En Iowa, la pelea es a todo o nada. Después de meses de campaña, decenas de debates y millones de dólares gastados en publicidad, alrededor de 300.000 personas concurrirán al caucus que abrirá las elecciones primarias de Estados Unidos para elegir a los candidatos presidenciales.
Iowa, un rectángulo enclavado en el 'corazón del maíz' en medio de Estados Unidos, acaparará la atención del país y del mundo entero. El caucus estatal, una elección a través una suerte de asamblea regida por complejas reglas, promete ser mucho más determinante e influyente este año que en elecciones anteriores, similar al de 2008, que le otorgó un fuerte impulso a Barack Obama en su carrera hacia la Casa Blanca.
Hay 12 candidatos por el Partido Republicano y tres por el Partido Demócrata, pero la elección estatal se ha cerrado en cuatro figuras: por los republicanos, el magnate inmobiliario, Donald Trump, y el senador ultraconservador de Texas, Ted Cruz; por los demócratas, Hillary Clinton, y el senador socialista de Vermont, Bernie Sanders.
Trump y Cruz han provocado un terremoto político. Los republicanos viven estas elecciones primarias no sólo como una contienda para elegir a la persona que intentará negarle a los demócratas otros cuatro años en la Casa Blanca, sino como una pelea por el 'alma' del Partido Republicano, como se repite por aquí.
Las últimas encuestas muestran a Trump en la delantera, con un 30,4% de respaldo, según el promedio de sondeos del portal RealClearPolitics. Cruz, que un par de semanas antes había logrado superar al empresario y saltar al primer puesto, aparece otra vez en el segundo lugar con un apoyo del 24,2 por ciento. El tercer puesto queda relegado para el senador de Florida, Marco Rubio, el candidato 'moderado' mejor posicionado.
Una encuesta del periódico Des Moines Register y Bloomberg, realizada por Ann Selzer, conocida por su precisión para acertar los resultados del caucus de Iowa, dio como probable ganador a Trump, seguido de Cruz y Rubio.
Trump, Cruz y los moderados
La disputa entre los republicanos se ha dividido en 'tres carriles': en uno está Trump, quien ha logrado construir una coalición inédita formada por miembros de todos los grupos ideológicos republicanos, ubicados en la base de la pirámide de ingresos, menos educados y más angustiados por la economía y más en contra de los inmigrantes que el resto; en otro está Cruz, cuya gran apuesta es movilizar a los conservadores evangélicos; y en un tercer carril están los candidatos 'moderados', que además de relegar respaldo a favor de Cruz y Trump, se dividen el respaldo de los conservadores más cercanos al centro.
A diferencia de las votaciones republicanas tradicionales, este año los candidatos moderados no han podido cosechar el respaldo de los grupos más extremos del partido moviéndose a la derecha durante las primarias, una estrategia –fallida– que siguió Mitt Romney en 2012.
Trump tiene una marcada ventaja en las encuestas en New Hampshire, la segunda cita electoral. Un triunfo en Iowa y New Hampshire le permitiría posicionarse mejor de cara a las elecciones de fines de febrero y principios de marzo, cuando se realiza el Súper Martes.
Clinton, la favorita entre los demócratas
Las primarias demócratas no podrían ser más distintas. Además de que sólo hay tres candidatos, Hillary Clinton es la gran favorita para recibir la nominación presidencial, incluso a pesar de que Sanders le ha planteado un desafío mucho más grande de lo previsto.
En Iowa, Sanders ha logrado recortar la enorme ventaja de Clinton, quien llegó a estar más de 20 puntos arriba en las encuestas, a poco más de tres puntos, según el promedio de RealClearPolitics. Clinton y Sanders pelean voto a voto. Clinton quiere evitar el mal trago de 2008, cuando Obama se impuso en Iowa y logró un impulso tal que ya nada lo detuvo hacia la Casa Blanca. Selzer también ha dado como ganadora a Clinton, por tan sólo tres puntos de ventaja respecto de Sanders.
En Iowa viven más de tres millones de personas, pero el caucus estatal, de enorme trascendencia política en las elecciones presidenciales, atrae sólo a poco más del 10% de la población. En 2008, un año con una participación inusualmente alta, participaron del caucus 359.000 personas.
Esos votantes expresarán su voluntad, y comenzarán a definir quién será el próximo presidente de la primera potencia global.