El 27 de julio de 2021 fue un día triste y aciago en el seno de la familia de la reina Letizia (49 años): fallecía su abuela paterna, Menchu Álvarez del Valle, a los 93 años de edad, en su casa de Sardéu, en Ribadesella. Una triste pérdida que dejó desarbolada a toda la familia y a sus amistades más cercanas, ese entorno íntimo y recogido que la frecuentó en sus últimos años de vida.
Álvarez del Valle fue enterrada en Ribadesella, en el cementerio de El Carmen, en la más estricta intimidad. Arropada por sus hijos, Jesús Ortiz (72) y Henar (63), Menchu dejaba un hueco irremplazable en su pequeño Sardéu, de unos 45 habitantes, y en Ribadesella, donde viajaba con frecuencia en su propio coche para, entre otros menesteres, reunirse con sus amigas y acicalarse en su peluquería de confianza.
Este centro se encuentra en la Plaza de la Iglesia de la localidad y allí fue vista Menchu hasta la semana antes de fallecer, como confirman a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a la mítica locutora de radio. Hoy, 365 días después de su fallecimiento, este periódico se ha puesto en contacto con personas de su entorno más allegado, que conocieron mucho y bien a la abuela de la Reina, para conocer cómo se vive su ausencia, tan fuerte y marcada.
Las fuentes consultadas coinciden en dos puntos clave: la honda tristeza que habita en los corazones de su familia -en concreto, de su hija Henar, pues "este año lo ha pasado especialmente mal porque fue la que estuvo más a su lado en el último tiempo, la que vivía con ella"-, y la sorpresa de su deceso.
Y es que, si bien Menchu sumaba 93 años, su espíritu era el de una mujer joven, cargada de ganas de vivir y seguir aprendiendo. "Nadie diría que tenía esa edad. Era toda vitalidad y energía. Lo movía todo a su alrededor con una facilidad asombrosa". La abuela de la reina Letizia era "un roble, nunca se quejaba de nada. Nunca le veías hablar de achaques ni problemas de ese tipo. Y los tendría, claro, porque esa es la vida y la edad, pero así era ella".
Especial hincapié se hace en conversación con este medio con el dolor que siente Marisol, la hermana de Menchu: "Se ha ido su otra mitad. No sabes lo que se parecían físicamente. ¡A veces se las confundía!". Así las cosas, su familia y amigos están aún "digiriendo" su pérdida, pero viven con la tranquilidad de que se fue "bien, tranquila y en paz con la vida".
Explica quien bien puede hacerlo que sus amigas del club de la tertulia feminista El Garabato se reúnen con mucha frecuencia para recordarla y "leer sus poemas favoritos". No le hacen un homenaje en fecha señalada, sino muchos. Menchu era "el alma de todas" y algo se fue con ella.
Hace unos meses, este club feminista le rindió un especial homenaje de forma virtual durante los premios Manos Curtidas en Ribadesella, que ensalzaban la figura de las costureras que confeccionaron mascarillas en esa localidad, cuando la Covid-19 llegó a nuestras vidas.
Menchu vivió como quiso; desde la discreción y la libertad que siempre buscó. Fue una de las voces más respetadas y reconocidas de las ondas radiofónicas de Asturias, y cuando se prejubiló en 1990 soñó con retirarse a esa casa de ensueño en el pueblo de Sardéu, en Ribadesella.
Hogar que fue testigo del nacimiento y crecimiento de sus hijos, y en el que vivió junto a su marido, José Luis Ortiz, hasta su fallecimiento, el 30 de marzo de 2005. Intramuros con historia. Allí, en esa localidad que, según su último censo, consta de 45 habitantes, Menchu encontró su oasis de tranquilidad. La jubilación dorada, alejada del mundanal ruido.
Menchu, la 'celestina'
El destino quiso hace un año que Letizia perdiera a la única abuela viva que le quedaba justo un día después de la celebración en España del Día de los Abuelos. Letizia ha confesado en innumerables ocasiones la admiración personal y profesional que siente por su abuela, cuyos pasos laborales siguió hasta convertirse también en periodista. En los últimos años, algunos medios de comunicación habían señalado la preocupación de la Reina por la salud de su abuela, que había cumplido 93 años el 16 de enero de 2021.
De hecho, las visitas de la familia a Asturias en los últimos años eran más frecuentes. La propia Menchu llegó a reconocer este hecho, deslizando que los Reyes acudían al Principado con más asiduidad de lo que parecía. No prolongaban demasiado la estancia y se iban alternando con algunas visitas de sus parientes al Palacio de la Zarzuela.
"No me encuentro allí, soy muy rara y muy independiente con mi vida y mis horarios. Me gusta ir de visita unas horas o una noche como mucho, pero nada más. Ellos vienen aquí de vez en cuando, aunque nadie se entera", confesó Menchu en marzo de 2019 en una charla en la Casa de la Cultura de Ribadesella. En aquel encuentro, también habló de la libertad con la que siempre procuró vivir, pese a ser la abuela de la Reina.
Así recordaba el momento en que se anunció el compromiso real: "Amo la libertad y la intimidad y aquello fue una avalancha de gente, de curiosidad, de fotógrafos. Además ocurrió en el último año de vida de mi marido… Y aquello parecía una romería. No fue fácil. Se llegó a decir que un helicóptero pasaba una vez al mes sobre mi casa para tirarme el dinero que mandaba mi nieta".
Tal era su vitalidad, que hace apenas un año concedió una entrevista a Viajar, vivir y saborear, en la que rememoró algunos de los momentos que más la marcaron durante su vida, su matrimonio y su pasión por su tierra chica. A pesar de que han sido pocas las ocasiones en las que ha aparecido en actos oficiales junto a los miembros de la Familia Real, no dudó en acudir al debut de la princesa Leonor en los Premios Princesa de Asturias el 18 de octubre de 2019.
Álvarez del Valle fue considerada una de las voces más populares de la radio asturiana. Nació en Santander, pero vivió en Oviedo desde los 16 años. Frecuentaba la radio desde muy joven, iniciándose en Radio Asturias. A lo largo de su carrera ha recibido múltiples galardones. El último, en 2019, cuando se le otorgó el Premio de Honor que concede la Asociación Clúster de la Industria Creativa, Cultural y Audiovisual de la región (ACICCA).