Martínez Inglés, el coronel armado con un revólver que se coló en la boda de Felipe y Letizia: cómo y por qué lo hizo
Responde al nombre de Amadeo y 13 años más tarde ajustó cuentas con la monarquía publicando un demoledor libro sobre el emérito Juan Carlos.
18 mayo, 2024 17:29El 22 de mayo de 2004, a las 11 de la mañana, Felipe VI (56 años) y Letizia (51) se juraron amor eterno en la catedral de La Almudena. Una boda histórica que hoy vuelve a la actualidad, a propósito de sus 20 años. Aunque será el próximo miércoles cuando los Reyes conmemoren sus dos décadas de matrimonio, la Familia Real ya ha comenzado a celebrarlo con la distribución de un bonito reportaje fotográfico de los monarcas y sus hijas, mientras que la prensa rememora sus inolvidables detalles.
No queda duda de que el enlace de Felipe VI y Letizia dejó huella y estuvo cargado de anécdotas. Algunas más controvertidas que otras. En el imaginario de muchos españoles permanece la pelea entre Víctor Manuel de Saboya y Amadeo de Aosta por sus derechos dinásticos la noche antes del enlace. Sin embargo, el mismo día de la boda se produjo una situación mucho más escandalosa. Minutos antes de que comenzara la ceremonia, un intruso se coló en la catedral de La Almudena.
Se trataba de Amadeo Martínez Inglés, quien entró en el templo ataviado con su uniforme de gala de coronel del Ejército de Tierra, sin invitación y sin que nadie le pidiera su identificación. Él mismo confesó su hazaña un día después de la boda, tal y como recoge un artículo publicado por El País el 24 de mayo de 2004.
[La cariñosa foto con la que Felipe VI y Letizia celebran sus 20 años de matrimonio]
Entonces, Martínez Inglés confesó que llevaba oculto bajo la guerrera un revólver Astra del calibre 22, que utilizaba para su defensa personal. El intruso sostuvo que deambuló casi 10 minutos por el interior de la catedral de La Almudena antes de ser expulsado.
Su objetivo, de acuerdo con su relato, era demostrar que podía sortear todos los controles de seguridad sin más invitación que su uniforme. En sus palabras, no tenía "afán de protagonismo". Si hubiese sido así, dijo entonces, se hubiera "abierto la guerrera" y hubiese aparecido "una pistola entre reyes y princesas".
El coronel relató que aquel 22 de mayo de 2004, a las 10:05 horas, caminó desde el hotel Ópera de Madrid, donde se había alojado los tres días previos a la boda, hasta la catedral. Para llegar al templo, indicó, pasó seis controles del Cuerpo Nacional de Policía.
Los agentes le abrieron el paso sin pedirle que se identificara y en ningún momento tuvo que pasar por un detector de metales, como sí hicieron los 1.700 invitados a la boda antes de subir a un autobús que les llevó desde la carpa ubicada en el paseo de Camoens, donde debían mostrar una tarjeta electrónica que servía de invitación.
Los ciudadanos que accedieron al patio de armas del Palacio Real también pasaron un detector de metales, pero Martínez Inglés consiguió desviarse hacia la entrada lateral de la catedral. Un redactor de El País observó cómo, entre las 10:05 y las 10:20, un hombre con uniforme del Ejército de Tierra, fajín azul y guantes blancos en la mano izquierda llegó desde la plaza de Ramales hasta la calle de Bailén.
Se trataba del coronel, que tras sortear un primer control policial, cruzó el último filtro de seguridad, situado a la entrada del patio. En ese momento giró a la izquierda hacia la catedral de La Almudena.
A las 10:14 horas, Amadeo Martínez Inglés accedió al templo por la entrada lateral de la calle de Bailén, completamente sola en ese momento. Ya en su interior, según explicó entonces, circuló por la zona del presbiterio, se acercó a los bancos reservados a las casas reales extranjeras y recorrió la nave central. Fue en este momento cuando se le acercó un oficial de la Guardia Real, quien le preguntó por el asiento que tenía reservado. Finalmente, tras confesar que carecía de invitación, un superior del citado oficial le pidió que abandonara el recinto.
['El rey de las 5.000 amantes': un coronel ajusta cuentas con la monarquía]
Aquello quedó como una de las grandes anécdotas, indeseadas, de la boda de Felipe VI y Letizia. Pero el nombre del coronel volvió a ser en 2008, cuando él mismo publicó un libro sobre el Emérito, titulado Juan Carlos I: el último Borbón. Nueve años después escribió otro texto con el que ajustaba cuentas con la monarquía: Juan Carlos I, el Rey de las cinco mil amantes.
Amadeo Martínez Inglés sirvió al Ejército de Tierra Español durante más de 40 años. En los 90 quedó apartado del servicio activo por el Ministerio de Defensa tras haber pasado cinco meses en la prisión de Alcalá de Henares por sucesivas faltas disciplinarias. En ese momento, inició una carrera política en Izquierda Unida, que terminó tres años después cuando acusó a su líder, Isabel Herreros, de malversación de fondos públicos y desvío de dinero, y al presidente de la coalición, Julio Anguita, de "tratar de tapar todo el tinglado".
El excoronel, además, es autor de libros que tratan asuntos polémicos como el intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, aunque su obra más importante en su currículum profesional es Juan Carlos I: el último Borbón, un exhaustivo trabajo sobre la vida del monarca, publicado en 2008 y convertido en solo dos meses en un auténtico bestseller. Actualmente, Amadeo Martínez Inglés tiene 88 años y hoy, sin quererlo, regresa a la actualidad gracias a los 20 años de matrimonio de Felipe VI y Letizia.