Sin todavía saber que Fernando Gómez-Acebo había fallecido, el rey Juan Carlos (86 años) acudió al Gran Premio de Baréin, primero del Mundial de Fórmula 1 de 2024, junto a su nieto Froilán (25). Poco después, el Emérito, roto de dolor, se enteró del fallecimiento de su sobrino, con quien mantenía una estrecha relación.
"Está afectado y al tanto de todo", confirmó Alejandro Entrambasaguas, periodista experto en Casa Real, en Fiesta. Él mismo aseguró que tío y sobrino, pese a la distancia, siempre se mantuvieron unidos. El Emérito, de hecho, seguía de cerca su evolución. El hijo menor de la infanta Pilar sufría problemas de salud relacionados con insuficiencias respiratorias que en los últimos años se agravaron por la gripe A y la Covid. Recientemente, además, se había sometido a una traqueotomía.
La unión entre el Emérito y el hijo pequeño de la infanta Pilar era tal, que Juan Carlos tenía previsto adelantar su viaje a España para ver a su sobrino, según informaron en el mencionado programa. Tristemente, no pudo ser. Fernando Gómez-Acebo perdió la vida el pasado viernes, 1 de marzo, a los 49 años.
El Emérito quería a Coco, como le llamaban en su entorno más cercano, casi como a un hijo. Cabe recordar que Juan Carlos arropó a su hermana Pilar, a la que estuvo muy unido hasta el fin de sus días, tras quedar viuda con cinco hijos. Así, el anterior monarca ejerció de segundo progenitor con sus sobrinos. Esta unión también estrechó la relación entre los primos.
"La relación del Rey emérito con estos chicos es muy estrecha. La duquesa de Badajoz se quedó viuda con 55 años y cinco hijos. El entonces monarca se encargó de su hermana, se convirtió en un referente para esos chicos que se habían quedado sin su padre y saben que pueden contar con su tío para todo lo que necesiten", aseguraba recientemente a EL ESPAÑOL una fuente cercana a la familia.
Fernando Gómez-Acebo, siempre agradecido, fue uno de los primeros en visitar al rey Juan Carlos en Abu Dabi, según reveló Alejandro Entrambasaguas. En su día, Coco puso rumbo a los Emiratos Árabes junto a su hermana, Simoneta (55), primogénita de la infanta Pilar.
Por logística, el Emérito no ha podido viajar a Madrid para acudir a la misa funeral de su sobrino Fernando. Juan Carlos, afligido, ha acompañado a su familia desde la distancia.
Sí han estado al lado de los Gómez-Acebo dos de los hijos del Emérito. Según ha trascendido, en la noche del pasado viernes, 1 de marzo, el rey Felipe VI acudió al hospital donde estaba ingresado su primo para darle su último adiós. Este sábado, día 2, el monarca también asistió a la misa funeral de Fernando, acompañado por la reina Letizia (51). Además, estuvo presente la emérita Sofía (85) junto a su hermana, la princesa Irene de Grecia (81).
Horas antes era la infanta Elena (60) quien acudía al tanatorio, donde tuvo lugar la capilla ardiente desde primera hora de la mañana. La hija mayor de los Reyes eméritos entró por la puerta trasera y no por la principal, por donde llegaron todos los miembros de la familia y conocidos. Allí protagonizó un encuentro emotivo con Beltrán Gómez-Acebo, quien la recibió con un efusivo abrazo.
La primogénita de los Eméritos acudió al Tanatorio de Tres Cantos sobre las 13:30 horas. Se le volvió a ver después de la misa. Presumiblemente, según informaba la periodista Paloma Barrientos en Fiesta, se habría quedado toda la tarde para arropar a sus primos. Los grandes ausentes fueron la infanta Cristina (58) y el rey Juan Carlos, quienes se encuentran fuera de Madrid. Todo apunta a que la hija de los Eméritos asistirá al funeral, previsto para este domingo, 3 de marzo. El viaje de el ex Jefe del Estado sigue siendo una incógnita.