Seis grados centígrados marcaba el termómetro a las 8:20 horas de la mañana del 5 de marzo de 2021 en Vitoria-Gasteiz. Medios de comunicación especializados en todos los ámbitos se agolpaban en el número 13 de la Plaza de los Fueros, a las puertas del bufete Imaz & Asociados, para cubrir e informar del primer día de trabajo de Iñaki Urdangarin (54 años) tras dos años y medio en la cárcel de Brieva.
El exduque de Palma, que entonces ya dormía en la prisión alavesa de Zaballa desde cuatro días antes, consiguió el tercer grado penitenciario y, por tanto, el permiso para empezar a trabajar, gozando de libertad absoluta para pasar los fines de semana junto a los suyos. De lunes a jueves debía regresar a dormir a su celda.
El hecho de que Urdangarin no tuviera que acudir a su puesto de trabajo todos los días -algunos de ellos, como la gran mayoría de españoles, podían hacerlo a través del método del teletrabajo- no impidió que sucediera lo más inesperado: el cuñado del rey Felipe (54) empezó una relación extramatrimonial con Ainhoa Armentia, una compañera de oficina. Nadie podía sospechar que el día que Iñaki Urdangarin pisara por primera vez la asesoría de Imaz & Asociados, su llave hacia la reinserción social, su camino hacia la dignificación laboral, sería el momento en el que la vida íntima de la infanta Cristina (56) cambiaría para siempre.
Según publica El correo, Urdangarin, justo en la semana en la que cumple un año en su puesto de trabajo, ha cesado su relación con el bufete después de que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria le otorgara la libertad condicional y le suspendiera de manera definitiva su condena por varios delitos económicos.
Su objetivo ahora sería trasladarse a la Ciudad Condal, donde comenzaría cuatro semanas como becario para ser entrenador del equipo de Balonmano del FC Barcelona. Una información que Vanitatis niega a través de fuentes del Barça: "No está previsto que Iñaki Urdangarin trabaje en el club, ni lo ha hecho ni lo hará".
Ainhoa Armentia, por su parte, en cualquier caso, permanecería haciendo su vida natural en su Vitoria natal y acudiendo a su puesto de trabajo donde es una de las empleadas "mejor consideradas". Fuentes consultadas por el citado medio local expresan que la contable ha mantenido su nivel laboral intacto, a pesar de la exposición pública y la presión por su relación amorosa con el ex de la infanta Cristina.
Resulta difícil fechar exactamente el origen de la relación sentimental entre Iñaki Urdangarin y la analista contable Ainhoa Armentia. Como compañeros de trabajo en el bufete, se supo que la conexión entre ellos surgió tras los muros de la asesoría vitoriana, aunque pronto harían planes fuera de ella. Existen imágenes de la enamorada pareja el pasado verano disfrutando de un baño en el mar.
En octubre y en noviembre se les pudo ver cenando en Biarritz. Y fue el martes 11 de enero cuando un fotógrafo francés amateur lograba hacerse con el material fotográfico que trascendió a la prensa rosa y que abrió informativos: Iñaki Urdangarin, paseando de la mano por la playa de Bidart con una mujer que no era la infanta Cristina.
Tras 24 años de matrimonio, cuatro hijos en común, una década en el punto de mira por su situación judicial, una cita en el banquillo de los acusados y la condena al exilio por los desmanes económicos de Urdangarin -los mismos por los que fue condenado y llevado a prisión-, la hija de los reyes eméritos, con este escandaloso romance furtivo, aún se duele de la embestida más grande que le ha entregado el hombre de su vida.
[Más información: Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia, un mes después: ganadores y perdedores en el escándalo del año]
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