Crece la preocupación en Reino Unido. La reina Isabel II (95 años) ha cancelado su asistencia a la celebración del Día de la Commonwealth, uno de sus actos más especiales, programado para el próximo lunes 14 de marzo en la Abadía de Westminster.
Tal y como han indicado desde el palacio de Buckingham, a través de un comunicado, después de hablar con su entorno sobre los arreglos para la jornada, la Reina le ha pedido a su primogénito y heredero al trono, el príncipe Carlos (73), que la represente en el servicio del Día de la Commonwealth. El resto de su agenda, sin embargo, sigue en pie. La jefa del Estado,"mantendrá sus compromisos la próxima semana, incluidas las audiencias en persona", aseguran desde su entorno.
Este inesperado anuncio se produce dos semanas después de que Isabel II retomara su trabajo tras dar positivo por coronavirus el pasado 20 de febrero. Sin embargo, fuentes de palacio citadas por los medios británicos, aseguran que su ausencia en el servicio religioso del Día de la Commonwealth no está relacionado con la enfermedad ni con algún otro bache de salud. Explican que la Reina ha cancelado su participación por sus dificultades para moverse.
Isabel II, que el próximo 21 de abril cumplirá 96 años, usa ahora un bastón para caminar y, en un evento reciente, dijo a dos mandos militares que le preguntaron cómo estaba que "no se podía mover".
A pesar de su ausencia en este importante acto para la soberana, que celebra la Mancomunidad de excolonias y protectorados británicos, desde Buckingham han informado que se seguirá emitiendo el tradicional mensaje de la monarca. Durante el servicio, además, se estrenará la pieza musical Beacon Of Brightest Light, compuesta por Debbie Wiseman, con motivo del Jubileo de Platino de la Reina, quien el pasado 6 de febrero celebró 70 años en el trono.
Entre los 1.500 invitados al Día de la Commonwealth estarán los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo (39) y Kate Middleton (40); los primeros ministros del Reino Unido, incluido el actual, Boris Johnson (57); embajadores y dignatarios de los países de la Commonwealth, así como unos 600 escolares y gente joven.
La última vez que la reina Isabel II se perdió el servicio religioso del Día de la Commonwealth fue en 2013, por una gastroenteritis, y previamente en 1993, por tener gripe.
Aunque la prensa británica asegura que la última decisión de Isabel II no se debe a un nuevo bache de salud, lo cierto es que en los últimos meses la Reina ha preocupado al mundo entero por las continuas modificaciones en su agenda, debido a sus problemas físicos.
Tras su aparición con bastón en un acto religioso, celebrado en la Abadía de Westminster el pasado 12 de octubre, se llevaron a cabo un sinfín de medidas. Sus médicos le aconsejaron que dejara de beber alcohol de forma diaria y le sugirieron hacer un alto en sus compromisos institucionales.
Por recomendación de los expertos, Isabel II canceló viajes programados, redujo su trabajo e incluso, pasó una noche en el hospital para someterse a "exámenes preliminares" de los que apenas se conocieron detalles. El pasado 14 de noviembre, tras varios días de reposo en su residencia de Sandringham, volvió a generar gran preocupación por la cancelación de su reaparición pública por una lesión en la espalda.
La misma tensión se generó el pasado 20 de febrero, cuando anunciaron públicamente que se encontraba enferma de Covid después de haber estado en contacto con su hijo Carlos, quien dio positivo en los días previos. Este reciente bache de salud la obligó a cancelar varios actos. Finalmente, la Reina se incorporó a sus labores el 1 de marzo, cuando repareció en una reunión virtual. Ahora que todo parecía retomar su cauce, ha avisado sobre su ausencia en una fecha marcada en el calendario de la Familia Real.
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