La Abadía de Westminster se tiñe de negro para homenajear a la reina Isabel II. Este lunes 19 de septiembre se celebra su funeral de estado, una cita histórica a la que acuden alrededor de 2.000 ilustres invitados, con representación de todas las Casas Reales y los líderes de todo el planeta. Pero sin duda, quienes copan las primeras filas de las bancadas del templo son aquellos que conocieron personalmente a la monarca, su familia.
Sus cuatro hijos la han acompañado estos diez días atrás en los diferentes actos por su fallecimiento, a ellos se sumaron en señaladas citas sus nietos, y en esta nueva y última jornada en el corazón de Londres también están presentes sus bisnietos. Entre ellos, el que un día copará su trono, George (9), el hijo mayor de Kate Middleton (40) y el príncipe Guillermo (40).
Durante este pasado fin de semana, los ya nombrados príncipes de Gales tomaron la decisión de que sus dos hijos mayores podrían acudir al funeral de su bisabuela. No ocurre lo mismo con su vástago más pequeño, Louis (4), que debido a su corta edad, sus padres han determinado que no debe asistir al último adiós de la soberana. De hecho, Kate Middleton ha dado a conocer públicamente que el menor de sus hijos no para de cuestionarse todo y hacer preguntas constantes sobre por qué ha muerto su bisabuela. Charlotte (7), la mediana, es algo más consciente de la situación, mientras que su primogénito, George, está siendo testigo de lo importante que ha sido en la historia mundial la figura de Isabel II y del cariño que le profesan los ciudadanos.
A las 11 en punto -hora local inglesa- ha dado comienzo el funeral por el fallecimiento de la reina Isabel II, y durante los 90 minutos previos, ha habido un goteo constante de invitados llegando a la iglesia. Uno de los últimos familiares en llegar al lugar ha sido Kate, que lo hacía en un coche oficial junto a la reina consorte, Camilla (75), y en compañía de sus dos hijos mayores.
George y Charlotte mostraban una seriedad y solemnidad impecables ya en el interior del vehículo, actitud que han reforzado al llegar a las puertas de la abadía y saludar a los representantes de la iglesia y responsables del oficio de su bisabuela. Caminando en todo momento justo un paso por detrás de su madre, los hijos de los príncipes de Gales han mostrado su respeto por la importante cita.
Para la ocasión, el primogénito y segundo en la línea de sucesión al trono ha lucido traje de color azul marino -el color que emplean los hombres de realeza británica para actos solemnes como el de este lunes-, con corbata a juego y camisa blanca. Por su parte, su hermana, ha imitado el look de luto de su madre. Totalmente de negro, con un abrigo con pliegues traseros y un fino sombrero a modo de tocado, Charlotte ha demostrado su exquisita educación en un momento tan delicado para la Familia Real británica.
Guillermo de Gales aguardaba a la entrada del templo para unirse a su esposa e hijos al inicio de la ceremonia tras llegar con la comitiva que ha velado el féretro de la Reina hasta la abadía, como manda el protocolo para los miembros senior de la Royal House. Los cuatro unidos han caminado de forma solemne y al mismo paso por el pasillo central de la iglesia que separa las bancadas hasta ubicarse en sus asientos principales, los que les corresponden como familiares directos de la reina Isabel II.