Si hay algo que distingue a una gran cena de gala de una recepción oficial o de un encuentro institucional de menos rango, es el significativo hecho de que la reina Letizia (49 años) desempolva sus históricas joyas y las luce junto a vestidos largo de costura y a las correspondientes condecoraciones con las que agasaja a sus ilustres invitados.
En marzo de 2020, la pandemia truncó la vida del mundo entero, sin hacer diferencia entre sangre roja y sangre azul. La Familia Real quedó confinada en el palacio de La Zarzuela y las joyas de Letizia, las privadas, las de pasar y las tiaras, en el lugar secreto donde permanecen. Hasta ahora. Esta semana vuelven las cenas de gala y todo apunta a que volveremos a ver a la esposa de Felipe VI (53) luciendo tiara en España tras dos años y medio sin hacerlo.
Según publica el Ministerio de Exteriores, "el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella (80), realizará una visita de Estado a España, del 16 al 17 de noviembre, acompañado de su hija Laura Mattarella (52)", que realiza las veces de primera dama tras la muerte de su madre, en marzo de 2012, a causa de un cáncer.
Ambos serán recibidos oficialmente por sus Majestades los Reyes, Felipe VI y Letizia, quienes ofrecerán una cena de gala en su honor en el Palacio Real. Como es habitual, o al menos lo era hasta la irrupción de la Covid, Letizia lucirá tiara y todavía existe una de la que no ha hecho uso. Se trata de una pieza muy especial, que descansa en el joyero personal de la emérita Sofía (83), y a la que la Reina podría tener acceso con permiso de su suegra.
Es la tiara de rubíes de Niarchos, un conjunto de joyas que el armador griego Stravos Niarchos regaló a la entonces princesa Sofía de Grecia con motivo de su boda con Juan Carlos de Borbón (83) en mayo de 1962 en Atenas, Grecia. Diseñada por la histórica casa de joyería francesa Van Cleef & Arpels, la tiara, antes de serlo, pasó por los cuerpos de Sophia Loren (87) y Audrey Hepburn en forma collar.
La impresionante e icónica joya lleva 12 años y siete meses de letargo en el joyero de Sofía y desde entonces no ve la luz. La última vez que la emérita la utilizó fue durante la visita de Estado del entonces presidente francés Nicolas Sarkozy (66) y su esposa, Carla Bruni (53), en abril de 2009. La tiara es en realidad un collar de rubíes de Birmania y diamantes en talla brillante y baguette.
Son hileras montadas en oro con rubíes en cabujón que están rodeados de brillantes y rubíes aún más pequeños. Este collar, como la mayoría de piezas del joyero real, sufre modificaciones, es decir, puede ser usado como collar, como gargantilla o como diadema de varias alturas, hasta tres -la reina Sofía ha llevado dos como máximo-.
El juego de joyas se completa con un par de pendientes, que en realidad fueron regalo de su madre, la reina Federica de Grecia. La emérita guarda un especial cariño a este regalo de bodas que tanto lució durante sus 39 años como consorte del rey de España. Como collar de una única hilera, por ejemplo, lo llevó en la cena previa a la boda real de su hijo, el príncipe de Asturias con la entonces periodista Letizia Ortiz, en mayo de 2004.
Tranquilidad para todos aquellos amantes de la alta joyería y la realeza que no vean a Letizia con la tiara Niarchos este martes en el Palacio Real. Está previsto que la Reina porte tiara hasta dos veces en dos semanas. Los Reyes realizarán una visita de Estado a Suecia a invitación del rey Carlos Gustavo XVI (75) del 23 al 25 de noviembre, momento más que idóneo para lucir vestido largo y emblemáticas joyas de valor incalculable a las que Letizia tomó cariño bastante después de la entronización de Felipe como rey.
[Más información: La diseñadora del último estreno de la reina Letizia: "Cuando la vimos con nuestro vestido, gritamos"]
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