Es uno de los personajes más atractivos de la historia del siglo XIX, gracias entre otras cosas a la famosa película que protagonizó Romy Schneider en 1956. Se ha escrito mucho sobre Sissi, la última gran emperatriz de Europa, lo que ha contribuido a alimentar su leyenda. Pero nunca revelando algo tan íntimo: la escritora Ana Alonso Polo desvela la bisexualidad de la esposa de Francisco José I de Austria en su nuevo libro, Sissi, a la venta desde el 25 de mayo, en el que ahonda en la verdadera historia de Isabel de Baviera humanizando al mito, con sus luces y sus sombras.
"La visión que se daba de ella en la mítica película era mentira, un producto creado para una población que salía de la Segunda Guerra Mundial y que necesitaba volver a creer en los cuentos de hadas, asegura la autora que ha charlado con EL ESPAÑOL sobre la figura de la emperatriz. La sexualidad, la salud mental y la valentía están muy presentes en el relato sobre una mujer que ha sido pionera en muchas cosas y cuya vida tiene conexiones con personalidades de la realeza actual.
Su visión de Sissi es rompedora, ¿cómo ha llegado a descubrir esta cara hasta ahora desconocida?
Han aparecido nuevos documentos en los que nada encajaba, así que empecé leyendo los escritos de la gente que estuvo con ella, las memorias de la corte de Austria. En esas cartas y diarios se explicaba la relación de Sissi con las mujeres de su séquito. En el libro se habla de varias de ellas, como la joven aristócrata húngara que la acompañó en su huida a Madeira. Si lees todo eso hoy en día, sin los prejuicios que se tenían entonces, ves que ahí había algo más que una simple amistad. No hay pruebas de que esa relación se consumara sexualmente, pero había una atracción física clarísima.
¿Qué más evidencias hay?
Otra de las cosas que me llevan a afirmar su bisexualidad es que a Sissi, que estaba absolutamente obsesionada por la fotografía, le gustaba tener imágenes de las mujeres más bellas de Europa. Pedía a los diplomáticos de su marido, a los embajadores, fotos de las mujeres más bellas de sus países.
Entonces aquello se silenció y hoy en día no parece que se haya superado de todo el tabú en la monarquía. Salvo en Holanda, donde el Gobierno ya ha hablado de la posibilidad de que la futura reina pudiera casarse con alguien de su mismo sexo…
Esto sería lo más lógico del mundo, sobre todo en España que se ha dado tanto ejemplo con el matrimonio homosexual... En la época de Sissi sería un escándalo, pero si la princesa Leonor (16 años), por poner un ejemplo, fuera bisexual o lesbiana yo creo que no pasaría nada. Habría algún sector monárquico conservador al que le costaría aceptarlo, pero al resto de la población no.
En el libro ahonda sobre los problemas de salud mental de la emperatriz de Austria.
Isabel de Baviera era una niña cuando se casó, solo tenía 16 años, estaba muy mal formada, ni siquiera hablaba francés, y tuvo que aguantar un acoso horrible, la insultaban… Tuvo depresiones muy fuertes, anorexia y ansiedad desde jovencita y al final de su vida el problema se agravó.
Algunas royals actuales también han sufrido este problema como Charlène de Mónaco y otras le han dado visibilidad.
Me parece algo fantástico y defiendo el papel que está haciendo en este sentido Kate Middleton (40 años). Me gustaría que Letizia también se volcara en los temas de salud mental, porque además lo haría muy bien.
La emperatriz fue un icono y estaba obsesionada con su imagen…
Sissi llegó a hacer auténticas barbaridades. Dormía con máscaras recubiertas de filetes crudos para hidratarse la cara y se acostaba en la cama forrada de heno para luchar contra la retención de líquidos. Solo en lavarse el pelo tardaba un día. Estaba obsesionadísima. Solía esconder sus dientes porque estaban amarillos de tanto fumar y sus manos, que no le gustaban.
¿Con qué mujer de la realeza actual la compararía?
Yo encuentro muchos puntos de coincidencia entre Sissi y Diana de Gales, porque la emperatriz también fue un personaje mediático. En su época empiezan las fotografías y las revistas y cambia la manera de entender la información y la realeza. Se esperaba que estuviera en casa tomando te y Sissi intenta salir a la calle y rodearse de gente normal. Era habitual verla en los asilados psiquiátricos de la época interesándose por su situación. Diana también trabajaba mucho con los hospitales. Me recuerda mucho también a Meghan Markle (40), por esas ganas de romper con todo e irse lejos, por ese punto de rebeldía... Meghan, como la emperatriz en su época, es muy consciente de su fama, pero quiere alejarse del establishment.
¿Cómo ve el papel de la mujer en las monarquías del siglo XXI?
Es un papel anacrónico y lo vemos incluso en Letizia (49). Es muy difícil porque están rodeadas de cortesanos que son más papistas que el Papa e intentan imponer un férreo protocolo. Es un mundo muy enfermizo cuando entras dentro. Nuestra Reina está muy encasillada en el rol de consorte y no puede salir de ahí. Creo que es una mujer inteligente que da mucho más de sí, tiene un perfil ejecutivo ideal para liderar muchas causas. Podría y debería tener una agenda mucho más ambiciosa.
Para terminar, después de todo lo que ha descubierto de la emperatriz Sissi, ¿cómo la definiría?
Una mujer envuelta en una mentira enorme y que era más libre de lo que le permitieron ser. Era muy valiente, muy fuerte y moderna para la época. Hoy en día hubiera demandado a su marido por maltrato psicológico... También hay aspectos negativos: le gustaba el dinero, dilapidó una fortuna y fue una de las primeras en llevarse su dinero a Suiza, a paraísos fiscales… Es una mujer que bien podría ser del siglo actual, si tuviera cuenta de Instagram sería una auténtica influencer, porque fue supo entender cómo ninguna otra el valor de imagen.
[Más información: La oscura vida de Sissi, la emperatriz asesinada de rebote por un anarquista]
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