En 2003, Curro Romero (88 años) y Carmen Tello (66) se casaron por lo civil en su finca Bellasombra, un paraíso terrenal ubicado en Espartinas, a 7 quilómetros de Sevilla. La mansión de 700 metros cuadrados de inspiración inglesa está rodeada por un jardín inmaculado de 13.000 metros cuadrados que atesora infinidad de secretos regados por los personajes más notables de la aristocracia, el toreo, la economía o la cultura. Sin embargo, debido a los altos costes de mantenimiento, el matrimonio decidió vender la propiedad en 2016 a Kip Dodds, un eminente florista cuyo concepto de belleza hipnotizó los estándares más exquisitos de la crème de la crème británico. Dodds pagó 1,8 millones de euros, una cantidad por debajo del precio de mercado.
Este privilegiado enclave de la zona residencial de El Aljarafe está al cuidado Kip y de su esposa sevillana Eli Urioste. Los jardines de casas de campo como Chatsworth House, Blenheim Palace, Highcle Castle y Apsley House, entre otras muchas joyas arquitectónicas, son emblemas de un lujo al alcance de unos olympiens aristocráticos que, a través de generaciones, han preservado un legado histórico.
Desde Bellasombra House, Kip y Eli gestionan un espacio ideal para celebrar banquetes, eventos corporativos, cenas de empresa, comuniones, fiestas de cumpleaños o cualquier otro tipo de evento que se le pase por la mente a la gente. Si tienes un sueño, ellos lo hacen realidad. De hecho, "estamos trabajando para convertir un viejo almacén en una capilla para seguir haciendo celebraciones especiales", apostilla este profesional británico de la jardinería.
La agenda de Kip es oro puro. Por sus manos han pasado Paul MacCartney (79) y familia, Mick Jagger (78), Jerry Hall (65), Norman Foster (86), Lucien Freud… y Lady Di, a quien realizó arreglos florales durante tres años. Humilde y cercano, confiesa que "cuando le pedí si la podía fotografiar junto al adorno navideño colgado en una de las puertas de la entrada aceptó y acto seguido me dijo si quería hacerme una foto con ella, pero le dije que no podía porque tenía prisa (risas). Me contestó: "Es la primera vez que me ocurre algo así". Aquellas palabras fueron más hermosas que la foto". Su relación especial la plasmó en el libro Kip’s Flowers for Diana.
¿Qué es lo que más le impactó cuando la conoció?
(Carcajadas) En lo primero que me fijé fue en sus piernas. ¡Eran fantásticas, increíbles! Cuando empezamos a hablar me di cuenta de que era una mujer muy sencilla, con los pies en la tierra y que trataba a todo el mundo por igual.
No debe ser fácil llegar hasta la princesa de Gales, ¿cómo lo logró?
El contacto fue su mayordomo (Paul Burrell) porque entró en mi floristería cuando acompañaba a sus hijos al colegio. Se presentó educadamente, me dijo que trabajaba en el palacio de Kensington y me preguntó si podía prepararle algunos arreglos florales para Lady Di. Una chica que trabajaba conmigo quería enviarle algo grande e impresionante para crear cierto impacto, pero me negué y le dije que haríamos lo que estábamos haciendo con los ramitos. Cogí unas macetas de terracota victorianas bastante viejas y sucias, hice dos arreglos florales y se los enviamos. Quedó encantada. Pagó por ellos y desde aquel momento empezamos a trabajar para ella.
Iba a Kensington Palace prácticamente cada día porque había recepciones al mediodía, fiestas por la noche, en muchas ocasiones ella no estaba porque era una mujer tremendamente ocupada, pero todo tenía que estar inmaculado. Cuando recibía centros enormes me llamaba para que los convirtiera en arreglos más pequeños que se distribuían por las habitaciones, los baños, el salón, etc. Le encantaban las flores que desprendían mucho olor. Era una apasionada de los aromas.
¿De qué habla un mortal con una princesa?
(Risas) Te vas a asombrar, pero teníamos muchas conversaciones sobre coches. Le encantaban. Pasábamos muy buenos ratos. Te lo ponía muy fácil porque se esmeraba en hacerte sentir especial. Era tremendamente sencilla, cariñosa y empática. A Eli y a mí nos invitó a una fiesta de navidad.
El día de su fallecimiento fue uno de los más tristes que se recuerdan, ¿hizo algún tipo de arreglo floral para el funeral?
No. Todo se gestionó a través del palacio de Buckingham. Dos de los pequeños arreglos florales del ataúd los hicieron sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique. Acudimos al servicio religioso porque nos invitaron.
¿Cómo empieza su proceso creativo cuando le hacen un encargo?
Principalmente qué tipo de flores y colores les gusta, así me puedo hacer una idea. En muchas ocasiones la rechazan porque no es de su agrado o no se lo pueden permitir, entonces simplifico el diseño o lo cambio completamente. Siempre he procurado hacer algo diferente que atrajera la atención. En Londres tengo algunos clientes que dan vía libre a mi creatividad y se disfruta mucho.
Obviamente, mucha gente piensa que este tipo de celebridades son bastante inaccesibles. ¿Es posible entablar una amistad con ellos debido a su trabajo?
Algunos son distantes, pero en mi caso me he encontrado con gente extraordinariamente amable. Por ejemplo, decoramos durante cinco o seis navidades la casa de Mick Jagger y Jerry Hall, empezamos a entablar una relación muy bonita y nos invitaban a las fiestas de cumpleaños de sus hijos, a las fiestas navideñas o a algún acontecimiento especial. Y aún mantenemos la relación con Jerry.
Y lo mismo sucede con la familia McCartney. A Paul y su familia le hicimos los arreglos florales durante muchos años para aniversarios, fiestas, bodas, nos invitaban a algunos de sus eventos e hicimos una estrecha amistad con Stella y Mary (hijas de Paul). Y lo mismo ocurrió con el pintor Lucian Freud. Nunca he tratado a las celebridades de una manera especial, soy muy llano y para mí son igual que cualquier otra persona. Creo que es una buena forma de romper el hilo para que todo fluya con normalidad.
Uno de sus clientes más veteranos ha sido Norman Foster, ¿qué rasgos destacaría de él?
Es una persona tremendamente inteligente, elegante y con un gusto exquisito. Le conocí cuando tenía 23 años y empecé a decorar su casa de campo, la oficina y su penthouse frente al Támesis en Londres. ¡Era súper impresionante!. Solo su habitación de matrimonio era tan grande como una pista de tenis. El interior te obnubilaba la mente. Fuimos muchas veces a cenar y, en alguna ocasión, estaba su actual esposa, lady Foster (Elena Ochoa). Cuando eran novios coincidíamos en algunas inauguraciones y fiestas.
¿Conserva algún objeto especial de estos personajes?
Norman Foster me firmó algunos libros de jardinería, Damien Hirst me firmó una copia digital de una de sus obras, de Paul McCartney tengo pequeños objetos diversos, lady Di enviaba postales de Navidad…
Aparte de lo obvio, ¿cree que hay mucha diferencia entre los ricos y famosos y el resto de la gente en cuanto a gustos?
En este sentido, no encuentro grandes diferencias porque normalmente el dinero solo te da más y no necesariamente lo mejor. Es cierto que dependiendo de tu poder adquisitivo puedes comprar rosas por veinte céntimos o por dos euros. La calidad cambia, pero no la manera en como usas el producto. Mi servicio es igual para todos en el trato. No me importa el dinero ni la posición social.
¿Qué consejos daría a la gente si quisieran decorar su hogar?
Lo más sencillo es siempre lo mejor pero, sobre todo, yo no mezclaría objetos de plástico con objetos naturales, orgánicos. Esa mezcla no suele funcionar. ¡Con lo bonito que es juntar frutas, palitos caídos de los árboles, nueces y flores!.
De cara al año que viene, ¿qué ideas tienen preparadas?
Además de lo de construir la capilla queremos potenciar la galería de arte con artistas desconocidos. Estamos experimentando con ciertos proyectos para que la gente tenga vivencias inolvidables. Al tener diferentes jardines podemos realizar actos únicos. Nuestra intención es que cualquier persona que venga se sienta como casa porque, al fin y al cabo, Bellasombra es un hogar familiar. Los eventos son muy diferentes a los típicos que suelen hacerse en cortijos o haciendas. Cada vez hay más gente que viene a Sevilla a casarse procedente de Canadá, Estados Unidos, Holanda, Inglaterra, Francia… porque el clima es muy agradable, sobre todo, las noches desde junio hasta principios de octubre.
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