Beatriz de los Países Bajos (85 años) ha sufrido un accidente de esquí por el que ha tenido que pasar por quirófano. Tal y como ha desvelado la Casa Real holandesa en un comunicado, el pasado viernes 24 de febrero la madre del rey Guillermo (55) sufrió una caída y se rompió la muñeca mientras estaba esquiando en la estación de Lech, en Austria. Tras ser trasladada a un hospital, la exreina fue intervenida y se encuentra bien.

Pese a ello, se ha decidido posponer la agenda que tenía prevista para los próximos días de cara a su recuperación. Este próximo viernes debería haber acudido al Museo de Bronbeek, en Arhem, con motivo del 160 aniversario de la Casa Real para antiguos soldados.

Beatriz, que abdicó del trono hace una década en favor de su primogénito, se recuperará en el castillo de Drakensteyn, en Lage Vuursche, donde reside desde 2014. 

Beatriz de Holanda junto a su hijo, el rey Guillermo, y la princesa Amalia en una imagen de archivo. Gtres

Allí no solo vive alejada del ajetreo de la capital, también tiene tiempo de disfrutar de sus aficiones, entre las que destaca el deporte y, más concretamente, el esquí. Pese a su avanzada edad, es habitual ver a la Princesa en las pistas, especialmente en las de la estación de Lech, donde ha sufrido el accidente y donde suele trasladarse cada invierno para disfrutar de sus vacaciones privadas. Además, también se deja ver montando a caballo por los bosques que rodean el castillo. 

Las montañas que rodean este pueblo alpino austriaco en el que pasan sus vacaciones los Orange tienen un significado muy especial para ella. Fue allí donde, en el año 2012, su hijo mediano, el príncipe Friso, fue sepultado por un alud y permaneció durante 20 minutos bajo la nieve hasta que pudo ser rescatado. A consecuencia del accidente, sufrió daños cerebrales y quedó en estado de coma. Finalmente, fallecía en agosto del año siguiente por las secuelas sufridas. 

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Beatriz de Holanda durante unas vacaciones de esquí. Gtres

El príncipe fue enterrado en el cementerio de Lage Vuursche, junto al castillo de Drakensteyn, donde Beatriz se recupera ahora de su operación de muñeca. Se trata de una fortaleza de su propiedad en la que ya vivió en su juventud, concretamente desde 1963 hasta 1981, año en el que se convirtió en reina. Construido en el siglo XIV, la exreina lo adquirió en 1959 y, tras una gran reforma, se mudó a él junto a su familia. 

Allí vivió junto a su marido, el desaparecido príncipe Claus, y crio a sus tres hijos, que nacieron en los años 1967, 1968 y 1969. Ya jubilada, decidió regresar al lugar del que guardaba los mejores recuerdos y es que, según sus propias palabras "fue una de las etapas más felices de su vida".