Amalia de Holanda cumplió la mayoría de edad el pasado 7 de diciembre. La hija mayor de los reyes Guillermo (54 años) y Máxima Zorreguieta (50) alcanzó la deseada edad y no dudó en celebrarlo con una gran reunión en uno de los jardines de palacio. Según datos oficiales fueron solo 21 asistentes los que acudieron a la fiesta de cumpleaños, pero tal y como revelan medios locales holandeses, la lista de invitados se acercaba más al centenar, lo que ha indignado al país.
Una vez más la familia real holandesa se sitúa en el centro del escándalo por no cumplir con los deberes y protocolos derivados de la crisis sanitaria por la Covid-19. La heredera al trono de los Países Bajos se une a las polémicas que ya protagonizaron sus padres el año pasado en el peor punto de la pandemia con una reunión de amigos en el yate del Rey o con un viaje a Grecia de los Reyes aún en la segunda ola del virus en 2020.
La zona exterior ajardinada de la residencia real Huis ten Bosch, acogió la semana pasado la gran fiesta de cumpleaños de la princesa Amalia. Mientras los ciudadanos acatan de nuevo las restricciones sanitarias para evitar la propagación del coronavirus, la royal excedió el número de invitados permitido por parte del gobierno para las reuniones en casa. Pese a que el Servicio de Información del Gobierno, que es el órgano que regula todas las noticias que involucran a la familia real holandesa, apunta que apenas asistieron una veintena, medios como De Telegraaf hablan de una cifra en torno a los 100.
Se informa de que esta fiesta fue prácticamente improvisada, ya que, curiosamente, los festejos oficiales por la mayoría de edad de Amalia de Holanda se cancelaron debido al repunte de casos de la Covid en el país.
Desde Palacio han defendido que no se quebrantó ninguna restricción, y se asegura que, además de que todos los invitados a la celebración estaban ya vacunados con la pauta completa, se sometieron a un test para detectar la presencia de coronavirus. Se añade también que se guardó la debida distancia interpersonal entre los asistentes y el punto más importante en el que se hace hincapié desde la Casa Real holandesa es que toda la fiesta se llevó a cabo al aire libre. Sin embargo, estos argumentos no han calmado la indignación de la sociedad y de la prensa local. De hecho, la mayor denuncia que se hace desde la ciudadanía es que, mientras los habitantes solo pueden invitar a cuatro personas a sus hogares, parece que la familia real no tiene límites de aforo en ese sentido.
Se trata del tercer escándalo que protagonizan los miembros de la realeza holandesa en menos de dos años, tiempo en el que la pandemia por la Covid ha matado a millones de personas en el mundo. Por este motivo, los holandeses piden ejemplaridad a sus líderes y a sus representantes monárquicos.
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