La antigua amante del rey emérito, Juan Carlos I (85 años), durante más de una década, Corinna Larsen (59), pide 126 millones de libras, unos 146 millones de euros, en la demanda que presentó en 2020 por supuesto acoso, según la defensa del antiguo jefe de Estado español. La defensa del Emérito apunta que no hay "perspectivas reales" para acusarle.
Este martes 18 de julio ha tenido lugar una nueva vista sobre la denuncia en los juzgados de Londres después de que el Tribunal de Apelación en Inglaterra y Gales reconociera en 2022 la inmunidad del exmonarca. En ella, iban a estudiar la competencia de un tribunal extranjero para juzgar los hechos cometidos fuera de su jurisdicción.
El equipo de Juan Carlos I, que considera que la corte británica no tiene autoridad para establecer una sentencia sobre la demanda, ha pedido que sea desestimada y rechaza que el padre del actual rey, Felipe VI (55), acosara a la empresaria alemana, tal y como señala ella.
Adam Wolanski, el abogado de Juan Carlos I, ha manifestado los argumentos ante la jueza Collins Rice en la sala número 13 del Tribunal Superior, donde repasó la relación que tuvieron Corinna y el Emérito y habló repetidamente sobre el pure gift, el "regalo de Lucum", decía él, de los 65 millones de euros que el Emérito llegó a darle en 2012, lo que ella misma aclaró que no se trataba de "un soborno para que guardara silencio".
"La demanda presentada es totalmente incoherente, la presentan sin concretar los hechos y no tiene posibilidades reales de salir adelante", expone el documento del letrado.
Además, Wolasnki ha hecho hincapié en las hasta 12 enmiendas que ha realizado la defensa de Corinna y ha subrayado que hay falta de pruebas para culpar a su cliente, no antes de enumerar los comentarios positivos que hizo Larsen hacia Juan Carlos I antes de toda la barahúnda legal.
Así, la exmujer del príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein (47), que vestía un conjunto y unas gafas negras, escuchaba los argumentos de la defensa del Emérito.
Wolanski reveló, además, ante la jueza, el intento de Corinna de contactar con la Casa Real española para abrir "canales de comunicación" antes de presentar la demanda, con el intento de alcanzar algún tipo de acuerdo extrajudicial.
Según explicó el letrado, la demandante trató, con este contacto, de "sobornar" y "amenazar", utilizando en varias ocasiones la palabra blackmail (chantaje).
Juan Carlos I ha negado "enfáticamente" que haya cometido o dirigido cualquier tipo de acoso a la demandante. La sesión se prolongará durante cuatro días y ella podrá defenderse el próximo miércoles ante la justicia británica.