Tras once días obligatorios en Reino Unido donde se han despedido de Isabel II, el príncipe Harry (38 años) y Meghan Markle (41) regresaron a Estados Unidos para continuar con sus vidas. En el país americano encontraron en 2020 esa deseada tranquilidad por la que renunciaron a sus deberes reales y que no parecían encontrar en Reino Unido.
Pese a que han conseguido adaptarse muy bien, de hecho, en sus apariciones públicas son tratados como celebrities y no como royals, no pueden evitar seguir protagonizando titulares al otro lado del charco. Los casi 5.500 kilómetros que separan Londres de California no son suficientes para que los duques de Sussex y sus movimientos dejen de estar en el foco público y en los tabloides británicos, que ahora han desvelado su intención de mudarse.
Tras dos años viviendo en Montecito, una de las zonas de moda de Los Ángeles, la pareja habría decidido emprender una nueva etapa a tan solo 16 kilómetros de distancia. De entre las muchas ofertas, Harry y Meghan estarían interesados en Hope Ranch, una comunidad asentada en la que fueron vistos hace unos días.
Así lo asegura el diario local Santa Barbara News-Press, que señala que es muy posible que ya hayan hecho la compra, pues quieren cambiar de casa después de concluir que su actual hogar, valorado en 14 millones de dólares, "no los acomoda adecuadamente".
Con cerca de 2.200 habitantes, Hope Ranch destaca por su gran privacidad y es que todas las viviendas se encuentran protegidas de las miradas ajenas. Situada al lado del mar, esta comunidad destaca por la gran oferta de servicios que tiene a disposición de sus residentes: club de campo, club de golf, zonas comunes, red de senderos ecuestres, canchas de tenis y zona de picnic, entre otros. Además, se encuentra en un enclave privilegiado, a unos metros del mar.
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En cuanto a los precios, las viviendas que están actualmente en el mercado pueden alcanzar los 22 millones de dólares.
Problemas de seguridad
La noticia de los deseos de los duques de cambiar de casa se produce justo cuando Montecito está sufriendo problemas de seguridad. Hace unos días la asociación de vecinos envió un correo electrónico a sus residentes -entre los que están Harry y Meghan- para advertirles que la policía había instalado cámaras para escanear matrículas "en respuesta al aumento de delitos contra la propiedad privada que se ha experimentado recientemente".
"Los robos han sido cometidos por bandas de ladrones profesionales de fuera del área", continuaba el mensaje.
Los propios duques de Sussex han tenido dos 'sustos' en los últimos meses, concretamente en el mes de mayo, cuando la policía fue alertada de que había dos intrusos en su casa. La primera vez tuvo lugar el 19 de mayo, el día de su aniversario de bodas. Menos de dos semanas después, el 31 de mayo, cuando se encontraban viajando a Reino Unido con motivo del jubileo de Isabel II, volvió a suceder.
En ambas ocasiones el matrimonio se encontraba en la vivienda con sus dos hijos, Archie (3) y Lilibet (1). A raíz de este problema, decidieron renovar su equipo de seguridad, contratando al exjefe de seguridad de Michael Jackson y al exguardaespaldas de Barack Obama (61).