Tras retirarse del mundo de la actuación y pasar a formar parte de la Familia Real británica, Meghan Markle (40 años) ha dedicado gran parte de su tiempo al activismo. Ya sea a través de la organización que tiene junto a su marido, Archewell, o bien de manera individual, la duquesa de Sussex ha mostrado su implicación con diversos movimientos. Uno de ellos es el de protección hacia los animales, lo que hace que siga una dieta semi vegana en la que su alimentación se basa en un 80% en un estilo vegano y que sea patrona de varias asociaciones pro derechos de los animales.
Por eso ha sorprendido tanto la participación del príncipe Harry (37) en un rodeo en Texas este sábado 5 de marzo. El nieto de Isabel II (95) fue fotografiado en el evento Stockyards Rodeo en Fort Worth, vestido como un auténtico profesional, sin olvidarse el sombrero, y disfrutando de la fiesta. "Este es un evento americano por excelencia en el que los animales están ahí para actuar", ha dicho a Daily Mail uno de los asistentes que vieron al príncipe y que por su look parecía ir de incógnito.
Las críticas no se han hecho esperar, especialmente porque muchos han recordado que el pasado año el británico criticó ferozmente la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, la cual protege los derechos a la libertad de religión y a la libertad de expresión, llamando "locos" a sus defensores. "Tengo tantas cosas que quiero decir sobre la primera enmienda... Todavía no la entiendo, pero es una locura", dijo Harry.
Ahora, quienes le han visto disfrutar del rodeo señalan lo irónico de que él estuviera en este tipo de eventos, donde los animales son utilizados como fuente de diversión, teniendo en cuenta que Meghan es activista de los derechos de los animales y pelea para su protección y que no sean utilizados como objetos.
"Es curioso que la mayoría de la gente no le reconoció, y los que sí, no les importó", ha desvelado la misma fuente, algo sorprendente teniendo en cuenta que el príncipe Harry es una figura conocida a nivel mundial. Gracias a ello, sin embargo, pudo disfrutar con total tranquilidad de la jornada.
La llegada de Meghan Markle a la vida del príncipe Harry provocó un gran cambio, especialmente en lo que se refiere al cuidado de los animales. La que fuera protagonista de Suits, por ejemplo, le convenció para que dejara de asistir a una tradición familiar, la caza del zorro, un evento en el que no se le ve desde el año 2017.
Al darse cuenta de que su por entonces novia "no era feliz", Harry renunció a asistir a estas citas que podrían molestarla, según señalaban los medios británicos por aquel entonces. En 2020 dio un pasó más y se deshizo de dos rifles de caza de la marca Purdey que vendió por 50.000 libras -unos 60.000 euros-, renunciando definitivamente a esa afición que habría practicado desde joven y acercándose al activismo pro animal Meghan Markle.
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