El pasado 6 de febrero, la Casa Real anunciaba que la infanta Sofía (15 años), la hija menor de los reyes Felipe VI (55) y Letizia (50), cursará sus estudios de Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College de Gales, siguiendo los pasos de su hermana mayor, la princesa de Asturias, Leonor de Borbón (17).
Esta semana ha sido la heredera al trono la protagonista de la actualidad informativa al conocerse que, tras concluir su ciclo de dos cursos en el citado internado de Reino Unido, comenzará en agosto su formación militar, que se desarrollará durante tres años con su paso por las academias de los tres Ejércitos -Tierra, Armada y Aire y Espacio- antes de ir a la Universidad.
Qué duda cabe que los Reyes tienen influencia y poder, pero si hay algo que no pueden controlar, ni siquiera ellos, es el natural paso del tiempo. Leonor y Sofía se hacen mayores. Sus niñas ya no son tal, y en el calendario personal de ambas el próximo mes de agosto está marcado por su salida de Zarzuela: la mayor, a la Academia Militar de Zaragoza; la pequeña, al castillo medieval de St. Donat's, en el Valle de Glamorgan.
[El Gobierno anuncia que la princesa Leonor empezará su formación militar en agosto en Zaragoza]
Comienza la cuenta atrás para que Letizia y Felipe vean cómo sus hijas -ahora sí, las dos- hacen las maletas y ponen rumbo a su futuro fuera de casa. Esto implica que, por primera vez desde que son padres, hace casi 18 años, vivirán solos en el Pabellón del Príncipe, su residencia privada, ubicada a un kilómetro, más o menos, del palacio de La Zarzuela. ¿Sentirán los Reyes el conocido como síndrome del nido vacío?
"El síndrome del nido vacío es la sensación de tristeza, anhelo, pérdida y dolor que sufren los padres cuando los hijos se independizan del hogar familiar. En un primer momento podría pensarse que esos sentimientos son totalmente normales tras la marcha de un hijo. El problema surge cuando dichos sentimientos interfieren en la vida diaria de los progenitores, impidiéndoles llevar a cabo su vida con normalidad", afirman desde PsicoAbreu, psicólogos en Málaga.
Para conocer más sobre este síndrome, sus causas, sus consecuencias y sus técnicas para superarlo, EL ESPAÑOL ha contactado con Laura Elías, psicóloga especializada en terapia familiar sistémica. A este respecto, la profesional interpelada por este periódico expresa: "Les costará, más o menos, trabajo dependiendo de si el apego que tienen es ansioso, es decir, del vínculo que formen con ellas. Eso les dará más preocupación o menos. Todo esto son hipótesis, claro, yo no conozco el caso exacto. Sus hijas pueden decir, de repente, 'déjame en paz' o todo lo contrario. Depende de si el vínculo con sus padres es muy estrecho. Es bidireccional. Si su madre ha sido muy sobreprotectora con ellas, hay posibilidades de que también creen esos vínculos de apego ansiosos con otras personas porque han aprendido de su madre esa excesiva protección o preocupación".
Si existe un rasgo de la personalidad de Letizia del que no se duda a estas alturas es el de la sobreprotección que ha ejercido con sus hijas desde que nacieron. Ante la prensa, ellas no responden. "No busquéis titulares", espetó la Reina a un grupo de periodistas que seguían sus pasos un verano en Mallorca con las infantas presentes. Nada de redes sociales y nada de fotos en público, ni siquiera con la abuela, la emérita Sofía (84), que se llevó un disgusto a las puertas de la Catedral de Palma el Domingo de Resurrección de hace ya cinco años.
"El proceso de maduración de la diferenciación es superimportante para el tema del nido vacío", aclara la psicóloga Elías. "Influye muchísimo el tipo de vínculo que tengamos con nuestros padres. Puede que seamos con ellos como ellos son con nosotros o todo lo contrario, desapegados", prosigue.
Pero ¿qué herramientas deberían emplear los Reyes desde el punto de vista de la psicología en caso de sentir ese llamado síndrome del nido vacío? "Tienen que psicoeducarse en dejar crecer a sus hijas. Es un miedo normal y natural. Yo, como terapeuta, les explicaría ese proceso de maduración de la diferenciación para que llevasen mejor el nido vacío. Yo entiendo que dejar volar a una niña siendo una adolescente da miedo, pero hay que psicoeducar también a las niñas para que se cree un apego sano, un vínculo sano. Es normal que te preocupes, pero con ciertos límites y que tus hijas también te pongan límites hacia a ti. Si no, se angustiará y pensará que el mundo es un peligro. Ellas también tendrían una parte activa en todo esto", expresa Laura Elías.