Tras toda una vida preparándose para acceder al trono de Reino Unido, Carlos de Inglaterra (73 años) vivió el pasado sábado 10 de septiembre el esperado momento. Dos días después del fallecimiento de su madre, Isabel II, a los 96 años, fue proclamado rey bajo el nombre de Carlos III. Una ceremonia que por primera vez en la historia fue televisada y en la que estuvo acompañado de su hijo, el príncipe Guillermo (40), y su mujer, la reina consorte Camilla (75).
Desde entonces, ha sido el protagonista de miles de titulares a lo largo y ancho del mundo, pues no solo sucede a una mujer que ha marcado historia, sino que se ha puesto al frente de una de las monarquías más famosas, estrictas y longevas del mundo. Un trabajo nada sencillo para el que tiene el apoyo de un equipo elegido al detalle y preparado para hacer que todo le sea más fácil y que está capitaneado por su propia esposa.
Camilla Parker-Bowles no es solamente su mujer, también la confidente más cercana al Rey, quien le da los mejores consejos, quien le acerca al mundo real y quien tiene la última palabra en sus decisione, siendo la "verdadera jefa" de la Corona. Así lo asegura al menos Julian Payne, quien fuera secretario de comunicaciones de la pareja real entre los años 2016 y 2021, en un extenso artículo publicado en The Times.
El que fuera trabajador de la Corona británica ha hecho un amplio retrato de la duquesa de Cornualles, una mujer sobre la que solo tiene buenas palabras y a quien describe como el mejor nexo entre la "institución con el mundo exterior" y es que ella, a diferencia de su marido y sus familiares, "ha vivido en ambos lugares". Los largos años que estuvo al lado de Carlos y Camilla aprendió que "los miembros de la Familia Real son, por la naturaleza de su nacimiento, incapaces de salir completamente de la burbuja, por lo que se aprovechan de otras personas que puedan brindarles un contexto adicional". Ese es el papel de la actual reina consorte.
Es más, Payne describe a una Camilla muy alejada de la caricatura que se hizo de ella hace muchos años, cuando se la tildaba de una persona vil, una madrastra 'malvada' y una persona interesada a más no poder. "Es amable, empática y extremadamente acogedora", asegura el que fuera su trabajador, que dice que al poco de conocerla le quedó claro porqué "es uno de los miembros más populares de la Familia Real" y una de sus mejores "armas secretas".