Pablo Urdangarin, a examen: los gestos que delatan lo que piensa realmente de la situación de su padre
El hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se ha convertido en el portavoz de la familia tras la separación de sus progenitores.
7 marzo, 2022 10:40Noticias relacionadas
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Pablo Urdangarin (21 años) se ha convertido en el hijo más mediático de la infanta Cristina (56) e Iñaki Urdangarin (54). Un título que no ha sido buscado sino que le ha llegado por ser el más accesible de los cuatro vástagos del ya exmatrimonio. El joven, que reside en Barcelona, donde además juega al balonmano en el Barça, se ha convertido en uno de los personajes del momento. Con su cordialidad y aparente tranquilidad, Pablo ha conquistado a los medios, pero también a los ciudadanos que han estado pendientes de la actualidad. Así, ha ganado más adeptos y, sin quererlo, ha aumentado su popularidad.
El pasado jueves 3 de marzo, el nieto de los reyes Juan Carlos (86) y Sofía (83) reaparecía ante los medios tras conocerse la libertad condicional de su padre. Sin detenerse ante las cámaras, el deportista volvió a hacer gala de ese carácter escueto que caracteriza sus declaraciones. "Muchas gracias. La verdad es que estamos todos muy contentos"; "Estamos contentos, contentos todos"; "Estamos todos bien, todos contentos", fueron sus respuestas.
Y aunque con sus palabras Pablo Urdangarin no transmitió mucho, sucedió lo contrario con su lenguaje corporal. Gracias a un análisis de sus gestos por parte de Cristian Salomoni, criminalista experto en lenguaje no verbal y director del IIAC Instituto Internacional de análisis de la conducta, EL ESPAÑOL ha podido conocer lo que el joven piensa realmente de su padre y la nueva situación de la familia.
Según se acerca a los medios de comunicación, Pablo, sin pararse y consciente de que hablar sobre su padre es una cuestión delicada, se humedece los labios con la lengua, un gesto que, como explica el experto, suele darse "cuando la persona está tensa ante lo que va a decir y para concentrase en lo que va a decir".
Es justo después cuando el joven, con gesto amable, ladea la cabeza, un signo de agradecimiento ante las palabras de los periodistas que le dicen que es una buena noticia.
Y, aunque no puede evitar sonreír, síntoma de lo feliz que está por la libertad de su padre, Salomoni destaca que cuando le preguntan sobre el futuro Pablo Urdangarin "aprieta los labios y baja la mirada". Dos gestos que en este caso están relacionados, pues con el primero de ellos el sobrino de Felipe VI (56) da a entender que "todo lo que le ha pasado a su padre le ha afectado mucho" y con el segundo que "está todavía en un periodo de adaptación y no sabe realmente qué va a pasar concretamente con su vida ni tampoco si su padre se mudará o no". Lo que parece claro, en opinión del director del IIAC es que el jugador de balonmano "todo lo que le ha pasado al padre le ha afectado mucho".
Sobre qué es lo que tiene el joven que atrae tanto, Cristian Salomoni es conciso al asegurar que se trata a una combinación de características: "Es guapo, amable y directo, por eso gusta tanto a los periodistas y a la gente".
Nueva etapa
Pablo Urdangarin aseguró que no volvería a hablar ante los medios, pero la felicidad de saber que su padre ya es un hombre libre le ha hecho cambiar de opinión. El jueves 3 de marzo Iñaki Urdangarin obtuvo la libertad condicional, despidiéndose definitivamente de la prisión de Zaballa, en Álava, y logrando la suspensión de la condena de 5 años y 10 meses de cárcel que se le impuso por su implicación en el caso Nóos.
En estos casi seis años su vida -y la de su familia- ha cambiado mucho. Rota su relación con la infanta Cristina, madre de sus cuatro hijos, Iñaki tiene total libertad para vivir donde más le guste. De momento disfruta de su regreso a los orígenes, a la comunidad autónoma que le vio nacer y en la que, aunque lejos de sus hijos, ha encontrado estabilidad.
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