El pasado 9 de abril el duque de Edimburgo desapareció para siempre. Aquel viernes de primavera, el Príncipe perdió la vida y dejó un enorme vacío en sus seres queridos. Sobre todo, en la reina Isabel II (95 años), quien fue su compañera durante más de siete décadas. Desde entonces no han cesado las demostraciones de cariño a la Familia Real británica y se han llevado a cabo una serie de homenajes en nombre del consorte, que no han hecho más que demostrar que su recuerdo permanece intacto.
El mismo día de su muerte, las redes sociales y principales plataformas de los miembros activos de la Corona se llenaron de fotografías inéditas y bonitos mensajes. Días después, continuaron los comunicados por parte de la Familia Real y se sumaron a los tributos varios sectores de Reino Unido que nada tienen que ver con la realeza. El Parlamento, por ejemplo, hizo una sesión especial en recuerdo del príncipe Felipe, y The Royal Mail -el servicio postal- puso a la venta cuatro sellos, todos en blanco y negro y con la cara del duque de Edimburgo, en los que rememoraban instantes importantes de su biografía.
Semanas después, el ministro de Economía, Rishi Sunak, presentó una nueva moneda de cinco libras en memoria del marido de la reina Isabel, con el objetivo de celebrar la "vida bien vivida" del príncipe Felipe, quien falleció dos meses antes de cumplir 100 años. El último homenaje fue la emisión del documental Prince Philip: The Royal Family Remembers, el pasado 22 de septiembre. Se trata de un especial que contó con la participación de varios miembros de la Familia Real, a excepción de Kate Middleton (39), Meghan Markle (40) y la soberana británica.
En los últimos seis meses, Isabel II ha preferido llevar el luto con discreción y han sido contadas las veces que se ha pronunciado sobre su marido. Sin embargo, ha mantenido su recuerdo a través de una forma muy particular. Si bien no ha sido protagonista de todos los tributos que se han hecho en nombre del duque de Edimburgo, la monarca ha rendido homenaje al Príncipe a través de sus estilismos. Una curiosa manera de tenerlo presente en muchos de sus importantes momentos como monarca.
Durante una videollamada a finales de abril, que significó su primera aparición pública tras el funeral del duque de Edimburgo, Isabel II se mostró con un vestido azul de estampado floral que combinó con un broche creado a partir de las joyas que llevó el día de su boda con el príncipe Felipe. En realidad, la monarca obtuvo un collar y una tiara que ya no existe, ya que en la década de los 70 la Reina decidió desmantelarla y crear otros accesorios. Aquella corona estaba formada por tres rosas desmontables que Su Majestad decidió usar como broches.
El 22 de mayo, en una visita oficial al portaviones 'HMS Queen Elizabeth', la Reina llevó un look rojo con detalles negros que completó con impresionantes joyas. Esto, de hecho, fue lo más llamativo de la jornada. Entonces, Isabel II apostó por unos pendientes y collar de perla, y el broche Grima Ruby Scarab, cerca de su solapa izquierda y justo encima del corazón, que acaparó todas las miradas. Aquel accesorio forma parte del joyero de la monarca desde hace más de 50, cuando se lo regaló su fallecido marido. Está realizado en oro amarillo y con incrustaciones de diamantes y rubíes reciclados.
Fue en 1966 cuando la Reina usó por primera vez la joya en cuestión, más tarde rebautizada con el nombre de 'Ruby Venus'. Desde ese momento, lo ha elegido en múltiples ocasiones, como en sus aniversarios de boda. La decisión de llevarlo el pasado mes de mayo escondía un mensaje detrás. De esta forma, Isabel II recordaba a su esposo, quien llevó a cabo una larga carrera militar. "Como hija, esposa y madre de oficiales navales, reconozco los sacrificios que se requieren de ustedes para el bien nacional", expresó entonces la monarca, dirigiéndose a la tripulación del barco militar. "Siempre tendré un vínculo especial con el 'HMS Queen Elizabeth', con todos ustedes y sus familias". añadió.
Otra de las ocasiones en las que Isabel II usó su estilismo para rendirle homenaje al duque de Edimburgo fue el pasado junio, en el Trooping the Colour, un evento especial para ella porque es allí donde celebra su cumpleaños. Para el desfile militar, marcado por la ausencia de su marido, la Reina optó por un abrigo con flores de color limón bordadas en el cuello que cubría un vestido de estampado floral que dejó ver al sentarse en la carpa instalada en el castillo de Windsor para llevar a cabo esta festividad. Esta misma pieza la había lucido un año ante junto al duque de Edimburgo para celebrar su 99 cumpleaños.
Con cada uno de estos estilismos, la monarca británica ha dejado claro que no olvida a su marido y que, si bien no hace mención de él en cada uno de los compromisos marcados por la Corona, el recuerdo del duque de Edimburgo sigue intacto y la acompaña en cada uno de sus pasos.
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