La eterna juventud es inalcanzable por muy estrella de Hollywood que seas. Al actor californiano parece costarle aceptar el paso de los años en su rostro y para ello decide zanjar el asunto con varios retoques estéticos. Resulta casual que su adicción al bótox haya llegado nada más divorciarse de Jennifer Garner (44 años), con la que convivió durante 10 años. Quizá su obsesión tiene respuesta en la creencia de que el fin de su relación estaba directamente ligado con su aspecto físico, que ha transformado en un experimento continuo para los cirujanos.
Lo cierto es que Affleck se muestra bastante nostálgico de su juventud y su piel tersa de los 90. En sus redes sociales cuelga cada poco tiempo imágenes de sus inicios en el mundo del cine en los que lucía deslumbrante a sus veintitantos sin arrugas, sin canas, sin bolsas en los ojos... Precisamente las zonas de su rostro que tanto a retocado en los últimos meses.
El pasado mes de diciembre el actor se sometió a una rinoplastia - cirugía para transformar su nariz - y una frontoplastia - levantamiento de cejas y de frente. También se insertó su propia grasa en los pómulos para tenerlos más marcados y se deshizo de las antiestéticas bolsas de debajo de los ojos. En esta ocasión, parece que la línea seguida ha sido la misma. Rellenos por aquí y por allá, y lo que sobraba, para fuera.
La hinchazón que mostró en la premier de Londres es la típica reacción del cuerpo a la inserción de agentes externos. El actor, que siempre ha destacado por tener uno de los rostros más atractivos del cine, ha quedado ahora con una inexpresiva cara brillante, demasiado tirante que incluso parece que en ocasiones le cueste sonreír. Esta falta de expresión en la tez de Affleck no es precisamente la mejor opción para un hombre que se dedica a la interpretación, en la que cada gesto muestra un significado ante la cámara. Menos mal que en su última película, en la que da vida a Batman, lleva máscara.
La otra 'cara' de Ben Affleck
El actor se encuentra en plena promoción de la cinta Batman vs Superman: el Amanecer de la Justicia. Interpreta nada menos que al hombre murciélago que lucha contra el superhéroe con capa roja al que da vida Henry Cavill (33). Con quien no mantiene ningún tipo de batalla es con su inseparable y mejor amigo Matt Damon (45). Los dos actores se conocieron de pequeños, concretamente cuando Affleck tenía 8 años y Damon 10, ya que vivían en el mismo barrio, solo a dos manzanas uno del otro. Compartieron colegio e instituto, y los estudios superiores separaron sus caminos hasta que Hollywood los volvió a unir. Pero nunca perdieron el contacto ni su estrechísima amistad, además viendo el árbol genealógico descubrieron que eran primos décimos.
Habla un casi perfecto español porque vivió en México más de un año en su adolescencia. Muchos se refieren a su dominio del idioma como "de telenovela", porque su acento norteamericano unido al sonoro español mexicano queda un resultado de lo más divertido a la vez que admirable, ya que lograr esa pronunciación en unos meses es muy aplaudible para alguien que ha crecido únicamente con la lengua inglesa.
Justamente el pasado mes de marzo Ben Affleck asistió a la premier en México de su última película. Allí pudo rememorar su infancia y sorprender a todos una vez más respondiendo a todas las preguntas de los presentadores con el idioma del lugar. Pese a que los anfitriones insistían en realizar las preguntas en inglés, el actor respondía en claro español con acento azteca.
Con o sin cara operada, la personalidad campechana y abierta del nuevo Batman es algo que esperemos que nunca cambie. Aunque le aconsejamos que empiece a aceptar el paso del tiempo y no retoque más sus expresiones faciales naturales, porque si lo hace, en breve no podrá ni siquiera pronunciar palabra, ni en inglés ni en español.