Aunque todavía es muy joven, Moulay Hassan (19 años) cuenta con las habilidades necesarias para asumir el trono de Marruecos. Y es que su padre, Mohamed VI (59 años), ha procurado que el Príncipe conozca de primera mano las responsabilidades de un monarca. El joven es uno de los herederos reales que se inició primero en su labor institucional y desde muy pequeño acompaña a su progenitor en muchos actos importantes. Así ocurrió este pasado martes, 20 de diciembre, cuando recibieron a la Real Federación Marroquí de Fútbol.
Tras el gran papel de la selección en el Mundial de Qatar -ocupó el cuarto lugar y se convirtió en el primer país africano en llegar a la semifinal-, Mohamed VI, acompañado de Moulay Hassan y el príncipe Moulay Rachid (52), hermano menor del monarca, se reunió con los jugadores en el Salón del Trono del Palacio Real de Rabat.
Tal y como desvelan las redes sociales del cuerpo diplomático alauita, durante esta audiencia el soberano condecoró al presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol, Fouzi Lakjaâ, al entrenador de la Selección Nacional, Walid Regragui (47), y a los jugadores de la selección.
El soberano quiso dejar constancia del momento con una fotografía en la que él aparece en el centro y en medio de su hijo y su hermano. A su izquierda se encuentra Moulay Rachid y a su derecha, Moulay Hassan. Los tres lucen estilismos idénticos: traje negro y corbata. En el caso de padre e hijo, este último complemento es de una tonalidad similar, al igual que la camisa.
La sonrisa de los dos también llama la atención por su parecido. Es discreta y poco efusiva, pero demuestra un gesto de amabilidad y cortesía por posar junto a los futbolistas de su país. Al igual que Mohamed VI, Moulay apenas hace un gesto con los labios y no muestra su dentadura.
La sintonía entre ambos no resulta extraña. Es habitual que el príncipe Moulay vista muy parecido que su padre y que imite algunos de sus gestos en sus compromisos institucionales. El heredero suele mantenerse atento a cada movimiento de su progenitor, tratando de asimilar toda la información que, en un futuro, le será de gran utilidad.
Moulay Hassan no se mostraba sociales de los alauitas desde el pasado verano, cuando acompañó a su padre en el 69 aniversario de la Revolución del Rey y el Pueblo, un hecho histórico que conmemora la lucha por la independencia de su país.
El 20 de agosto, el Rey pronunció su tradicional discurso mientras el Príncipe heredero seguía cada una de sus palabras. Entonces, Mohamed VI vestía el habitual chilaba marroquí en naranja pálido y el joven mantenía la misma línea, pero con una túnica amarilla. Ambos completaban el atuendo con el tarbush, el tradicional sombrero de los países del Magreb.
A diferencia de otras casas reales, la imagen del príncipe Moulay no se difunde públicamente con tanta frecuencia. Probablemente, por el control que tienen los medios en el país en el que ejercerá como jefe de Estado. No en vano, cada una de sus reapariciones suele ser noticia dentro y fuera de su territorio.
Moulay Hassan lleva una vida distinta a la mayoría de los royals que, como él, ascenderán al trono. Sin embargo, sigue una formación tanto o más rigurosa que su homólogos. A nivel personal e institucional, su padre se ha convertido en su gran maestro. A nivel educativo, cursa la carrera de Gobernanza, Ciencias Económicas y Sociales en la Universidad Politécnica Mohamed VI. Además, domina varios idiomas: árabe, francés, inglés y español. Así, pudo comunicarse a la perfección con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (50), en una cena que tuvo lugar el pasado abril con el fin de que ambas naciones se reconciliaran tras 10 meses en crisis.