Ser el hijo de Isabel II no le impidió estar en el foco cuando salió a luz que estuvo involucrado en el caso Epstein. No obstante, aunque de forma discreta, sí tuvo cierta protección por parte de su progenitora. Pero ahora que la soberana británica está muerta y se ha levantado el sumario sobre los documentos relacionados con el polémico asunto de tráfico y abuso sexual, la gran pregunta -todavía sin respuestas- es ¿quién salvará esta vez al príncipe Andrés?
La desclasificación de documentos es consecuencia de una demanda por difamación presentada en 2015 por Virginia Giuffre, una de las principales denunciantes de Jeffrey Epstein, contra la examante y socia del empresario, Ghislaine Maxwell (62). En sus páginas aparecen citadas víctimas de las agresiones sexuales y el nombre de testigos, amigos y personas que colaboraron con el fallecido magnate.
La lista se publicó el pasado miércoles, 3 de enero, y ha acaparado toda la atención mediática, debido a que en ella aparece el nombre de figuras muy conocidas de todas los sectores, a las que se relaciona con el multimillonario. Algunos acaban de salir a la luz. Otros, como el del príncipe Andrés (63 años), ya eran conocidos. La figura del duque de York, no obstante, vuelve a estar en el centro de la polémica.
Los documentos en cuestión exponen que el príncipe Andrés formó parte de una orgía con menores de edad y tocó el pecho de una mujer mientras estaba sentado en el sofá del piso de Epstein en Manhattan. Entre otras cosas, también se añade que Maxwell facilitó los actos de abuso sexual del duque de York actuando como la 'señora' de Epstein.
La información la detalla el periódico británico Daily Mail, que hace poco más de tres años publicó una serie de cuatro capítulos sobre las acusaciones sexuales que enfrentaba el duque de York.
Al hijo de la reina Isabel II se le menciona alrededor de 70 veces en casi mil páginas de entrevistas y transcripciones. Por ello ha sido denunciado por el grupo antimonárquico Republic, que busca que se lleve a cabo una investigación criminal sobre el caso.
"Pido a la Policía Metropolitana que reabra este caso, pido a los parlamentarios que debatan este asunto en el Parlamento y pido a Carlos que haga una declaración pública, frente a la prensa para responder a estas acusaciones y lo que dicen sobre la monarquía", ha dicho Graham Smith, director ejecutivo de Republic. "La pregunta que mucha gente se hará es simple: si el acusado fuera cualquier otra persona, ¿creemos que no habría sido investigado y procesado?", cuestiona.
Aunque la implicación de Andrés de York en el caso Epstein no es cosa nueva, el hecho de que se levantara el sumario sobre los documentos relacionados con el polémico asunto, supone un nuevo revés para el desterrado royal.
Hace apenas unos días se le veía caminando con el monarca y el resto de la Familia Real hacia la misa de Navidad, como si de una "gradual rehabilitación dentro de la monarquía" se tratara. Pero ahora, cuando han visto la luz los documentos relacionados con el caso Epstein, parece que no hay vuelta atrás. Carlos III (75) no le otorgaría el perdón y lo mantendría apartado, para siempre, de sus deberes reales.
Hasta ahora, el Palacio de Buckingham, que ya no habla en nombre del duque después de que renunció como miembro de la realeza en 2019 por su amistad con Epstein, no se ha pronunciado sobre los documentos. Sin embargo, se cree que ante el polémico panorama Carlos III reforzará sus intenciones de mantener al duque de York en un segundo plano y fuera de Royal Lodge, donde vivía desde 2003, para ser trasladado a una residencia más pequeña con un estatus inferior. Ahora, a Andrés ni su hermano lo salvará.
En su día, Isabel II sí lo secundó. La monarca ayudó a su hijo a pagar los más de 14 millones de euros que debía entregar a Virginia Giuffre. El dinero -2,4 millones de euros- no fue a las cuentas bancarias de la australiana, sino a la organización benéfica creada por ella, Victims Refuse Silence, para apoyar a las víctimas de violencia sexual.
En febrero de 2022 se dijo que Isabel II accedía a ayudar al duque de York, siempre que el pago no se hiciera de forma directa a Virginia Giuffre. Casi un mes después, el caso -que el príncipe Andrés siempre negó- fue formalmente desestimado. Entonces el duque de York habría pagado la suma especificada en el acuerdo.
En aquel momento, el objetivo era que Andrés pudiera poner punto final a la parte más oscura de su vida y que la Corona británica dejara de estar en el centro de la polémica. Fue posible por un tiempo. Ahora vuelve a copar los focos.