La visita del rey Felipe VI (55 años) a Sevilla el pasado viernes, 23 de junio, tuvo dos objetivos. El primero, oficial. El jefe del Estado viajó hasta la capital andaluza para recibir el IX Premio contra el Terrorismo Alberto Jiménez Becerril, como reconocimiento a su apoyo hacia las víctimas del terrorismo y para conocer la exposición El Terror a Portada. 60 años de terrorismo en España a través de la prensa, creada por el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, Vocento y la Fundación Víctimas del Terrorismo, con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla, la Junta de Andalucía y el Ministerio del Interior.
El segundo de esos objetivos, y que por supuesto no constaba en la agenda real, era personal y privado. El soberano se trasladó desde Ayuntamiento, ubicado en la Plaza Nueva, hasta el barrio de Nervión para ver a un íntimo amigo suyo. Según publica ABC, la presencia del Rey en la calle Luis Montoto creó un espectacular revuelo en los locales de la zona: de la farmacia al centro de estética Luxury, nadie podía creer que el mismísimo Felipe VI estuviera allí, protegido por la escolta real y vestido de traje casi a 40 grados a la sombra.
Su destino era el domicilio de un teniente coronel del Ejército del Aire, un amigo personal que sufre una grave enfermedad diagnosticada hace pocos meses. El militar fue compañero de promoción de la Academia General de San Javier en la que Felipe VI ingresó en 1987.
La visita a su gran amigo duró aproximadamente una hora, y a la salida fue cuando uno de los vecinos del citado barrio sevillano grabó una breve secuencia de imágenes en las que aparece Felipe VI portando su corbata en la mano. Se entiende que dentro de la casa de su amigo se la quitó, se puso algo más cómodo y pudo beber, como mínimo, un agua fresca para paliar las altísimas temperaturas que azotaron a la ciudad hispalense durante el pasado fin de semana.
A poca distancia por delante, el Rey era acompañado por uno de sus guardaespaldas, y justo por detrás, había un segundo miembro de la escolta real, quien también aprovechó el camino para retirarse la corbata.
El teniente coronel, según el citado medio, tiene su destino en la base de Morón de la Frontera y mantiene relación, aunque sea a distancia, con algunos de los compañeros a los que conoció en su promoción, entre ellos el Rey. En el año 2014, cuando apenas habían transcurrido unos meses desde su proclamación como jefe del Estado patrio, Felipe VI acudió al funeral de otro de sus compañeros de la misma promoción de la Academia del Aire que murió de una enfermedad.