Vestidos largos de estreno, tiaras, joyas y condecoraciones... Dos años y medio después, las cenas de gala han vuelto al Palacio Real de Madrid por todo lo alto. Los Reyes han recuperado el esplendor de antes de la pandemia. La reina Letizia (49 años) ha estado a la altura del acontecimiento, sabía que todos los ojos iban a estar puestos en ella y ha echado toda la leña al fuego. Con una aliada como la llamada Tiara Rusa o Tiara de Reinas es complicado no triunfar.
La esposa de Felipe VI (53) ha querido dejar huella con su look de este martes por la noche en Madrid. Se trataba de una cita importante, una cena ofrecida en honor al presidente de Italia, Sergio Mattarella (80), quien está acompañado por su hija Laura (52), ya que él es viudo desde 2012.
Letizia ha vuelto a confiar en el joyero real, en las piezas de pasar, y ha lucido lo más parecido que tenemos en España a una corona de Reina, una tiara que solo le habíamos visto en una ocasión más, hace ya tres años. Esta corona, porque se le puede llamar perfectamente así, por su majestuosidad y tamaño, perteneció a la regente María Cristina de Austria.
Tiene el nombre de la Rusa porque está inspirada en los tocados tradicionales de Rusia. Sus materiales quitan el hipo a cualquiera: platino, perlas y diamantes. Cuando la madre de Alfonso XIII fallece, este se la regala a la madre de Juan Carlos I, la condesa de Barcelona, con motivo de su boda con Don Juan.
Con la muerte de María de las Mercedes, que se la cedió a varias de sus nietas con motivo de su boda, la heredó el suegro de Letizia, quién se la regaló a su esposa, la reina Sofía (83). La madre de Felipe VI, como ha hecho con casi todas sus joyas, la convirtió en joyas de pasar, para que la luciera la actual reina de España.
Pero si la tiara es espectacular, no se queda atrás el collar con el que la ha acompañado Letizia. El bautizado como collar de chatones está compuesto por unos diamantes enormes, regalo de Alfonso XIII a su esposa y que la Reina estrenó en su cuello durante la ceremonia de entronización de Naruhito (61), en 2018.
Pero seguimos con el festival de los joyones, porque la cosa no ha terminado ahí. En sus muñecas, Letizia ha llevado dos pulseras de diamantes y, sujetando la banda verde la Orden al Mérito de la República Italiana que se le ha concedido, como manda la tradición, Sergio Mattarella, un broche XXL, también perteneciente al lote de pasar con una perla gigante. Está rodeado de brillantes y tiene otra perla en forma de lágrima.
Con semejante competencia en brillo, es normal que Su Majestad la reina Letizia haya optado por unos pendientes sencillos de brillantes. Hacía muchos meses que no dejábamos el vestido en un segundo plano, como si no importara, y es que esa es toda la intención del look de la soberana para esta noche de martes. Lo importante son las joyas, el vestido es simple envoltura.
Aunque se trata de un diseño correctísimo y que, si no hubiera tenido semejante competencia, igual hubiera merecido más letras y espacio. Es un traje de noche largo, como manda protocolo, en color negro, de tirantes, ajustado en la zona del pecho, con un escote drapeado y terminado en una graciosa cola. De momento, no sabemos quién lo firma, pero estamos casi seguros de que esta noche no es lo que más nos importa.
[Más información: La reina Letizia estrena bolso: su guiño al presidente de Italia, Sergio Mattarella, y a su hija]
Noticias relacionadas
- La reina Letizia, en autobús: el vestido de Massimo Dutti con el que ha viajado desde Cibeles a Carabanchel
- Letizia, excluida de una lista que destaca la bondad de las 'royals', por segundo año consecutivo
- La tiara que a Letizia aún le queda por estrenar: el collar de rubíes modificado que usó Audrey Hepburn