En noviembre de 2016, la plataforma Netflix emitió el primer capítulo de The Crown, la serie que hizo tambalear los cimientos del Palacio de Buckingham ya que se esperaba de ella que revelase los secretos ocultos jamás contados de los Windsor. Este pasado 15 de diciembre, siete años y un mes después, la ficción llegó a su fin con la emisión de la segunda parte de la sexta y última de sus temporadas.
El final de The Crown pone el foco, fundamentalmente, en dos personajes: la reina Isabel II, reinante en aquel contexto, y el príncipe Guillermo (41 años), la persona llamada a ser rey hoy.
En concreto, en el capítulo nueve, llamado Hope street, tiene lugar una escena que llama poderosamente la atención: el desfile benéfico celebrado en la universidad St. Andrews en el que Kate Middleton desfiló con transparencias y mostrando su ropa interior. Como todo en The Crown, al tratarse de un drama ficcionado, se entiende que hay pasajes de la serie que no se corresponden exactamente con la realidad.
En este capítulo, el actor que interpreta al príncipe Guillermo recibe por parte de un amigo la noticia de que Kate Middleton está soltera y que, además, pretende subirse a la pasarela del desfile benéfico con un vestido "arriesgado, en plan picante", apunta, literalmente este colega del hermano mayor de Harry (38).
La realidad, según las crónicas de la época, fue radicalmente distinta. Aquel 26 de marzo de 2002, en el desfile llamado El arte de la seducción, Kate y Guillermo tenían pareja, por lo tanto, aunque se gustaban, estaban comprometidos con otras personas.
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En la serie se puede ver a Kate llegar al desfile tras una llamada telefónica a su madre, Carole Middleton, quien, por cierto, se muestra altamente interesada en que su hija seduzca al futuro soberano británico. En la escena, se ve Guillermo sentado en una segunda o tercera fila. En la vida real, según apuntaron medios británicos, pagó 200 libras -unos 230 euros- recordamos que era un desfile solidario- para tener un asiento en front row.
Entre tanto, en éste citado episodio nueve, se ve cómo la actriz que interpreta a la actual princesa de Gales elige, en backstage, un vestido de tirantes de palabra de honor con un ribete azul. Al salir a la pasarela caminando con fuerza y pisando con muchísima seguridad dejando a Guillermo absolutamente en shock y aún más enamorado de lo que ya estaba.
En la realidad, la escena se desarrolló de manera similar, pero no exacta a la ficcionada, empezando por el vestido, que no se pudo replicar igual por evitar el delito de plagio. El outfit de The Crown se parece mucho al conjunto de Kate Middleton aunque con sutiles diferencias tanto en materiales como en el estampado.
En una conversación con la revista Vogue, la diseñadora de vestuario de la serie, la reconocida Amy Roberts, indicó lo siguiente: "Siempre tenemos problemas legales al hacer este tipo de cosas. No obtuvimos permiso de la diseñadora para copiarlo, lo cual es justo, así que tuvimos que recrearlo de otra manera, y es un delicado equilibrio ente el hecho de que queremos que la gente sepa que es ese vestido, pero no queremos ofender a su creadora". Aunque efectivamente lo más importante era la transparencia, algo que pudieron hacer sin problema.
El vestido original fue diseñado por Charlotte Todd, compañera de Kate Middleton en la Universidad de St. Andrews, que gastó la cantidad de 35 libras -unos 40 euros- en confeccionar la prensa. Según se publicó en la época, el vestido residía en el armario de la madre de Todd, sin embargo, cuando Guillermo y Kate anunciaron su compromiso, en noviembre de 2010, Charlotte cayó en la cuenta de que lo que tenía entre sus manos era una joya. Después se vendería en una subasta en la que se adquirió por 78.000 libras, unos 90.000 euros.