El tiburón de Baltimore es leyenda dentro y fuera del agua. Sus logros deportivos le han granjeado, hasta este viernes, un palmarés de 26 medallas en cuatro Juegos Olímpicos, cuatro de ellas (todas oros) en lo que va de competición carioca -aún tiene varias pruebas más por disputar-. Pero Michael Phelps (31 años) acumula en su vida privada unos cuantos sucesos que convierten su vida en una historia digna del mejor guion cinematográfico hollywoodiense.
EL ESPAÑOL ha resumido los 10 hitos más importantes de su faceta más privada.
1. Un bebé 'instagramer'
El hijo de Michael Phelps y la modelo Nicole Michele Johnson (31) es ya el bebé más famoso de los Juegos de Río. Boomer (3 meses) ha protagonizado las instantáneas más tiernas del nadador tras sus victorias. Pero además, es uno de los pocos recién nacidos que cuenta con un perfil propio en Instagram.
No contento con protagonizar los de sus padres, que adornan sus cuentas de las redes sociales con decenas de fotografías del pequeño, Boomer, que nació a principios de mayo, es toda una celebridad en ellas, pues con un perfil creado hace sólo 8 semanas y 30 publicaciones, aglutina ya 336.000 seguidores, superando incluso a su propia madre, ex miss California.
Posados originales en solitario, en familia o con sus mascotas pueblan su Instagram y hacen las delicias de propios y extraños.
La faceta de padre de Phelps también la muestran el deportista y su pareja en sus propios perfiles.
2. Diagnosticado de un trastorno por déficit de atención (TDAH)
Uno de los aspectos más desconocidos del nadador es que, con sólo 9 años, fue diagnosticado de un trastorno de por déficit de atención con hiperactividad. Su maestra de entonces llegó a decirle incluso que no llegaría demasiado lejos debido a su escasa capacidad de concentrarse.
Precisamente Phelps recordó estas palabras cuando ganó sus primeras medallas en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
La madre del deportista, por su parte, reconoció que a ella le encantaba que su hijo practicara este deporte porque le permitía canalizar mucha de la energía que tenía el de Baltimore por aquel entonces.
3. Sus 'tonteos' con las drogas
Tras sus éxitos en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 comenzó su declive. Phelps no supo gestionar los triunfos y se movió por terrenos pantanosos como las juergas desenfrenadas o las drogas. La imagen del nadador sufrió un duro revés cuando apareció en unas instantáneas en News of the world fumando marihuana durante una fiesta universitaria.
El suceso le salió caro. La federación le sancionó y la decepción se extendió por todos aquellos que días atrás le idolatraban. Hasta perdió contratos publicitarios. Afortunadamente, el mejor nadador de la historia rectificó y logró superar el resbalón.
4. Intentó redimirse con una fundación
Pekín no sólo fue el inicio del descarrilamiento personal de Phelps, sino también el inicio de un proyecto que sirvió para compensar las malas decisiones del tiburón de Baltimore. Su palmarés en los Juegos Olímpicos de 2008 sirvieron, además, para que la marca de bañadores Speedo le obsequiara con un millón de dólares que empleó para crear la Fundación Michael Phelps, que pretende promover la natación infantil y la seguridad en el agua.
5. Una ex novia 'intersexual'
Durante la etapa más negra del nadador afloraron también noticias de lo más variopintas. La más llamativa fue su relación con Taylor Lianne Chandler (43), una mujer que conoció a través de una aplicación móvil de citas y que poco después confesaba en Facebook haber nacido con genitales tanto masculinos como femeninos, lo que se conoce como intersexualidad.
"Nací con genitales masculinos, pero sin testículos, pero también tenía útero, aunque no ovarios", llegó a asegurar la joven en una red social. "Probablemente vaya a perderle por esto porque él es toda una marca", contluyó en un gesto de lo más premonitorio.
6. Dos detenciones por conducir ebrio
No una, sino dos veces ha sido detenido Michael Phelps por conducir bajo los efectos del alcohol. La primera, en 2004, cuando sólo tenía 19 años. Fue arrestado por la policía y tuvo que hacer frente a una petición de cárcel, una multa y servicios a la sociedad entre los que se encontraban impartir charlas a adolescentes sobre la conducción y la bebida.
El nadador siempre mantuvo que aquello fue un hecho aislado, pero lo cierto es que, diez años después, volvió a ser detenido nuevamente por la misma razón cuando circulaba al doble de lo permitido por una carretera de Maryland. El suceso le costó esta vez la suspensión por parte del equipo olímpico durante un período de tiempo y su ingreso en un centro de rehabilitación.
7. Aficionado a la ventositerapia
Durante la celebración de los Juegos de Río hemos descubierto otra de las facetas ocultas de Phelps: su afición a las técnicas más innovadoras para tratar los dolores musculares. Se trata de la ventositerapia o cupping, una terapia que se realiza con ventosas que succionan la piel y activan la circulación.
Lo que al principio parecían moratones que llegaron a alarmar a los asistentes a las pruebas de natación no son sino las marcas que deja en la piel esta técnica que utilizan hasta las celebrities de Hollywood.
8. Un intento de suicidio
Una entrevista concedida a la NBC destapó que los días de oscuridad de Phelps estuvieron a punto de costarle la vida. "Todavía recuerdo los días encerrado en mi habitación, sin querer hablar con nadie, sin querer ver a nadie, sin querer vivir en realidad", llegó a asegurar el propio deportista, que reconoció que por su mente pasó la idea del suicidio, aunque finalmente recapacitó.
"Sabía que no habría podido. Le hubiera hecho daño a demasiada gente", confesó el tiburón de Baltimore, que llegó a estar apartado de las piscinas durante casi dos años porque llegó a sentir verdadero rechazo por la natación durante aquel período. "Antes de Londres la odiaba, no quería tener nada que ver con el deporte".
9. Peleas con su entrenador
El estilo de vida errático que protagonizó hace unos años conllevaron las ausencias en los entrenamientos debido a sus salidas nocturnas y a sus tóxicas amistades. Todo ello provocó el distanciamiento con su entrenador, Bob Bowman, al que conocía desde los 11 años. Las malas elecciones de Phelps estuvieron a punto de costarle esta relación que, con el tiempo, logró encauzar.
19. Una miss en su vida
Pero la de su entrenador no fue el único coste que sufrió por culpa de esta espiral. La de Phelps con su pareja Nicole, reina de la belleza de California en 2010 y finalista de Miss Estados Unidos, ha sido un noviazgo de altibajos, tormentosa, que ha sufrido rupturas en los momentos de descenso a los infiernos del deportista. Se conocieron hace casi una década y es ahora cuando la relación se ha afianzado definitivamente. El pasado año se prometieron y hace tres meses dieron la bienvenida a su primer hijo, Boomer.