En EEUU no existe la vida privada cuando te dedicas a la política. Pero si además eres una de las principales asesoras de la candidata presidencial por el Partido Demócrata, un problema marital puede convertirse en cuestión de Estado. Esto es lo que le ha ocurrido -de nuevo- a Huma Abedin (40 años), amiga desde hace años y estrecha colaboradora de Hillary Clinton (68), que anunció este lunes que finalmente se separa de su esposo, el ex congresista demócrata Anthony Weiner (51), después de que éste, según publicara el New York Post, haya estado intercambiando mensajes subidos de tono con otras mujeres, con fotografías de su hijo incluidas.
Esta decisión no parece haber sorprendido a la sociedad americana, pese a que ésta suele valorar los esfuerzos de una pareja por mantener la familia a flote, en ocasiones induciendo incluso a la mujer a perdonar las infidelidades. La propia Clinton es buena prueba de ello, cuando tuvo que tragar con el vergonzoso episodio Lewinsky. Sin embargo, en esta ocasión pocos reprocharán a Huma Abedin haber dado el paso de divorciarse, puesto que su marido es más que reincidente en esto del ‘sexting’, como se denomina en inglés a esta práctica. Además, para colmo, esta vez el implicado no sólo envió imágenes propias en ropa interior, sino que adjuntó algunas en las que aparecía también su hijo de cuatro años dormido.
De hecho, el anuncio fue casi instantáneo y, después de publicarse la noticia con todo lujo de detalles, Abedin informaba a través de un comunicado de que "tras una larga y dolorosa reflexión y de haber trabajado por mi matrimonio, he tomado la decisión de separarme de mi marido". "Anthony y yo seguimos dedicados a hacer lo mejor para nuestro hijo, que es la luz de nuestras vidas. Durante estos difíciles momentos, pido respeto a nuestra privacidad".
El caso salpica directamente a Clinton no sólo porque se trate de su asesora, sino porque su relación va más allá de lo profesional. Llevan trabajando juntas en cada campaña electoral desde mediados de los noventa, cuando Abedin ingresó en la Casa Blanca como becaria. Además, en las filas demócratas temen que esto resucite el interés remover el pasado marital de Hillary resucitando el episodio de la otra becaria asidua al despacho oval.
Pero volviendo al verdadero protagonista de esta historia, el ex congresista Weiner, cabe señalar que arrastra un largo historial de escándalos sexuales a cuenta de su afición al sexting. En 2011 ya tuvo que dimitir de la Cámara de Representantes cuando se descubrió que intercambiaba fotos y mensajes sexuales con varias mujeres de forma simultánea. Entonces el detonante fue la publicación por error en su cuenta de Twitter de una sugerente foto que en realidad quería enviar a una seguidora por mensaje privado. A partir de ahí, todo salió a la luz.
Pese a someterse a terapia y asegurar en diferentes revistas que ya se había rehabilitado, dos años después, cuando el demócrata aspiraba a ser alcalde de Nueva York, se repitió el escándalo, lo que truncó sus anhelos políticos. En aquella ocasión además confesó públicamente que en los últimos tiempos había utilizado el seudónimo de 'Carlos Danger' para intercambiar mensajes. A pesar de todo, su mujer lo perdonó y la pareja apareció unida, al más puro estilo americano, prometiendo que lucharían juntos por superar aquel trance.
El caso no dejaría de ser un episodio más en la vida de este político, ya convertido ya en carne de tabloides, si no fuera porque la noticia salta mientras su esposa se encuentra en la caravana de la candidata Clinton recorriendo el país. Y para colmo, el contrincante republicano, Donald Trump, no ha tardado en sacar tajada al asunto. Tras apoyar inicialmente la medida adoptada por Abedin, calificando su separación como "una decisión muy sabia", se lanzó a criticar el poco tino de la candidata demócrata a la hora de rodearse de sus asesores.
"Clinton fue imprudente y negligente al haber permitido a Weiner tener tal proximidad con informaciones altamente confidenciales. Temo por este país. Quién sabe lo que llegó a saber y con quién habló de esos temas. Es otro ejemplo del poco criterio de Hillary Clinton", arremetió el magnate en un comunicado.
Erecciones y calzoncillos
En esta ocasión, el 'sexting' se llevó a cabo en Twitter, red social a través de la que el ex congresista chateaba con una mujer divorciada, de unos 40 años, desde enero de 2015. Desde entonces, se intercambiaban textos insinuantes e imágenes en las que se aprecia claramente a Weiner posando con el torso al descubierto haciendo gala de su musculatura. En otra fotografía aparece en la cama, queriendo mostrar, en teoría, a su hijo dormido, pero enfocando claramente la cámara hacia sus calzoncillos, en plena erección.
La destinataria de estos mensajes ha sido quien ha contado todo a la prensa, suministrando el material gráfico necesario, a cambio de anonimato, si bien el Post desvela algunos detalles que evidencian que el político no tuvo mucho ojo, ya que al parecer en las redes sociales esta confidente defendía a Trump, a la Asociación Nacional del Rifle -poderosa organización contraria a los demócratas- y atacaba tanto a Obama como a Clinton.
Weiner, que fue informado previamente este domingo de la publicación de este artículo, admitió al periódico que esta mujer y él eran "amigos desde hace algún tiempo" y añadía que ella le había pedido no hacer comentarios excepto para decir que se trataba de conversaciones privadas, en las que a menudo intercambiaban fotos de sus sobrinos y su hijo, pero "siempre apropiadas". Sin embargo, la mayoría de las fotografías eran selfies sin camiseta.
Pero la cosa no se queda ahí. La ristra de mensajes es interminables y de ellos se deduce que generalmente el político solía derivar toda conversación hacia cuestiones sexuales. Incluso llegó a confesarle a su pareja de sexting que se masturbaba pensando en ella.
El propio Weiner fue quien informó a su esposa, que se encontraba de fin de semana en la exclusiva playa de los Hamptons descansando de la campaña electoral, de que esta información saldría a la luz. No obstante, a la tercera fue la definitiva y Abedin ha decidido poner punto y final a la historia.
Esto, sin embargo, no parece que vaya a detener el interés de los medios. El escándalo ha abierto en canal la vida privada de esta pareja y ya empiezan a trascender detalles y testimonios de amigos cercanos que sostienen que este matrimonio llevaba meses muerto o que ella ni siquiera llevaba el anillo de casada, teoría sustentada por una segunda entrega de la correspondencia virtual de Weiner, en la que se ve cómo éste admitía que su matrimonio estaba terminado.
Que se aireen estos asuntos tan íntimos, algo que en España se antoja poco habitual, es muy común entre la clase política norteamericana, al igual que ocurre con la británica. Queda por saber si esta tormenta de final de agosto, tras un apacible verano para los candidatos, afectará a la campaña en algo a la carrera por la Casa Blanca de Clinton que, pese a todo, sigue aventajando a Trump en las encuestas.