Con el fallecimiento de Juan Gómez-Acebo, este lunes 12 de agosto a los 54 años a causa de un cáncer, es como si se cerrara lo que se podría denominar una Decennium Horribili ("Década horrible"), en clara referencia al Annus Horribilis que vivió Isabel II en 1992 con las separaciones escandalosas de los príncipes de Gales y los duques de York, así como con el incendio del Castillo de Windsor. El dolor de la familia Gómez-Acebo y Borbón se ha agravado de manera exponencial, eso sí, sobre todo en el último lustro.
Por cerrar un círculo cronológico reciente, la mala fortuna de los Borbones se inicia el 2 de junio de 2014, hace diez años, cuando se produjo en nuestro país uno de los cambios sociales más importantes desde que se proclamó la democracia. El entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy (69), pilló desprevenido al país cuando anunció que Juan Carlos I (86) iba a abdicar y se abría un proceso sucesorio para el relevo al frente de la Corona.
En su último discurso desde el Palacio de La Zarzuela, el monarca quiso "ser el Rey de todos los españoles (…) Mi hijo Felipe encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica". El 18 de junio se hizo efectiva la abdicación y al día siguiente, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado, el príncipe de Asturias se convertía en el rey Felipe VI (56).
Este hecho acelerado se sustentó principalmente con la pillada del Emérito cazando elefantes en Botsuana, el escándalo financiero en el que se descubrió que le había regalado a su amante, Corinna Larsen (60), 65 millones de euros escondidos en una cuenta oculta en Suiza por las comisiones de las obras del tren de alta velocidad a La Meca, la imputación de la infanta Cristina (59) por un presunto delito fiscal en el caso Nóos (absuelta en 2017), la condena de Iñaki Urdangarin (56) a cinco años y tres meses de prisión por el caso Nóos.
Además, fiscales de España y Suiza investigaron las cuentas de Juan Carlos I en un caso de supuesto blanqueo y fraude fiscal y en la Pascua Militar de 2014 fue incapaz de leer el discurso al estar agotado tras celebrar en Londres su cumpleaños. Las advertencias de Corinna de largar todo lo que sabía tras recibir amenazas del CNI también puso en jaque al monarca.
Con nuevo inquilino oficial en la Zarzuela, Juan Carlos I le comunicó a Felipe VI su "meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España", que se originó el 3 de agosto de 2020 con destino a Emiratos Árabes Unidos. Con esta decisión se abrió otro melón que puso sobre el tapete la discusión sobre si el Emérito debía permanecer en el exilio sus últimos años de vida o, por el contrario, se le permitía seguir en España.
A principios de 2023 se le unió su nieto mayor, Felipe Froilán de Marichalar (26), porque hasta ese momento había tenido una vida disoluta con fiestas en discotecas e incluso una pelea con navaja incluida, un accidente enigmático con arma de fuego, conflictos con los paparazzi o gastos personales con tarjetas opacas. La decisión de su hermana, Victoria Federica (23), para ejercer de influencer no sentó demasiado bien en la sociedad porque teniéndolo todo y tras recibir una educación exquisita se dejó tentar por el dinero fácil. Estas vidas son diametralmente opuestas a la del resto de sus primos Urdangarin, que no han protagonizado escándalos.
Con toda esta vorágine de cambios, la reina Sofía (85) ha sufrido los daños colaterales. Su soledad es más que evidente, por lo que se refugia en su hermana la princesa Irene (82), una de sus principales confidentes junto a su amiga Tatiana Radziwill (85), y que en los últimos meses su estado de salud ha empeorado alarmantemente. En medio de todas estas vicisitudes, la Emérita sufrió un duro golpe emocional con el fallecimiento de su primo Miguel I de Rumanía en 2017 y, por encima de todo, con el de su hermano Constantino II de Grecia en enero de 2023.
Si dividimos esa oscura década en dos lustros, la otra rama de los Borbones que ha sufrido más de la cuenta es la de los Gómez-Acebo, cuya cabeza de familia, la infanta doña Pilar de Borbón falleció en enero de 2020. A raíz de ser operada de una obstrucción intestinal en 2019, no tardaron en surgir los rumores sobre un grave problema de salud. Varias semanas después, la hermana mayor de Juan Carlos I comunicaba que tenía cáncer de colon.
Las entradas y salidas de diferentes hospitales siempre ponían en jaque a los paparazzi que esperaban en cualquier momento un fatal desenlace. La familia Gómez-Acebo y Borbón estaba en vilo. Con una salud debilitada ingresó por última vez en la Clínica Ruber Internacional a principios de enero de 2020, donde falleció debido a complicaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que sufría desde hacía tiempo.
Sus cinco hijos, Simoneta (55), Juan, Bruno (53), Beltrán (50) y Fernando se quedaban huérfanos por completo ya que su padre, Luis Gómez-Acebo, el hombre que intercedió para que la colección Thyssen se quedara en España, fallecía en 1991 a los 57 años a causa de un cáncer linfático.
El destino trágico no tardaría en posarse sobre los Gómez-Acebo ya que nada más empezar 2024 falleció Fernando, el hijo menor de la infanta Pilar y primo carnal de Felipe VI, que sufría una enfermedad de insuficiencia respiratoria crónica agravada por el coronavirus y la gripe A. Se había casado en dos ocasiones. La primera con Mónica Martín Luque y la segunda con la periodista y heredera griega Nadia Halamandri, con quien tuvo a su único hijo, Nicolás (9).
Cuatro meses después la familia ha vuelto a ponerse de luto con Juan, fallecido en Palma de Mallorca mientras se encontraba de vacaciones. Deja viuda a la arquitecta Teresa Véret y huérfano a Nicolás (11), fruto de un anterior matrimonio con la también arquitecta estadounidense Winston Holmes Carney. El mayor de los hermanos varones de los Gómez-Acebo era prácticamente el más desconocido de todos para la prensa.
Este pasado martes los restos mortales del vizconde de La Torre fueron trasladados al tanatorio de Sóller, donde fueron incinerados en la más estricta intimidad. Estaba previsto que las cenizas fuesen trasladadas a Madrid, donde este jueves, 15 de agosto, se celebraría un funeral en su honor en el panteón familiar del cementerio de San Isidro. Sin embargo, el periodista Aurelio Manzano informó de que el sepelio ha sido aplazado a septiembre con el objetivo de que tanto la familia como sus amigos más cercanos puedan asistir.