywoodiense que ha recordado mucho al que lució la recordada Grace Kelly en su boda. También ha mostrado una tiara brillante sobre su pelo recogido y un velo que caía desde la parte trasera de la principesca corona.
Convertidos ya en marido y mujer, los recién casados han saludado a los curiosos y medios que se agolpaban a la salida del templo. Después, han subido al mismo carruaje que había llevado a la novia y se han dirigido al Palacio Real de Palermo -antigua propiedad de la familia Dos Sicilias y actualmente Patrimonio de la Humanidad-, donde ha tenido lugar la recepción de los invitados y la celebración.
Pese a que en la lista de invitados figuraban representantes de la Casa Real española, desde los actuales Reyes a las infantas Elena (57) y Cristina (56), en el desfile de asistentes que ha emitido en directo el medio italiano Monreale Live no se ha apreciado, de momento, ninguna presencia de los Borbón y Grecia. Cabe recordar que el vínculo entre el contrayente y la realeza española es muy fuerte y cercano, ya que su abuelo era el príncipe Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primo del rey Juan Carlos (83), por lo que se espera la asistencia de la reina Sofía (82) acompañada por sus hijas. Sí se ha podido ver a los duques de Huéscar, Fernando Fitz-James Stuart y Solís (31) y su esposa, Sofía Palazuelo (29).
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