Horas después de cancelar un viaje previsto para el miércoles 20 de octubre a Irlanda del Norte por recomendación médica, el Palacio de Buckingham informó que Isabel II (95 años) pasó esa noche en el hospital para someterse a "exámenes preliminares", noticia que ha hecho crecer la preocupación por el estado de salud de la monarca.
Según la BBC, Isabel II fue examinada por especialistas en el hospital privado King Edward VII, en el centro de Londres, el mismo en el que estuvo ingresado su marido, el duque de Edimburgo, antes de fallecer el pasado 9 de abril a los 99 años. No obstante, la Casa Real no quiso especificar el centro hospitalario al que acudió. Únicamente se limitaron a señalar, en un breve comunicado, que la monarca "sigue con buen ánimo" y recibió el alta la mañana de este jueves, regresando al castillo de Windsor a la hora de comer. Desde allí continuará con su recuperación y se prevé que en los próximos días retome sus compromisos oficiales.
La soberana británica asistió al hospital el miércoles por la tarde "tras recibir el consejo médico de resposar durante unos días", motivo por el que canceló su último viaje programado. "La Reina envía sus mejores y más cálidos deseos a las personas de Irlanda del Norte y tiene ganas de visitar (la provincia) en el futuro", indicó un portavoz del Palacio de Buckingham el pasado miércoles. Aunque en todo momento la Casa Real aseguró que Isabel II se encuentra bien, esta decisión de último minuto hizo saltar todas las alarmas, ya que es poco habitual que se cancele su asistencia a eventos de gran magnitud con poca anticipación.
Desde Buckingham también han informado que ni el ingreso de la Reina ni la cancelación de su viaje están vinculados a una posible infección por coronavirus. Aunque la Casa Real no ha notificado en ningún momento si Isabel II ha recibido o no la vacuna, se ha dado por hecho, teniendo en cuenta su edad, que recibió el pinchazo hace unos meses.
Todas estas informaciones han llegado tan solo días después de que se hiciera público que los médicos han "aconsejado" a la monarca que deje de beber alcohol de forma diaria, excepto en ocasiones muy especiales, según comentó un amigo cercano de la Familia Real a la revista Vanity Fair. El objetivo del entorno de la reina Isabel es que llegue en la mejor condición física a junio de 2022, momento en el que asumirá la carga emocional y física de varios actos con motivo de la celebración del Jubileo de Platino, para celebrar sus 70 años en el trono.
Cinco días antes de desvelarse esta nueva medida, Isabel II sorprendió al mundo entero por llevar bastón en un acto religioso en la abadía de Westminster (Londres) en conmemoración del centenario de la organización benéfica de las Fuerzas Armadas 'Royal British Legion'. Era la primera vez en 17 años que utilizaba este objeto en un acto público. La última ocasión en la que se mostró de esta manera fue en 2004 tras someterse a una operación de rodilla.
Teniendo en cuenta el revuelo que generó la imagen de la Reina, la Corona aclaró que llevó el bastón "para su comodidad". Lo hizo al salir del coche para entrar en el templo y de nuevo más tarde al dejar la abadía. Entonces, también sorprendió que no hizo su entrada por la puerta habitual, sino por otra que quedaba más cerca de su asiento.
Pese a todas estas señales, muy propias de su avanzada edad, Isabel II, "educada, pero firmemente", rechazó ser distinguida con el galardón Oldie of the year ('Anciana del año') porque no se siente vieja. "Una solo es tan vieja como se sienta", declaró la soberana británica. Su secretario privado, Tom Laing-Baker, comunicó que la monarca "no cree que cumpla los criterios relevantes para poder aceptarlo". La Reina espera "que encuentren a un destinatario más adecuado".
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