Alexandra de Hannover, la hija pequeña de Carolina de Mónaco (67 años), está de celebración este 20 de julio al cumplir los 25 años. Fruto de la relación de la princesa con Ernesto de Hannover (70) nació la joven que siempre ha preferido mantener un perfil bajo.
Siempre discreta con todo lo que tiene que ver con su vida privada, Alexandra parece sentirse cada vez más a gusto en el mundo en el que se mueve su familia. Es la Grimaldi más desconocida por voluntad propia, pero hace un mes quiso dar el paso definitivo para salir de su zona de confort: abrió al público su perfil de Instagram.
En esta plataforma cuenta con casi 3.500 seguidores y ha publicado 27 fotografías en las que, hasta hace poco de manera privada, compartía su día a día y sus momentos más íntimos con su pareja.
En los últimos años ha ido escalando puestos en popularidad y estilo revelándose como una digna sucesora de su madre y su hermana Carlota. De hecho, es la única princesa real de palacio, ya que sus hermanos por parte de madre no ostentan títulos nobiliarios. Se ha dicho que Alexandra es el ojito derecho de Carolina, algo que ha confirmado con el paso de los años con su protección.
Su papel institucional es prácticamente inexistente y tan solo se deja ver en actos importantes de Mónaco como el Día Nacional, el Gran Premio de Fórmula 1 o el Baile de la Rosa.
La Grimaldi más desconocida es una apasionada del deporte. En concreto, del patinaje artístico, disciplina que incluso practicó de manera profesional: representó a Mónaco en los Juegos Olímpicos Europeos de la Juventud en 2015. Cuando comenzó bachillerato, tuvo que priorizar los estudios antes que las aficiones. "Al deporte le da igual quién seas o de dónde procedas. Debes esforzarte igual que los demás. En el deporte está claro que nada se regala", aseguró en una de sus primeras entrevistas.
Al acabar los estudios obligatorios, se trasladó hasta Nueva York para comenzar la carrera de Ciencias Políticas y Filosofía. Actualmente reside en París, donde continúa estudiando Historia y Literatura.
Hace apenas unos días se publicó su última entrevista en la que Alexandra ha hablado de sus aficiones actuales. En una conversación con la firma de moda The Iris Twin, reconoció que lo que más le gusta es ser anfitriona. Pero no de cualquier tipo de fiesta: organiza fiestas temáticas de crímenes, en las que los invitados tienen que descubrir quien es el asesino.
Desde hace siete años, la joven Grimaldi mantiene una relación con el millonario Ben-Sylvester Strautmann (25). Hijo de padres alemanes y trabajadores de banca, el joven se mudó con diez años a Mónaco. Ahí jugó al baloncesto y la vida quiso que fuese su suegra quien le pusiese una medalla en 2012. Actualmente trabaja como DJ en los locales nocturnos más exclusivos de la Costa Azul. Viven su amor de forma discreta y alejada del foco mediático.
Parece que en la vida de Alexandra todo va sobre ruedas, pero la relación con su padre no es tan buena como se esperaría. Desde que sus padres se separaron -aunque oficialmente todavía continúan siendo un matrimonio-, ha vivido con Carolina de Mónaco y apenas ha tenido contacto con Ernesto de Hannover. El distanciamiento definitivo ocurrió en 2018, cuando al cumplir la mayoría de edad se convirtió al catolicismo. Cabe recordar que fue bautizada en la Iglesia Evangélica Luterana por las creencias de sus progenitores, pero ha crecido educada en las de su madre.