Si este 2022 tiene una protagonista, esa es Isabel II de Inglaterra (96 años). La Reina más longeva de Europa celebra su Jubileo de Platino debido a sus 70 años en el trono británico, y por este motivo, los ojos de todo el planeta están puestos sobre Reino Unido y sobre su soberana. Cada detalle de su presencia e imagen es analizado al milímetro, y ella lo sabe, así que tras unos meses aquejada por varios problemas de salud, la viuda de Felipe de Edimburgo hace frente con una amplia sonrisa a las informaciones que ponen en duda su reinado actual. Mostrar su felicidad, luciendo dentadura, está siendo su respuesta más contundente a las habladurías.
La prueba más reciente está en su última aparición pública, el pasado 28 de abril, en una audiencia con el presidente de Suiza en su Castillo de Windsor. La Reina no paró de sonreír -se podría decir que de forma exagerada- durante todo el tiempo que los fotógrafos de la prensa se encontraban en su misma sala. Gracias a esas instantáneas se puede comprobar la alineada dentadura de Isabel II, bien estructurada y completa. Pero apenas unas horas más tarde, lo que se podía ver en su zona bucal era muy distinto.
Los paparazzi captaron uno de los instantes privados de la monarca, sentada en el interior de su Land Rover por los alrededores de Sandringham, en Norfolk. Las imágenes dejan ver la media sonrisa de la Reina y se pueden percibir algunos huecos en su dentadura, o lo que podría parecer falta de alguna pieza dental. ¿Qué hay de la sonrisa perfecta que lucía solo unas horas antes? EL ESPAÑOL ha contactado con una experta para resolver el misterio.
La doctora odontóloga Eugenia Cervantes ha analizado las imágenes de la dentadura de Isabel II y hace hincapié en lo que más ha llamado su atención: "Es una sonrisa amplia, notoria y aparentemente perfecta, pero que si observamos detenidamente tiene aspectos que se pueden mejorar. Por ejemplo, podemos hablar del color amarillo y también grisáceo de sus dientes, que hace que tenga una sonrisa con poca luz", detalla en un primer vistazo.
Y añade con precisión experta: "Otra cosa que observo es el apiñamiento severo a nivel de los incisivos inferiores. También se aprecia unas coronas o incrustaciones de oro que al sonreír se le notan y no es muy estético".
En cuanto a los tratamientos dentales que se aprecian, cabe destacar que los tabloides británicos ya apuntaron hace años que la Reina llevó ortodoncia convencional hace décadas, los conocidos como Brackets. Pero la especialista, apunta: "Los ortodoncistas sabemos que los dientes tienen memoria y suelen sufrir una recidiva, es decir, que vuelven a su posición original si no llevas retenedores. Esto se aprecia en dientes inferiores de la Reina, en sus incisivos".
Entonces, ¿por qué a veces la soberana muestra una sonrisa alineada perfecta, y otras veces es captada con 'huecos' en su dentadura? "Es porque al sonreír suele mostrar más la parte superior, que la tiene bien alineada. Sin embargo, al dejar la boca algo más abierta, en momentos relajados -como ocurre en el coche-, expone más los dientes y podemos notar los defectos en su parte inferior", explica la doctora Cervantes.
"Esto es muy común en pacientes que han llevado ortodoncia: se les ve bien la parte de arriba, o más o menos alineada, pero cuando abren más la boca y exponen todos los dientes se le nota más si tienen algún apiñamiento en otra zona, que es lo que le ocurre a la monarca en este caso", expresa la odontóloga.
Dado que Isabel II se ha propuesto mostrar ahora más que nunca su sonrisa, debería atender a las imperfecciones que presenta su boca, y para ello, la doctora Cervantes tiene una solución: "Al ser un personaje tan público, le propondría un tratamiento con ortodoncia invisible para alinear sus dientes. Este sistema además de ser discreto es muy cómodo. Probablemente necesite solo unos 7-8 meses de tratamiento para dejar los dientes alineados. Al finalizar su tratamiento de ortodoncia y para potenciar su sonrisa y rejuvenecerla, se le podría realizar un blanqueamiento dental y carillas de porcelana".
La experta lo tiene claro: "Con estos cambios, estoy segura de que podemos reducir su edad aparente hasta en unos 15 años". Pero la realidad es que la Reina tiene 96 años, una veteranía que se traduce en problemas comunes -igual que para el resto de los mortales- en sus dientes. Para que no le pasen factura, la odontóloga le advierte sobre cómo debería cuidar su boca en su caso: "El apiñamiento impide que llevemos una higiene dental adecuada y favorece la acumulación de placa, enfermedades de encías, mayor sensibilidad de los dientes y problemas periodontales. Si el problema sigue avanzando podría perder hueso o las propias piezas dentales. Así que todos, incluida la Reina de Inglaterra deben acudir al dentista con mucha mayor regularidad".
[Más información: La reina Isabel II no pronunciará su tradicional discurso de apertura en el Parlamento británico]
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